DIPLOMACIA

El peligro de que se retrase la formación de Gobierno tras el 28-A, según el Elcano: perdida de influencia en la UE

El texto aconseja elegir a los candidatos a eurodipitados por "profesionalidad"

Sesión en el Parlamento Europeo.

Sesión en el Parlamento Europeo. / PATRICK SEEGER

El Periódico / Agencias

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

España puede perder opciones de influir en la UE y de ganar cuota de poder en las instituciones comunitarias si los resultados del 28-A no son concluyentes y las negociaciones para formar Gobierno se demoran, según constata el Real Instituto Elcano en un análisis titulado 'Hacia un ecosistema de influencia española en Bruselas'.

El texto sostiene que el Gobierno español debería diseñar una "estrategia nacional de influencia" en la UE para el periodo 2019-2024, concretando qué tipo de UE quiere y cuáles serán sus temas prioritarios.

Es más, cree que esa visión debería contar con el mayor consenso político posible, aunque sea una declaración de principios, para dotarla de "coherencia" y "continuidad" de cara, sobre todo, a los funcionarios y actores de la sociedad civil españoles en Bruselas. Sin embargo, asume que "la debilidad parlamentaria del gobierno socialista" y la convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril complican esa posibilidad.

Después del 28-A, avisa de que si las negociaciones para formar Gobierno se dilatasen, "debilitarían al Ejecutivo español en Bruselas y distraerían su atención política a la hora del reparto de poder europeo, que requiere una importante inversión en tiempo y energía".

Opciones de ganar peso

Del mismo, modo, los investigadores asumen que "la crisis catalana (todavía no resuelta) continuará requiriendo buena parte del capital político del Gobierno y de los demás representantes españoles en la UE".

Y eso a pesar de que España tiene opciones de ganar peso en la UE por varios motivos: el vacío que dejará la salida de Reino Unido, el 'repliegue' euroescéptico de otros países 'grandes' como Italia o Polonia, la alta probabilidad de empezar a ser contribuyente neto y el peso que los principales partidos -sobre todo PSOE, PP y Ciudadanos- tienen en sus respectivos grupos europeos.

Sin embargo, el calendario juega en contra: las elecciones europeas se celebrarán un mes después que las generales --y a la vez que las autonómicas y municipales-. La previsión es que el nuevo presidente de la Comisión Europea sea votado en Estrasburgo y que en otoño comiencen las audiencias a los candidatos a comisarios -que son propuestos por los Gobiernos nacionales-. El 31 de octubre debería tomar posesión la nueva Comisión.

Así, lo primero que deberá hacer el Gobierno es decidir si puja por uno de los tres grandes puestos políticos que se negocian (Presidencia de la Comisión, del Consejo Europeo, y Alto Representante de Asuntos Exteriores y Seguridad) o si, por el contrario, optar por una vicepresidencia o comisaría de peso o de especial relevancia para los intereses de España.

Con el sistema de 'Spitzenkandidaten', el presidente de la Comisión se supone reservado a la familia política que obtenga más votos, pero en la próxima Eurocámara es muy posible que un acuerdo de 'populares' y socialistas no baste para garantizarle la investidura.

Con todo, el análisis de Elcano se centra en la necesidad, no ya de copar puestos de gran visibilidad, sino de construir un ecosistema de influencia coherente con presencia de funcionarios españoles en altos niveles de las instituciones y, además, con contactos fluidos con la Representación española, las comunidades autónomas, los eurodiputados y las asociaciones de la sociedad civil.

En la Comisión, el alto representante tiene la iniciativa para elegir a los 11 miembros de su gabinete y puede usarlos a modo de "cromos" para intercambiar con otros países; en el caso de un comisario, son siete.

Direcciones generales y gabinetes

En este escenario, el Gobierno tendrá que emplearse a fondo para colocar españoles en los equipos de transición que preparan las audiencias de los comisarios, con vistas a estar luego en sus gabinetes. También a aumentar el número de españoles en las direcciones generales y, en todos los ámbitos, a fomentar redes de influencia española entre gabinetes de los distintos comisarios.

En este punto, el informe destaca que la Comisión Europea ahora alienta que su personal mantenga contacto con sus países de procedencia para incorporar sus sensibilidades. Y cita ejemplos de éxito, como la capacidad de Francia de influir en materia de Defensa, Países Bajos en temas monetarios e Italia en temas fiscales.

En cuanto a las otras instituciones, aconseja reforzar la presencia de españoles en la Dirección General e Institucional de la Secretaría General del Consejo.

Parlamento Europeo

En cuanto al Parlamento Europeo, avisa de que no se conoce suficientemente que los eurodiputados tienen más margen de autonomía política y responsabilidad legislativa "que el disciplinado diputado nacional" y por eso aconseja seleccionarlos por "criterios profesionales": idiomas, conocimiento de los temas y habilidad del trabajo en red.

Es más, el informe sostiene que, en lo relativo a los eurodiputados, "hay margen para mejorar su selección". También apunta que la incorporación de nuevas caras debe ser compatible con mantener a quienes han trabajado esta legislatura y han generado "redes personales valiosas".

Otras tareas pendientes en este ámbito son una mejor coordinación de los eurodiputados con el Gobierno, como hace Alemania, y una estrategia de presencia en los órganos de gobierno de comisiones parlamentarias.

Eurodiputados extranjeros

Por último, aconseja identificar eurodiputados no españoles que conozcan bien España y sus prioridades y trabajar con ellos en asuntos como Gibraltar o Catalunya, "donde es fundamental ser proactivos ya que el Parlamento es la institución políticamente más porosa y susceptible de aceptar ciertas narrativas simplistas y demagógicas".

"Combinando una mejor política de comunicación y apostando por eurodiputados de otras nacionalidades que comprendan estos temas, se ahorra a los españoles el tener que gastar demasiado capital político", explica el informe y, además, se gana efectividad. El ejemplo aquí sería la defensa de la Constitución española que ha hecho en los últimos años el presidente de la institución, Antonio Tajani.