JUICO DEL 'PROCÉS'

Forcadell: "No participé en ninguna estrategia. Me limité a cumplir con mi cargo"

Carme Forcadell, expresidenta del Parlament.

Carme Forcadell, expresidenta del Parlament. / periodico

Ángeles Vázquez / J.G. Albalat

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La expresidenta del Parlament Carme Forcadell ha sido contundente y ha negado haber participado en una estrategia para lograr la independencia de Catalunaya. "Yo no participé ni dirigí ninguna estrategia. Me limité a cumplir con mi cargo como presidenta del Parlament", que no puede interferir en el debate parlamentario. Por ello añadió que "no es potestad de la Mesa del Parlament valorar la constitucionalidad de la tramitación parlamentaria". También rechazado la violencia, hasta tal punto de que se mostró "dispuesta a renunciar a sus convicciones" se se producía.

Como han hecho otros procesados, ha admitido que la declaración unilateral de independencia (DUI), "no se votó", ya que esta "declaración politica" estaba en el "preambulo" y no en las dos propuestas de resoluciones que si salieron adelante. La fiscal le ha repreguntado: "¿Entonces qué era? ¿una farsa, un sainete?". La respuesta de Forcadell ha sido rápida  "Si usted considera que es una farsa o un sainete, pero yo considero que es una cosa seria".

La última acusada en comparecer ante el tribunal del 'procés' ha hecho una encendida defensa de la Carta Magna y ha dicho respetar el Tribunal Constitucional como máximo intérprete hasta que dictó al sentencia del Estatut, cuando, según su opinión, empezó a "utilizar criterios políticos en lugar de jurídicos". Ha sostenido que ningún miembro de la Mesa tenía intención de "desoír su mandato" y que ella tenía la obligación de defender la inviolabilidad parlamentaria y la libertad de expresión. "Una cosa es el debate y otra es la consecuencia jurídica de ese debate", dijo Forcadell.

Se cuidó de ser categórica al negar los hechos por los que se enfrenta a 17 años de cárcel por rebelión: su participación en el plan secesionista a través del Parlament, a medida que a exfiscala general del Estado Consuelo Madrigal, de forma un tanto desordenada, le iba preguntando por las distintas suspensiones por parte del Tribunal Constitucional del andamiaje jurídico necesario para el referéndum.

"Entiendo que ha habido un cambio de jurisprudencia -explicó Forcadell-. Toda la que conocía hasta un determinado momento es que no hay que entrar en el fondo de la tramitación parlamentaria, ni en su inconstitucionalidad. Ello es lógico porque fruto del diálogo (lo presentado) puede cambiar. Es lógico porque en el parlamento se tiene que poder hablar absolutamente de todo. El debate tiene que ser libre. En un determinado momento tiene que haber un cambio de jurisprudencia y lo que le puedo decir es que la Mesa del Parlmant siempre hemos tendido a repetar los derechos fundamantales, al debate,  al pluralismo político y a la inviolabilidad parlamentaria. Pueden cambiar los magistrados, pero no los derechos fundamentales".  

En su opinión, el Constitucional "pedía una cosa que es imposible", porque la Mesa del Parlament no podía convertirse en un órgano "censor", se preguntó, para añadir que para ella "el único límite a la libertad de expresión y al debate parlamentario es el respeto a los derechos humanos", que recoge la Constitución y los tratados internacionales. “Los jueces cambian, pero los derechos no”, añadió.

En cuanto a la aprobación el 27 de julio del 2016 de las conclusiones de la comisión de estudios del proceso constituyente, en las que se instaba al gobierno catalán para que se hiciera con las herramientas suficientes para celebrar en referéndum, Forcadell explicó que se trataba de “una resolución política, que empezó y acabó en sí misma”. Por esta tramitación la fiscalía presentó una querella ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que acabó siendo acumulada a la causa seguida en el Supremo.

Leyes suspendidas

Durante el interrogatorio fue constante una dinámica: mientras la fiscalía le preguntaba por las resoluciones del Constitucional que anulaba los acuerdos de la Mesa, Forcadell insistía en que no fueron anulados y que lo que sí se había anulado fueron la ley de presupuestos que reservaba una partida para el referéndum y la ley del referéndum, que fue suspendida el 7 de septiembre. Forcadell explicó que votó junto con otros 72 diputados la ley de referéndum y que entendía que estaban "protegidos por la inviolabilidad parlamentaria".

La expresidenta, que admitió cinco requerimientos del alto tribunal, señaló que "ella no permitía nada" y que fue el "pleno, que es el órgano soberano según el Reglamento del Parlament, fue quien pidió la tramitación" de la ley del referéndum. 

Respecto a que desoyera los informes de los letrados de la Cámara catalana, Forcadell señaló que actúan con "exceso de celo y autoprotección". "Ellos hacen referencia a informes jurídicos y nostros tenemos que tomar decisiones políticas", explicó.

Forcadell hizo una encendida defensa de la tramitación exprés prevista en el 80.3 del Reglamento y lo comparó con las "leyes de calado" aprobadas por una vía similar en el Congreso.  

"Casualmente no sale, pero yo pedía no caer en provocaciones y hacer todo pacíficamente", insistió Forcadell, al ser preguntada sobre el 20 de septiembre, cuando se acercó a Economía, palabras que sí aparecieron en el vídeo que pidió reproducir la fiscalía, en el que se la oye instar a acudir a votar el 1-O para demostrar que no se tiene miedo. Aseguró que para demostrar su neutralidad como presidenta del Parlament reclamó el voto a favor o en contra, pero no convenció a la fiscalía que le recordó que la protesta era contra la decisión de un juzgado y la ilegalidad del referéndum. "Votar no es delito y en democracia no hay que tener miedo", se justificó antes de decir que pese a la violencia policial que se vivió el 1-O la gente respondió pacíficamente.

Español en Catalunya

Previamente, al igual que sus compañeros de banquillo, lamentó no poder hablar en catalán por utilizarse la traducción simultánea, porque con la decisión del tribunal se "minoriza" el catalán, pero luego negó tener problema en hablar en "español, porque también es lengua en Catalunya y la lengua materna de muchos catalanes", dijo. Luego mientras declaraba, se quejó de que "siempre se saltan palabras" al traducir del catalán al castellano.

Forcadell, que ya ha llevado a la justicia europea su permanencia en prisión, hizo hincapié en explicar cómo llegó a la política desde la presidencia de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y se incorporó como independiente a las listas de Junts pel Sí, en la que todos los partidos concurrieron unidos a unas elecciones que se consideraron plebiscitarias. Sostuvo que desconocía cualquier elemento de la agenda del número dos de Economía Josep Maria Jové, en la que aparecía que sería la presidenta del Parlament antes de las elecciones en las que fue elegida. La acusada dijo que ella solo supo su designación para esa responsabilidad una semana antes de ser nombrada.

Las preguntas que le dirigió Madrigal fueron muchas veces contestadas con un "no recuerdo", lo que sí aseguró es que las movilizaciones de las ANC siempre fueron "masivas, pacíficas y espectaculares", para que "la gente disfrute". Y en cuanto a la compra de urnas, se permitió un "bueno, esto no lo sabe nadie".