CITA CON LAS URNAS

JxCat juega la carta de Puigdemont para tratar de remontar en las encuestas

El 'expresident' Carles Puigdemont, este domingo, durante la reunión con el grupo de JxCat en Bruselas.

El 'expresident' Carles Puigdemont, este domingo, durante la reunión con el grupo de JxCat en Bruselas. / JULIEN WARNAND

Fidel Masreal

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Arriesgar, jugarlo todo a las emociones y arañar a Esquerra. Esta es la consigna de Junts per Catalunya, la marca con la que el 'expresident' Carles Puigdemont ha tomado el poder absoluto en la posconvergencia valiéndose de los derechos electorales del PDECat. Ante los malos vaticinios de las encuestas -respecto a los actuales ocho diputados, que son ya el peor registro cosechado nunca por este espacio-, JxCat lo juega todo a una carta, que se llama Puigdemont, candidato de facto de una lista en la que la cabeza visible y número dos, Laura Borràs, ha cometido errores de bulto al contradecir su propio programa electoral y fijar unas líneas rojas al PSOE mucho más exigentes que las descritas por los presos independentistas.

Arriesgan porque si el domingo no salvan los muebles -quedando no muy por debajo de ERC- el aura de Puigdemont en el mundo soberanista quedará tocada, a un mes de unos comicios, los europeos, en los que sí es candidato, salvo que prospere la impugnación de PP y CiudadanosPPCiudadanos, que, por otra parte, ha ayudado al 'expresident' a situarse en el centro. Arriesgar, pues, y hacerlo con un único mensaje: la lucha contra la "represión" del Estado tras el referéndum del 2017 y apropiarse en exclusiva de la bandera de la movilización del 1-O. Y acusar indirectamente a ERC -aquí viene lo de los arañazos- de entregarse al PSOE y de partidistas por no haber querido una lista única cara a las generales.

Con estos únicos mimbres se han construido todos los actos, todos los mítines. Como el mitin final este viernes en la explanada del Born, en el que Josep RullJordi Turull Jordi Sànchez, desde la cárcel, junto a Puigdemont, desde Bélgica, han intervenido por videoconferencia con un único mensaje: votar por ellos, por "la injusticia" que están "sufriendo", apuntaba Sànchez.

¿Que Borràs no se sabe su programa respecto al salario mínimo, los indultos o la prostitución? Tanto da. De hecho, el programa sigue recogiendo la propuesta de un indulto a los presos pese a que la candidata dijera que no están de acuerdo con ello.

No importa. No en vano, y siguiendo la consigna de la Crida de Puigdemont -que habla de un proyecto sin izquierdas ni derechas, sino con "personas"- los mensajes han orillado el eje ideológico y las propuestas programáticas.

Lo que sí ha importado es ir introduciendo ataques a Esquerra, por priorizar partido a país. Tanto da que alguno de los candidatos de JxCat que atacaban a Esquerra en los mítines después enviaran un mensaje de whatsapp a Esquerra disculpándose. Es campaña, ya sabes.

Los asesores de la candidatura de JxCat sostienen que sus sensaciones son positivas, por la afluencia a los actos y porque Esquerra, dicen, se ha equivocado al sacar pecho por ser más independentistas que nadie. Sin embargo, los de Junqueras apenas han contestado a las invectivas posconvergentes.

La investidura

Así las cosas, la conexión ha sido el mensaje. La conexión con los presos en varios mítines como el último ante varios centenares de personasl. Pero sobre todo la conexión con un Puigdemont siempre combativo contra el Estado, que ha asegurado que Pedro Sánchez deberá abordar la autodeterminación si quiere sus votos. ¿Que este mensaje choca con el tono conciliador de Sànchez y con la evidencia de que los escaños independentistas difícilmente propiciarán un Gobierno de derechas?  Tanto da. No es país para matices.

Ahora toca mostrar músculo y volver al mensaje de las elecciones catalanas: si votais JxCat, Puigdemont volverá. O como ha dicho el 'expresident' en el acto final: "Saldréis pronto de la cárcel para buscar el acta, los miraréis a los ojos y veréis cómo uno detrás de otro bajan la mirada". La versión 2.0 de esta promesa incumplida es: si votáis JxCat -ahora o en las europeas- será más posible que el 'expresident' goce de inmunidad y pueda regresar, quién sabe, tras ser investido 'president' a distancia. ¿Que esto es más que dudoso respecto a la legalidad? Tanto da. No va de leyes, va de emotividad.