JUICIO DEL 'PROCÉS'

Dos guardias urbanos declaran cómo Cuixart se opuso a la requisa de carteles del 1-O

El magistrado Manuel Marchena, junto a los jueces Andrés Martínez Arreieta y Juan Ramón Berdugo, el pasado 18 de diciembre en el Tribunal Supremo, durante la vista de las cuestiones previas del caso del 'procés'.

El magistrado Manuel Marchena, junto a los jueces Andrés Martínez Arreieta y Juan Ramón Berdugo, el pasado 18 de diciembre en el Tribunal Supremo, durante la vista de las cuestiones previas del caso del 'procés'. / periodico

Ángeles Vázquez

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La sesión de la tarde de este martes del juicio del 'procés' fue saltando de Badalona al 1-O y a Lleida. Los primeros testigos en comparecer fueron dos cabos de la Guardia Urbana de Badalona que declararon en relación con el incidente que sufrieron al intentar requisar unos carteles que entendían publicitaban el referéndum del 1-O. Una de las personas que logró impedirlo fue el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que les dijo que pasaran de largo y que "la Guardia Urbana no estaba para eso". 

No obstante, ninguno de los agentes escuchó al acusado insultarles. Y uno de ellos hata llegó a calificar de "cómica" la situación en la que Cuixart puso las manos encima del capó para impedir que arrancara sin haber devuelto uno de los DNI de las personas que llevaban los 45 carteles requisados. 

Previamente la había calificado de "muy tensa", debido a la gente que se aproximó insultándoles con "fascitas" y "os vamos a echar de Badalona". Por ese motivo se descartó la detención del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y de quien sacó al final del vehículo, el concejal de Guanyem Badalona José Téllezque este lunes fue absuelto, y al que uno de los agentes recriminó por haberles desautorizado.

"Ahí van los piolines"

También comparecieron ante el tribunal varios guardias civiles que fueron insultados por una pareja de mossos que les reconocieron mientras paseaban por Lleida y les indentificaron como "Ahí van los piolines", en referencia al barco en el que se alojaban policías trasladados a Catalunya. 

La gente les aplaudió y los guardias civiles se dirigieron a los mossos para que identificaran y ponerles una denuncia. Uno de los mossos se quitó la placa con el número profesional y les insultó con "hijos de puta" porque el 1-O habían pegado a su madre, su abuela, sus amigos... Ante el gran número de personas que se acercaba y les grababa decidieron retirarse para evitar males mayores. Otro de los guardias también denunció que otros mossos les habían grabado a la puerta del hotel. "A partir del incidente, yo me quedé en el hotel", explicó el agente. También declaró uno de los mossos implicados que insistió en que solo uno de los guardias civiles accedió a enseñarle su número de identificación cuando se la pidieron en reciprocidad.

Otro guardia, miembro de una unidad de 70-80 agentes, relató la resistencia que encontraron en el instituto de Sant Andreu de la Barca el 1-O, donde fueron recibidos con "patadas o puñetazos de cintura para abajo" e insultos de las personas que se encontraban en segunda fila.

"Más difícil que llegar es salir", explicó, aunque admitió que no hubo incidentes, por la forma en la abandonaron el lugar tras intervenir tres urnas. Según el testigo, "se aguantó hasta lo inaguantable. Con otro criterio habríamos terminado antes la actuación".

Vídeos

El que era jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial en Catalunya y un inspector de policía de esta brigada comparecieron en relación con los 66 vídeos grabados por los agentes a través de las cámaras que llevaban en su cascos uno o dos agentes de cada unidad. Según el criterio impuesto por la Sala, le fue imposible relatar lo que aparecía en las imágenes. "En este momento iba a empezar a ser interrumpido", dijo el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ante la queja de uno de los abogados de Cuixart, Benet Salellas.

El fiscal Javier Zaragoza explicó que se refería a un herido concreto, pero Marchena le respondió que eso lo podrá destacar "a reglón seguido" durante la prueba testifical. "No tenemos imágenes en Lleida y Tarragona, pero no sabemos si no hubo o no se aportó", explicó el testigo. El inspector explicó que la grabación total dura unas ocho horas, pero no puede determinar si se grabó más de lo que le fue remitido para hacer su informe.