CRISIS EN VENEZUELA

España intenta evitar que su embajada se convierta en el epicentro del antichavismo

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Juan Ruiz Sierra

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El Gobierno de Pedro Sánchez quiere evitar que la residencia del embajador español en Venezuela, donde se encuentra alojado el líder opositor Leopoldo López tras burlar su arresto domiciliario, se convierta en el epicentro del antichavismo. Un día después de que el líder de Voluntad Popular (VP) desafiara a Nicolás Maduro desde la legación diplomática, haciendo un llamamiento a "todos los militares" para "acabar" con la "dictadura", el ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, dejó patente su malestar con este comportamiento. López, explicó Borrell, está en la embajada como "huésped", algo que "implica también una limitación en su actividad política".

"Ayer [López] tuvo un encuentro con la prensa, pero a partir de ahora esto será regulado de acuerdo con las condiciones que se establecerán a su estancia. España no va a permitir que su Embajada se convierta en un centro de activismo político", señaló este viernes el ministro desde Beirut, donde se encuentra en visita oficial. 

La llegada del líder de VP a la residencia del embajador español en el país latinoamericano, Jesús Silva Fernández, coloca en un aprieto al Gobierno de Sánchez. España, que ha ejercido cierto liderazgo en la UE sobre el conflicto venezolano, reconoció a principios de febrero, como otros países europeos, a Juan Guaidó como presidente legítimo para que convocara elecciones, pero no ha roto relaciones con el régimen de Maduro.

La presencia de López complica el complejo equilibrio que se quiere mantener en la Moncloa, que siempre insiste en la necesidad de una "solución pacífica", en contra de "intervenciones militares" como las que sopesa EEUU. Para el líder de VP, uno de los movimientos más duros contra el chavismo, esa posibilidad no se puede "descartar", ya que se trata de una "herramienta de lucha" que es "constitucional", según explicó en una entrevista a Efe.

Poco antes, en otra convocatoria a los medios, el dirigente opositor, escoltado por agentes de la Policía Nacional española, había anunciado nuevas acciones contra el régimen. "Claro que van a venir más movimientos del sector militar. Nuestra llamada es a todos los militares, a todos los civiles para que contribuyamos con nuestra responsabilidad a contribuir al cese de la usurpación. Esta dictadura se va a acabar", dijo López, que cumplía en su domicilio parte de una condena de 13 años por incitación a la violencia y fue liberado en la madrugada del pasado 1 de mayo por un grupo de militares venezolanos afines a Guaidó.     

Residencia inviolable

El Gobierno español no quiere que este tipo de declaraciones se repitan. López, que ha ejercido en la práctica el liderazgo de la oposición desde que fue liberado, desplazando a Guaidó (su subalterno en VP), tendrá que dejar de lanzar sus mensajes mientras se encuentre en la vivienda del embajador, que como las embajadas y los consulados constituye territorio inviolable. El propio Guaidó apoyó la posición del Gobierno español. Las legaciones diplomáticas tienen "normas" que hay que respetar, dijo, y "ser cortés".

La entrega de López a la justicia venezolana, después de que el Tribunal Supremo emitiera el jueves una orden de busca y captura, no se contempla. Así se lo transmitió Borrell a su homólogo del país sudamericano, Jorge Arreaza. El dirigente opositor, que llegó a la legación diplomática española tras pasar por la de Chile y no ha solicitado asilo político (para dar ese paso debería encontrarse en territorio español), continuará como "invitado" del embajador, una situación que se podría extender tanto como dure el actual 'impasse'.  

El Gobierno, mientras tanto, señala que la situación es "imprevisible" y se esfuerza en subrayar la necesidad de alcanzar una "solución democrática" a través de la celebración de elecciones y confiar en que las autoridades venezolanas no intenten entrar en la residencia diplomática. También la UE lanzó esta idea. La portavoz de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, Maja Kocijancic, señaló que la decisión de acoger a López es "nacional", pero resaltó "la importancia del respeto a la inmunidad diplomática en todos los casos".

Críticas del PP y Cs

Pero el conflicto en Venezuela no solo tiene una vertiente internacional. También se vive en España como un asunto doméstico. Así que las palabras de Borrell, dejando claro cuál es el margen de actuación de López como huésped del embajador "de acuerdo con las normas internacionales", fueron rápidamente criticadas por el PP y Ciudadanos. "El Gobierno pretende limitar la libertad de expresión en lugar de liderar la transición.  Se siente más cerca de los dictadores que ampara la extrema izquierda", escribió Pablo Casado en Twitter. Albert Rivera fue en el mismo sentido: "Sánchez desprecia la lucha por la libertad de todo un pueblo tildándola de 'activismo político'. Es lamentable. El Gobierno debería liderar el apoyo al conjunto de demócratas venezolanos sin fisuras en su causa frente a la tiranía de Maduro".