CITA CON LAS URNAS

JxCat se reivindica ante los dardos de ERC

Turull llama a "no distraerse" con cálculos postelectorales mientras Rufián alerta de un eventual pacto PSOE-Cs

El cabeza de lista de JxCat por Lleida, Jordi Turull, interviene por vía telemática en un acto del partido.

El cabeza de lista de JxCat por Lleida, Jordi Turull, interviene por vía telemática en un acto del partido. / periodico

Júlia Regué / Xabi Barrena

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JxCat respondió este sábado a la opa lanzada por Oriol Junqueras, en plena disputa por la hegemonía independentista, con la bandera de la "unidad" y la soflama del "espíritu del 1-O". El encargado de la réplica fue otro soberanista encarcelado en Soto del Real (Madrid), Jordi Turull, candidato posconvergente por Lleida, que tuvo que improvisar su primer mitin de campaña al recibir 'in extremis' el permiso de la Junta Electoral Central

En conexión directa con los simpatizantes en La Seu d'Urgell (Lleida) y visiblemente emocionado, se esforzó en calar la idea de que ahora "no hay que distraerse" con cálculos que dibujen escenarios postelectorales y esgrimió que el 28-A es una "oportunidad" para "reforzar la legitimidad democrática" del referéndum, para enviar "un mensaje muy claro al Estado y al mundo". "Hemos superado momentos difíciles porque hemos ido a la una", insistió el 'exconseller' de Presidència, y situó a JxCat como la formación que aúna "la gente que pone por delante los intereses del país que los del partido".

Mientras, Gabriel Rufián, desde Figueres (Girona), omitía a los posconvergentes y alertaba de un pacto entre el PSOE y Cs para concentrar el voto bajo sus siglas. El republicano juega encuestas en mano, consciente de que se disputa el primer puesto con el PSC y que sus socios de Govern no logran acortar distancias.

A sabiendas de los pobres resultados que auguran los sondeos para los suyos, Turull pidió "la máxima fuerza, porque cuanta más fuerza tengamos, más podremos hacer". "O lo hacemos nosotros desde aquí o nadie lo hará desde allá", espetó. No habló de indultos, apostó por el diálogo y el fin de la judialización, y dijo que sus convicciones son "más fuertes" que "la injusticia del Estado".  

Los ataques a los socialistas se los reservó a la número dos por Barcelona, Laura Borràs. Tomó el hilo de sus palabras y reclamó que el 28-A no se convierta en un "plebiscito" sobre el presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez. "Esto no va de investir a Sánchez o de frenar a la derecha", censuró, y denunció que el PSOE "forma parte" del 155: "Es un engaño. Y la derecha, su coartada".

Frenar el "fascismo cool"

En la tarima de ERC, Rufián también trató de romper con esa disyuntiva. "Ese miedo no es real. El tripartito de derechas no suma. No sumará", aseveró, tratando de situar el debate en un eventual acuerdo PSOE-Cs.

"Aparentemente no dan tanto miedo como Vox porque no van a caballo y no llevan pistola", enfatizó, aludiendo a las caricaturas televisivas de Santiago Abascal, "pero se trata de un fascismo ‘cool’, un fascismo con glamur, o al menos no tan asilvestrado como el que ofrece Vox". Y advirtió del peligro que se produzca un "retroceso" en estas cuestiones y se aplique "otro 155 en Catalunya".

El republicano dio por hecho que "si al PSOE le salen bien los números" pactará con Cs "porque vivirá más cómodo con Albert Rivera que con nosotros". Los planes de ERC en el Congreso los dejó en manos del "PSOE que nos encontremos".