La rebelión de la clase contra la profesora de Vox

Simpatizantes de Vox, en el mitin de cierre de campaña, en la plaza de Colón.

Simpatizantes de Vox, en el mitin de cierre de campaña, en la plaza de Colón. / periodico

Julia Camacho

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“Ultraderechista, tú no entras”. Este fue el recibimiento que el pasado martes, en plena resaca electoral, se encontró Inmaculada Enríquez en algunas de las clases del Instituto Bezmiliana de Rincón de la Victoria (Málaga) donde imparte Lengua y Literatura. Varios alumnos la vieron en el centro, habilitado como colegio electoral, ejerciendo de apoderada de Vox, partido en el que milita y en cuya lista concurre a los comicios municipales de la localidad. Y al día siguiente la recibieron con gritos e intentaron amedrentarla para que no entrara al aula. Cuando logró entrar, en la pizarra encontró escrito “presos políticos, libertad”, uno de los cánticos que junto a “Catalunya independiente” o "Vox ha perdido" le lanzaron otros alumnos por los pasillos.

Enríquez explica que desde la Inspección de Educación de la Consejería andaluza del ramo como desde la dirección del centro, con unos 1.500 alumnos, le han pedido que zanje el tema y no haga más declaraciones, dado que el caso está siendo ya investigado y se estudia la expulsión disciplinaria de los alumnos más violentos. No obstante, la profesora confirma el incidente en la clase, adelantado por el diario Málaga Hoy, y señala que este jueves volvió al centro educativo y “todo fue bien, tanto la acogida por parte de compañeros, director, inspectora como del alumnado”.

Tras justificar que a lo largo de toda su carrera ha trabajado con niños de diversas nacionalidades y nunca había tenido problemas, subrayaba que el incidente del martes “ha sido para mí inexplicable y se debe, pienso, a un adoctrinamiento de los niños por parte de sus padres, de los adultos, de los medios”. En este sentido, el presidente de su partido, Santiago Abascal, se hizo eco del incidente vivido por la profesora atribuyendo el “odio y la violencia” al discurso del odio y la “estigmatización” de líderes como “(Pablo) Iglesias con ‘alerta antifascista’ o (Pablo) Casado con la cantinela de la ‘ultraderecha’”, lo que contribuye “al pésimo clima moral y político”.

Todo comenzó a primera hora, cuando un grupo de primero de Bachillerato empezó a reírse de ella al inicio de la clase diciéndole “Vox ha perdido”. Enríquez cortó el tema apuntando que, como eran menores de edad, no iba a hablar de política. Pero la situación se agravó más tarde, con la clase de 2º de ESO. En el pasillo, también entre gritos de otros estudiantes, uno de los alumnos le cerró la puerta para evitar que accediera al grito de “Ultraderechista, tú no entras”. Tras unos minutos de forcejeo, logró acceder al aula y fue recibida con loas a otros partidos y nuevas proclamas. Al cabo de un rato, logró reconducir la clase y recordarles que en una democracia “cada uno puede pensar diferente, tener distintas creencias y no hay que humillar a nadie por eso”.

Sin embargo, uno de los alumnos siguió golpeando la mesa y las sillas en actitud desafiante. La profesora asegura que llegó a sentirse intimidada porque los chicos, de entre 13 y 14 años, estaban muy exaltados, y pidió al delegado de la clase que fuera en busca de algún otro profesor. Terminada la clase, y al comprobar como los insultos continuaron ya con menor intensidad en otras clases, Enríquez trasladó lo sucedido al equipo directivo del instituto y rellenó un parte disciplinario para el alumno que la amedrentó.

La docente lleva cuatro años en el centro educativo, aunque ejerce de profesora desde hace casi dos décadas. En el diario local aseguró que se lleva “maravillosamente con sus alumnos”, que la conocen por ser además “catequista miembro activo de un grupo pro vida”, como demuestra en sus redes sociales. Nunca había militado en un partido hasta que conoció a Vox, y aceptó ir de número 20 en la candidatura al Ayuntamiento.