Torrent: "Parece que las acusaciones lleven la camiseta de Vox bajo la toga"

Roger Torrent (Sarrià de Ter, 1979) afronta los próximos meses de efervescencia electoral como una de las principales figuras de Esquerra. El partido aprovechará su proyección en multitud de actos, que tendrá que compatibilizar con la presidencia del Parlament, donde su actuación con respecto a los diputados suspendidos ha sublevado a Junts per Catalunya.

-El Parlament ha pedido que se desestime el recurso de Puigdemont sobre su suspensión, lo que ha provocado un malestar evidente en JxCat. 

-No comparto en absoluto las interpretaciones que han hecho los letrados del Parlament en las alegaciones a este recurso, porque reinterpretan un acuerdo del pleno del que yo no me apartaré nunca. Un acuerdo tomado por amplia mayoría, incluyendo a JxCat, que dice dos cosas: que el Parlament no puede suspender a los diputados y que, atendiendo a que obviamente no pueden venir, se arbitra un mecanismo para que puedan ejercer sus derechos parlamentarios.

-Pero el escrito es muy claro. Un candidato de JxCat ha dicho que es "un tiro en el pie" a la defensa de Carme Forcadell, porque dice que si hay iniciativas "palmariamente inconstitucionales" la Mesa tiene la facultad de no admitirlas.

-No valoraré las interpretaciones sobre el texto de las alegaciones. Ya he dicho que no comparto ese escrito.

-Para dejarlo claro, ¿la Mesa tiene la capacidad de admitir o no las iniciativas?

-Ya lo dije en el Tribunal Supremo: yo habría hecho lo mismo que Forcadell. La Mesa del Parlament no puede censurar ningún debate, entrar en el fondo de ninguna propuesta, porque estaría limitando la libertad de expresión y el derecho de iniciativa parlamentaria de los grupos. 

-Parece que ERC apuesta por ensanchar la base. Pero con esa apuesta, JxCat les ganó en las últimas elecciones al Parlament. ¿Ha llegado el momento de decir la verdad a la gente, de decir que no es todo tan fácil como pudo haberse prometido hace un año y medio?

-Nosotros siempre hemos dicho la verdad. Hemos analizado lo que pasó, y hemos hecho una propuesta de futuro: se trata de explicar dónde queremos que Catalunya esté dentro de cuatro años. No se trata de tomar decisiones pensando en los retuits que tendré esta tarde, sino de fondo. Para ERC, no ha sido fácil hacer una reflexión de fondo en un contexto de represión, teniendo al presidente del partido en la cárcel y a la secretaria general en el exilio.

-¿Cuál es el plan de Esquerra?

-Pasar del referéndum que hoy parece imposible al referéndum inevitable.  En estas elecciones, ERC representa un triple voto útil: para los pies al tripartito ultra, evita que Cs esté en el Gobierno y es una opción que promoverá una mesa de diálogo. Hay gente que de buena fe puede estar debatiéndose entre votar al PSOE o ERC para parar los pies a la extrema derecha. Pero puede ser que el voto al PSOE signifique que Albert Rivera sea ministro. 

-Hay confusión sobre qué líneas rojas pone ERC a una investidura de Pedro Sánchez.

-Está muy claro: ni líneas rojas ni cheques en blanco. La investidura de Sánchez dependerá de qué PSOE nos encontramos. Si nos encontramos al PSOE que pacta con Ciudadanos y PP la aplicación del 155, ERC no participará. Si nos encontramos a un PSOE abierto al diálogo y a la negociación, ERC hará todo lo posible para evitar el tripartito ultra.

-Si el mejor escenario posible para ERC es un Gobierno de Pedro Sánchez apoyado por el independentismo, y eso era lo que ya había, ¿por qué no aprobaron los Presupuestos del Estado?

-Es una pregunta que le tendríamos que hacer al PSOE y al presidente Sánchez. Nosotros estábamos abiertos al diálogo, como siempre. Pero ellos se acomplejan por una manifestación ultra en Colón, por cómo se interpreta la figura del relator, y deciden abandonar esta negociación.

-¿Le convendría también a Catalunya pasar por las urnas pronto?

-Venga lo que venga después de la sentencia del Supremo, lo que necesitamos son instituciones fuertes. Será una situación histórica, desde un punto de vista de la consumación de la represión que hemos visto estos meses. En todo caso, a quien le corresponde decidir es al presidente de la Generalitat.

-¿Qué le está pareciendo el juicio del Supremo?

-Es evidente que se están vulnerando garantías procesales, y por tanto los derechos fundamentales de los acusados. Se está intentando construir el relato ficticio de la violencia, que nunca ha existido. Viendo todo esto, viendo que la extrema derecha hace de acusación particular y viendo la actitud de la abogacía del Estado y la fiscalía, parece que el conjunto de las acusaciones lleven bajo la toga la camiseta de Vox.

-Al margen de las dificultades para probar que hubiera violencia, en el juicio también ha quedado claro que hubo un punto de improvisación en las decisiones del Govern. ¿Debería abrir el independentismo una reflexión?

-El independentismo constantemente está reflexionando sobre cómo avanzar, y eso implica hacer un análisis de todo lo que ha pasado, aprender las lecciones y construir alternativas de futuro con base a lo que hoy sabemos. Es evidente que nadie contaba con la reacción del Estado ante el 1-O, con el hecho de que antepondría su unidad territorial a los valores democráticos.

-Pero los Mossos han dicho en el juicio que avisaron dos veces de ese escenario al Govern.

-Yo no estaba en las reuniones, no sé cuáles fueron los comentarios exactos. En cualquier caso, los Mossos también han dicho que por parte de la ciudadanía no hubo ningún episodio de violencia. Quien generó violencia fue la policía que aporreó a la gente en las puertas de los colegios electorales. Eso es lo inconcebible, desde un punto de vista democrático. Un referéndum no es delito, se despenalizó explícitamente.