ENCUENTRO EN LA MONCLOA

Rivera urge a Sánchez a aplicar "ya" el 155 en Catalunya

Rivera ofrece a Sánchez sus diputados y senadores para aplicar el 155

Rivera ofrece a Sánchez sus diputados y senadores para aplicar el 155. / periodico

Juan Ruiz Sierra

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La reunión que han mantenido este martes Pedro Sánchez y Albert Rivera ha servido para constatar que la mala relación entre ambos dirigentes se mantiene. A diferencia de lo que ocurrió el día anterior entre el presidente en funciones y Pablo Casado, cuando se recompusieron algunos vínculos rotos en el último año, no ha habido un acercamiento entre el presidente en funciones y el líder de Ciudadanos. Durante la reunión, que ha durado menos de una hora, Rivera ha urgido a Sánchez a aplicar "ya" el 155 en Catalunya, ha criticado la reciente subida de impuestos para las rentas más altas y ha transmitido que en ningún caso facilitará la investidura del secretario general del PSOE, que no tendrá lugar, como mínimo, hasta junio, tras los comicios del próximo 26 de mayo.

Sánchez no le ha pedido un gesto de este tipo, según fuentes de la Moncloa. "La reunión ha sido fluida y cordial –han explicado en el entorno del presidente en funciones-. Resaltamos precisamente el hecho de que se haya producido, igual que en el caso de ayer con Casado, con el propósito de normalizar las relaciones institucionales y el diálogo político.  Dentro de ese campo de diálogo, ambos líderes han constatado la necesidad de mantener una comunicación permanente sobre Cataluña, una cuestión clave, y la posibilidad de avanzar en numerosos asuntos de Estado, tales como las migraciones, la transición ecológica y la energía, la ciencia y el fenómeno de la despoblación. El objetivo de estos encuentros es reforzar la institucionalidad y restablecer los espacios de comunicación que requiere la vida política española".

La misma posición

Rivera, a diferencia de Casado, no ha cambiado su discurso respecto a lo que defendía en campaña. "Le he ofrecido los diputados y senadores de Ciudadanos para aplicar el 155 si es el caso. Nosotros creemos que sí, que hay que aplicarlo ya para requerir a [Quim] Torra a que acate la Constitución", ha señalado el líder de los naranjas, citando como posibles causas de una nueva suspensión de las competencias de Catalunya las "acciones" de los CDR, la "manipulación" de TV-3 y las "‘estelades’ en las escuelas". Pero el Gobierno socialista no está de acuerdo. Considera que no de momento no ha habido ninguna ruptura de la legalidad, a diferencia de lo que ocurrió en otoño del 2017. Reactivar el 155, explican en el Ejecutivo, sería "inconstitucional".  

Al mismo tiempo, Rivera ha ofrecido a Sánchez explorar cuatro posibles pactos de Estado en la legislatura que está a punto de arrancar. En educación, lucha contra la despoblación, inmigración y antiterrorismo.

Pero el líder naranja no ha ahorrado en críticas a Sánchez. Por "machacar a impuestos a los españoles" (pese a que la anunciada subida de IRPF a quienes ganan más de 130.000 euros al año solo afecta al 0,5% de los contribuyentes), por tener ya decidido que aplicará "indultos" a los dirigentes independentistas y por querer gobernar con los "populistas" de Podemos.

"Ante la descomposición del PP, Ciudadanos tiene que estar fuerte. Porque cuando se desmorone el Gobierno del PSOE y Podemos, tiene que haber un proyecto fuerte. Si no, ¿quién va a gobernar España, los populistas?", se ha preguntado el líder naranja, dejando también claro que respeta el resultado de las generales, en las que los socialistas obtuvieron 123 escaños. "Somos demócratas –ha dicho Rivera-. No vamos a enviar autocares para rodear el Congreso como hizo el PSOE en Andalucía".

El liderazgo de la oposición

El día anterior, Casado, que consumó su giro hacia el supuesto centrismo y también pactó con Sánchez abrir un canal de comunicación "permanente" sobre Catalunya, había pedido a Rivera, tras reunirse con el líder socialista, que facilitara su investidura. Pero el líder de Ciudadanos, que en el 2016 selló con Sánchez un frustrado acuerdo de investidura, no piensa dar ese paso.

Con 57 diputados y 4.136.000 votos cosechados en las generales del pasado 28 de abril, a solo nueve escaños y 220.000 papeletas del PP, Rivera se arroga frente a Casado el liderazgo de la oposición. El puesto tiene sobre todo una importancia simbólica, nada desdeñable a 20 días de las elecciones autonómicas, municipales y europeas, en las que ambos dirigentes se volverán a medir.

Para la Moncloa, por el momento, no hay ningún debate: como representante del segundo partido con más apoyos, solo por detrás del PSOE, Casado, y no Rivera, es el líder de la oposición. El protocolo durante las citas de Sánchez con ambos dirigentes lo deja claro. Mientras el presidente del PP compareció en la Moncloa en la sala noble, donde tienen lugar las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros, el de Ciudadanos lo ha hecho en una habitación adyacente y más pequeña, reservada para las convocatorias de menor entidad. "Yo no mido el tamaño de las salas –ha explicado el líder naranja-. Con la que está cayendo, no sería un líder político a la altura de este país si me dedicara a medir el tamaño de las salas".

Rivera y Sánchez, antiguos aliados, tienen desde hace tiempo una mala relación. No se reunían desde hace casi dos años, el 27 de junio del 2017, cuando acordaron trabajar en una reforma constitucional y en medidas sobre regeneración, propuestas que hasta ahora han tenido un escaso recorrido. El encuentro de este martes, que precede a otro que mantendrá el secretario general del PSOE con Pablo Iglesias, duró menos de una hora, mientras que el del día anterior entre el presidente en funciones y el líder del PP se prolongó durante más de hora y media.