CITAS CON LAS URNAS

Álvarez de Toledo se compromete a combatir la "xenofobia" y rearmar al PP

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zentauroepp47432185 graf7438 barcelona 20 03 2019 el presidente del pp pabl190320210530 / EFE / ENRIC FONTCUBERTA

Júlia Regué

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Cinco días después de anunciar su candidatura, Cayetana Álvarez de Toledo aterrizó en Barcelona para mostrar su escaparte de razones para encabezar la lista de los populares por Barcelona. No dribló las acusaciones de presumir de no hablar catalán, tampoco esquivó el incendiario comentario sobre que el 'procés' es "más grave" que el 23-F. Negó haberse "jactado" de no dominar la lengua, sentenció que no tiene que "pedir permiso a nadie para defender la España constitucional" y se reafirmó en su polémica comparación: "Quieren hacer un golpe de Estado y que sea políticamente correcto. Pero liquidar un Estado constitucional es un profundo acto de violencia", proclamó, y hurgó en que nadie pidió indultos por Tejero o Milans mientras que Pedro Sánchez "nunca" ha cerrado la puerta a concederlos a los independentistas. 

La soterrada sala de un céntrico hotel de Barcelona se quedó pequeña. Unas 200 lograron escuchar sus dardos contra el independentismo, el Gobierno, Vox e Inés Arrimadas. Hubo para todos, aunque aseguró que su intención es "ensanchar la base constitucional" porque "Catalunya no está condenada a ser una tribu amarilla".

"El proyecto separatista es un gigantesco, monumental, proyecto de extranjería", inauguró, porque, a su juicio, el independentismo persigue una "sucia voluntad de exclusión" y enseña el "rostro amarillo de su xenofobia". Al mismo tiempo, blindó España como "una arquitectura solidaria" gracias a una Constitución que definió como "la paz civil española".

Su acento porteño y adulzado, no desdibujó su contundencia: "Hay que decirles [a los secesionistas] que sus métodos son deplorables, como sus ideas. Hay que preguntarles por qué no quieren vivir con otros españoles, con otros catalanes. No quieren por un sentimiento muy oscuro que se llama xenofobia", censuró.

Arropada por el líder del PP Pablo Casado, el dirigente catalán Alejandro Fernández y el candidato a la Alcaldía de Barcelona Josep Bou, trató de noquear a sus contrincantes. Resumió a Vox como "otra forma de desistimiento y renuncia" y le reprochó que no defienda la Constitución, y se distanció de la líder de la oposición: "Cuando me preguntan en qué me diferencio de ella siempre digo que en solo una cosa: yo sí me hubiera presentado a una investidura", espetó, ovacionada. 

Sus compañeros de filas no escatimaron piropos: "No conozco a nadie que haya sido capaz de armar un discurso tan poderoso contra el nacional populismo que sufrimos en Catalunya", se enorgulleció Fernández. "Es un honor y un lujo tener una persona tan brillante y una patriota tan valiente", entonó Casado.

El líder del PP no dejó pasar la ocasión de exigir a Sánchez que actúe contra los lazos amarillos y sacó su maleta de leyes para Catalunya: tomar el control de los Mossos con la ley de seguridad, activar la inspección educativa contra el "adoctrinamiento" en las aulas, aplicar la ley de estabilidad presupuestaria para frenar la "malversación de fondos públicos" y modificar la ley de símbolos para prohibir las insignias que ondea el independentismo. "El 155 tampoco hay que demonizarlo, ni sacralizarlo", apostilló.

En las primeras filas se encontraba Dolors Montserrat, desbancada del primer puesto en la lista por Barcelona. Casado defendió que, como el suyo es un "proyecto nacional", puede figurar sin problemas en cualquier otro lugar de las papeletas que confecciona y aprovechó la mención para vanagloriar a Cayetana como líder de la circunscripción barcelonesa: "Messi es un crack al que no piden hablar catalán", zanjó.