Núria de Gispert, del ala derecha de CiU al independentismo con insulto generalizado

La carrera política de Núria de Gispert (Barcelona, 1949) viene de familia. Descendiente de la benefactora Dorotea de Chopitea, su padre, Ignasi de Gispert, fue el primer 'conseller' de Justícia de la Generalitat. "Una aristócrata sinvergüenza", la insultaba el político hoy soberanista, exlíder de Podem Catalunya, Albano Dante Fachín.

De Gispert se licenció en Derecho en la Universitat de Barcelona (UB) y ejerció de abogada de durante dos años (1971-1973), antes de pasar a la función pública, primero en la Diputación de Barcelona y después en el Departament de Justícia i Governació. A los 37 años se afilió a la hoy extinta Unió Democràtica, y nueve años después Jordi Pujol la nombró 'consellera' de Justícia. Ostentó el cargo hasta coger las riendas de la Conselleria de Governació i Relacions Institucionals en el 2001, sustituyendo a Duran, que dio un portazo al verse destronado de la carrera sucesoria por Artur Mas. A finales del 2002 retomó el mando de Justícia, que quedó fusionada con Interior.

Quienes compartieron dirección con ella en Unió la recuerdan siempre como un perfil más bien discreto. Nada que ver con su actual actitud. Su paso por el Departament de Justícia no dio frutos excesivamente lucidos. Impulsó, no sin ciertas dificultades internas en CiU, la primera ley de parejas de hecho del Estado. Y recibió no pocas críticas al justuficar el tercer grado al que Jordi Pujol calificaba de empresario modélico, el financiero Javier de la Rosa. En el 2010 fue la primera mujer en presidir la Cámara, cargo que ejerció con un perfil también discreto. Tras los tuits insultantes de los últimos meses, la misma Cámara que presidió la ha reprobado.

Cambio de partido y de discurso

Cuando el 'procés' soberanista rompió CiU, De Gispert dejó Unió y tras un breve paso por Hereus UDC 1931, una plataforma de antiguos militantes de Unió que desembocó en un nuevo partido ahora sí independentista: Demòcrates de Catalunya, presidido por ella. Solo entonces, al salir de Unió, De Gispert radicalizó su discurso soberanista y los ataques personalizados en especial al que fue su líder, Duran Lleida, quien en su último libro se despacha a gusto contra ella tras haberla situado siempre en un lugar destacado en las listas. Afirma de ella que hizo carrera gracias a Pujol, que hizo buena a su sustituta en la presidencia del Parlament, Carme Forcadell, y "es el único caso en el mundo que yo conozco de alguien que, habiendo dirigido los debates de todas las formaciones parlamentarias, ha sido recusado".

Demòcrates, el partido de De Gispert, se integró a la candidatura de Junts pel Sí, donde la expresidenta del Parlament ocupó un modesto numero 82 en la lista por Barcelona.  Y en las últimas elecciones catalanas, el giro se confirmó y su partido se presentó junto a ERC. De Gispert fue apartandose del primer plano político, que solo ha recuperado insultando a casi todos sus rivales políticos en Twitter. Una actitud que no le ha valido ninguna reprimenda -pública, al menos- de su actual partido.