NEGOCIACIONES
El PDECat y la Crida buscan un pacto para evitar la guerra cara al 28-A
Triangulación diabólica entre el <strong>PDECat</strong>, la Crida y quienes defienden la vigencia de Junts per Catalunya (JxCat) como espacio abierto no propiedad de ningún partido. Así está la situación interna en la posconvergencia y sus aledaños cara a la elaboración o no de un acuerdo entre todas las partes para concurrir juntas a las elecciones generales del 28 de abril. El partido posconvergente emplaza de forma explícita a la Crida a decidir qué tipo de colaboración quiere establecer -una coalición o la presencia de algunos nombres en la lista electoral- mientras que la asociación del 'expresident' Carles Puigdemont y de Jordi Sànchez parece esperar a que el PDECat aclare si se presenta bajo el nombre Junts per Catalunya, como ya hizo en las elecciones catalanas del 21 de diciembre y como ya ha dicho el líder del partido, David Bonvehí, que quiere volver a hacer en todas las elecciones, tanto las generales como las locales y europeas.
Esa es la intención del partido. No en vano JxCat es una marca del PDECat, y el 21-D se presentó en el registro como una coalición entre el PDECat y Convergència. Pero esta vez el partido no quiere ceder a otros la vara de mando de la confección de la lista, algo que suposo que las decisiones sobre quién aparecía en tal lista se tomasen en una habitación de hotel en Bélgica por parte de Puigdemont y un reducido grupo de fieles, en tensa negociación con las estructuras de un partido que ya había hecho su proceso interno de elección de candidatos y al que renuncio en beneficio de tal negociación. El resultado fue una victoria electoral contra pronóstico respecto a ERC, lo cual contribuyó a tapar la crisis. Una crisis qe ahora amenaza con reabrirse.
Todo es confuso y se envuelve en un magma de reuniones, desconfianzas, egos e intereses pecuniarios. Este viernes el líder del PDECat, David Bonvehí, ha acudido de nuevo a la cárcel de Soto del Real para visitar a los presos del 'procés'. Según fuentes del partido, se avanza en una lista de confianza de Bonvehí y con el sello de la formación posconvergente. Con todo, una de las opciones pasaría por situar frente a la lista electoral o a Josep Rull, 'exconseller' y convergente -ahora defensor de la Crida- o a Jordi Sànchez, presidente de la Crida. Esta última opción sería contradictoria con las promesas de transversalidad independentista con la que nació la Crida. Pero promocionar a un preso como cabeza de cartel es un ejercicio de presión emocional contra el que el PDECat difícilmente podría luchar.
Primarias del PDECat
Sin esperar a la Crida, el PDECat inició este jueves el proceso de elección de candidatos mediante elecciones primarias en todo el territorio. Luego será la dirección la que decidirá el orden de los nombres y la incorporación de fichajes, así como el cabeza de cartel, cuestión clave. Todo bajo la presión añadida de unas nada halagüeñas encuestas electorales.
Existe sin duda una parte del partido que no quiere ceder el poder a agentes externos, es decir, a los que defienden JxCat como un paraguas mayor que el de la formación posconvergente, o a los defensores de la integración en la Crida. La dirección del PDECat emplaza a esta organización a mover ficha, bajo una premisa: el precio del acuerdo es más alto si se plantea una coalición. Más alto que la aportación de candidatos destacados en la lista.
Por otra parte, los claros defensores de la Crida tratarán de apartar a nombres como Carles Campuzano, Jordi Xuclà o Ferran Bel de la candidatura. Tres nombres que se han protagonizado por defender un soberanismo útil y pactista frente al discurso más beligerante de nombres como el de la vicepresidenta del partido y diputada Míriam Nogueras, fiel defensora de las tesis de Puigdemont. El grupo del PDECat en Madrid está dividido. Cinco de sus miembros defienden las estrategia negociadora y tres defienden la posición combativa de Puigdemont.
Consulta a las bases de la Crida
Lo mismo sucede en la dirección del partido, donde una parte está con la Crida frente a una mayoría que reafirma el espacio propio de la posconvergencia frente a la apuesta del 'expresident' por la transversalidad.
Los más optimistas pronostican un acuerdo. Queda por conocerse el resultado de la consulta interna de la Crida, con una doble pregunta, sobre si promover una candidatura "tan unitaria como sea posible", y si la Crida ha de participar "como tal" en los comicios" si otros partidos aceptan "la confluencia". Las bases tendrán la última palabra sobre si pocas semanas después del nacimiento de la organización deben implicarse al lado de un partido (sólo el PDECat aceptaría "la confluencia" con condiciones", cuando aspiraban a ser un paraguas de todo el soberanismo. Una parte de esas bases contestarán negativamente a la segunda pregunta, rechazando así la coalición o acuerdo con el PDECat. El resultado de la consulta no se sabrá hasta el martes o miércoles de la próxima semana.
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