CITA EN LA MONCLOA

Sánchez y Casado dejan la bronca y normalizan su relación

Apretón de manos

Apretón de manos / periodico

Iolanda Mármol

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Pedro Sánchez y Pablo Casado parecen haber dejado atrás la etapa de los exabruptos e inaugurado una nueva relación institucional en pos de consensuar pactos de Estado en asuntos clave. Después de nueve meses sin reunirse, después de que el líder de los conservadores vertiese sonados descalificativos sobre el jefe socialista ("felón", "traidor", "okupa", "preferir las manos manchadas de sangre") ambos dirigentes han decidido este lunes en su encuentro en la Moncloa poner el cuentakilómetros a cero, resetear, para encarar el nuevo ciclo político que se abrirá tras las elecciones del 26 de mayo. 

Las dos partes admiten que la reunión ha sido positiva y ha transcurrido en un buen clima. Aseguran que el encuentro pone fin a una época dominada por la crispación en la que prácticamente no existía comunicación entre ambos dirigentes. En el Gobierno hay satisfacción por recuperar la normalidad que, admiten, se había perdido  en los últimos meses. A su juicio, la conversación ha sido "cordial, afable y fluida" y abre un nuevo marco de diálogo con el líder de la oposición.

Aunque no se han fijado cauces concretos, indican, Sánchez y Casado se han comprometido a mantener un contacto constante para abordar los grandes temas: Catalunya (que ha centrado buena parte de la reunión), pensiones, violencia de género y economía.  "Se trataba de dar una imagen de unión de país en los asuntos clave y reforzar la institucionalidad", señalan fuentes de la Moncloa, que añaden que Sánchez ha salido "relajado" y "muy satisfecho" de la conversación.

También Casado ha subrayado su satisfacción porque la relación se normalice tras meses dominados por una crispación en público y una ausencia de comunicación institucional. Alega el líder conservador que nunca cargó "personalmente" contra Sánchez y que sus expresiones fueron en la arena política a un "adversario", pero no a un "enemigo". "No hay reproche a nivel personal", ha argumentado, "no he cruzado la línea de descalificación personal".

El presidente del PP ha recordado que, tras su encuentro en la Moncloa el pasado mes de agosto, Sánchez no volvió a ponerse en contacto con él, a pesar de ser el jefe de la oposición. "Ese cordón sanitario contra el PP se ha roto", ha aplaudido.