JUICIO DEL 'PROCÉS'

Ángel Gozalo: "Los CDR llamaban a talleres de resistencia con un lenguaje prebélico"

Ángel Gozalo Pascual, a su llegada al Supremo

Ángel Gozalo Pascual, a su llegada al Supremo / periodico

Ángeles Vázquez / J. G. Albalat

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El teniente general de la Guardia Civil Ángel Gozalo, responsable máximo del cuerpo en Catalunya durante el 1-O, explicó que los Comités de Defensa de la República (CDR) llamaban a la ciudadanía a que fueran a una serie de cursos, en los que se utilizaba un "lenguaje prebélico", con "formación teórico-práctica para resistirse y defender la república o el referéndum". "¿Defender de qué?", se preguntó el testigo, porque él cumplía la ley.

No obstante, a preguntas de la acusación que ejerce Vox precisó que lo del lenguaje prebélico era una percepción personal ante el llamamiento a una defensa ante un ataque, en su opinión inexistente. Y a la abogada del Estado le precisó que "tampoco hace falta un máster" para obstaculizar la entrada en los colegios el 1-O, porque "la gente se pone en el acceso y si enlaza los brazos dificulta el paso de las fuerzas de seguridad", precisó. "No se detectó a alguien" ordenando "hacer una cosa o la contraria" en los centros, dijo, aunque incluyó la posibilidad de no haber sido informado. Añadió que tampoco era usual que hubiera niños en primera línea de esa resistencia: "Más que niños, lo que había eran personas de determinada edad".

Señaló que a través de redes sociales y de los medios de comunicación con cierta insistencia se estaban dando noticias de que los colegios estaban abiertos y "se incitaba a esa actividad lúdico festiva que no era usual comparado con otros fines de semanas". El 1-O el despliegue de los Mossos fue "escasísimo y ante la llegada de la Guardia Civil tuvieron una actitud de pasividad e, incluso, de resistencia", aunque en general fue "pasiva", pese a haberles pedido que ayudaran. "En algunos puntos, efectivos de la Guardia Civil y de los servicios de información fueron objeto de seguimientos", señaló para añadir que no le constaba que también se les intervinieran las comunicaciones.

Remarcó que esa oposición que encontraron, "muy difícil de gestionar", tanto para entrar como para salir "era violenta y manifiesta" contra la Guardia Civil, lo que atribuyó a las "ganas" que se tenía contra el cuerpo porque en esas fechas llegó a efecto numerosas diligencias para intervenir efectos del referéndum, como la intervención de 10 millones. Por error hasta añadió en esas incautaciones hasta las "urnas". El testigo contabilizó 55 guardias lesionados de los que cinco causaron baja para el servicio. Además, cifró en 131 las "muestras de desafecto a la Guardia Civil", entre las que situó las concentraciones que se produjeron contra casas cuartel.

"Niego la mayor, ningún guardia civil ha usado gas pimienta", replicó el testigo a las preguntas del abogado de Oriol Junqueras. Añadió que había unidades de orden público que tienen un spray de defensa personal, que a distancias cortas puede ser una herramienta más "no especialmente lesiva". No le consta que haya ninguna denuncia de un ciudadano por haber sido rociado, añadió.

En un testimonio muy similar al del máximo responsable de la policía en Catalunya el 1-0, Sebastián Trapote, que le precedió ante el tribunal,  explicó que las instrucciones de la Secretaría de Estado de Seguridad del 29 de septiembre complementaban las instrucciones del fiscal y el auto que marcaba que "lo prioritario era el cumplimiento del mandato judicial haciendolo compatible con la convivencia ciudadana, como no puede ser de otra manera". La Guardia Civil al igual que la Policía tenían que apoyar a los Mossos y estar preparado para intervenir si era necesario.

"Sombra de duda"

El teniente general situó sus recelos ante la actuación de los Mossos en el registro de Unipost, porque cuando llegaron se les comunicó que había allí una serie de personas que "obstaculizaban" la intervención policial y respondieron 40 minutos más tarde, diciendo que se consultaba con los mandos y que había que valorar la situación.

Y durante los registros del 20 de septiembre explicó que se informó a la Policía de la Generalitat "minutos antes", porque se trataba de una causa que estaba declarada secreto. "Entre los tiempos de demanda y de respuesta y de no acción se sumó una sombra de duda" sobre su actuación el "preludio" del 1-O. 

En este punto el testigo aportó datos interesantes, como que no introdujeron en el aparcamiento de la Conselleria todos sus vehículos, porque los que quedaron fueran no cabían. Además, indicó que solicitaron que se estableciera un cerco de seguridad para protegerlos antes de la llegada masiva de personas, pero fueron desoídos.

El abogado del 'exconseller' Joaquim Forn, Javier Melero, insistió en por qué no estableció la propia Guardia Civil esa zona, a lo que el testigo respondió que "la competencia en Catalunya en materia de orden público la tienen los Mossos". "No teníamos ningún brazo robusto suficientemente dotado para evitar lo que ocurrió ocurriese", añadió, porque el despliegue de agentes no empezó hasta el 21.

Y en cuanto a las armas largas que había en los coches, explicó, era la susceptible de lanzar proyectiles de goma. Fue custodiada por el jefe de la unidad "hasta que fue humanamente posible". Después se hizo desde dentro.