'buscadores de huesos'

El PSOE carga contra la "regresión democrática" que promueve Vox con la memoria histórica

La formación ultraderechista abronca el debate pese a quedarse sola en su rechazo a la ley memorialista

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Julia Camacho

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La llegada de Vox al Parlamento andaluz ha vuelto a colocar en la picota el tema la memoria histórica, un asunto superado en la cámara regional que hace dos años aprobó una ambiciosa ley con el apoyo de todos los grupos de la cámara y la abstención de PP y Ciudadanos. Ahora, la formación de ultraderecha no solo ha logrado arrancar a los populares el compromiso, hecho público esta semana, de que sustituirán esa norma por una nueva Ley de la Concordia, sino que ha abroncado el debate a cuenta de la aplicación de la ley actual y su cumplimiento escrupuloso en tanto llega ese cambio. "Nos llaman buscahuesos por querer dar descanso a la gente que busca a sus padres y abuelos", lamentó la líder de la oposición, Susana Díaz, calificando la situación de "regresión democrática", mientras que el presidente del grupo parlamentario Vox, Francisco Serrano, retaba a que los ofendidos por esa calificación se "compren el chubasquero de la misma marca que me pongo yo en el Parlamento, que me resbala todo".

La secretaria general del PSOE se refirió así a las acusaciones lanzadas horas antes en el pleno del Parlamento por uno de los diputados de Vox, Benito Morillo. Se debatía una propuesta del grupo socialista para desarrollar lo antes posible algunos de los aspectos que quedan pendientes aún de la Ley Andaluza de Memoria Histórica, que solo se ha desplegado en la creación de un consejo memorialista como órgano gestor para facilitar la reparación a las víctimas. Faltan aún concretar aspectos como el decreto sobre símbolos franquistas y actos contrarios a la memoria democrática, que ampararía por ejemplo la exhumación del General Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena; el decreto que regula el censo de víctimas o el referido al registro de entidades memorialistas. Aunque finalmente todos los grupos, salvo Vox, optaron por apoyar la norma vigente e instar al Gobierno andaluz al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y Democrática, secundando en mayor o menor medida otros puntos de la moción (Vox logró el apoyo de PP y Cs para no fijar plazos a esa aplicación de la ley), el debate fue subiendo el tono, demostrando que el consenso en la cámara ya no es tal.

"El sectarismo de la izquierda vuelve"

El detonante fue el diputado del partido ultraderechista, quien no dudó en calificar a los defensores de la ley como "buscadores de huesos" y "estrategas del revanchismo". Es más, entre aplausos de sus compañeros de filas denunció que "el sectarismo de la izquierda, cuyo germen fecundó en la sociedad de los años 30 pariendo aquella monstruosa guerra, vuelve a intentar casi un siglo después una nueva inseminación en una sociedad que vive afortunadamente de espaldas a aquella trágica experiencia de nuestro pasado reciente". Sus palabras desencadenaron una enorme bronca con reproches cruzados desde las bancadas en la que tuvo que mediar la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs). "Nos están insultando, señora presidenta", se lamentó el coordinador de IU, Antonio Maíllo.  

Horas después, en un acto de precampaña para las municipales en Sevilla, Díaz no dejó pasar el asunto. Es una muestra, dijo, de "una realidad de regresión democrática, de involución de la ultraderecha, que se ha hecho fuerte y tiene cogido por la sartén por el mango el Gobierno de Andalucía, le marca el compás". "Se permite poner en cuestión que haya mujeres, mil, que en los últimos 15 años han sido asesinadas, y nos llaman buscahuesos porque queramos darle descanso a la gente que busca a sus padres, a sus abuelos, que tienen derecho a eso", afirmó, lamentando que no es que la formación de Santiago Abascal "no tenga complejos, es que no tiene escrúpulos, y cuestionan lo más importante que tiene que tener una sociedad, que es su memoria".

La derogación de la ley de memoria histórica es una de las peticiones más reiteradas de Vox, que la incluyó en su acuerdo con los populares por considerar que es una de esas leyes ideologizadas, como consideran también a la norma contra la violencia de género. El PP señaló en sus primeros días de gobierno que su intención es sustituirla por una ley de Concordia que supere o rebase las competencias de la actual y solo si cuenta con el consenso de todas las formaciones, algo impensable en el caso de PSOE o Adelante Andalucía. Mientras llega ese momento, cumplirán con la ley y darán trámite a las exhumaciones autorizadas por el anterior gobierno socialista o ya en marcha.

Pero aunque no es una prioridad del gobierno andaluz de coalición, tampoco se le da la relevancia o impulso que reclaman las asociaciones de memoria y familiares de las víctimas, de ahí la formación ultra no haya tenido muchos problemas para reabrir el debate desde una postura negacionista y situarlo en el centro de la esfera política, advirtiendo que no situarse en ese marco es contravenir el acuerdo firmado para apoyar la investidura y la legislatura. "Tomamos nota", amenazaron a comienzos de esta semana tras comprobar que el PP permitió simplemente que se tramitara en la cámara una proposición no de ley del PSOE para llevar la educación memorialista en los colegios. "Espero que sea posible la derogación", respondió apenas 24 horas después el PP.