sin acusación fiscal

Abogado de tres acusados de espionaje político acusa al PP de Aguirre de iniciar el caso para "esconder" el de Gürtel

Esperanza Aguirre e Igancio Gonzaléz

Esperanza Aguirre e Igancio Gonzaléz / PO

El Periódico / Agencias

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El abogado de tres de los acusados en el juicio por el presunto <strong>espionaje político</strong> en Madrid ha acusado este lunes al Partido Popular de la época de Esperanza Aguirre de iniciar en el 2009 el caso para "esconder" el estallido de la Gürtel y crear "una cortina de humo" con esta investigación, focalizando las miradas en los supuestos espías a sueldo.

Así lo ha manifestado el letrado Ramón González Bosch a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid, donde está previsto que se seleccionen a los miembros del Jurado Popular que enjuiciarán los hechos. La vista oral se celebra sin acusación fiscal y con un calendario en el que está previsto la testifical de los exaltos cargos del Gobierno regional Esperanza Aguirre, Ignacio González, Francisco Granados y Salvador Victoria. 

A su llegada, el letrado defensor de José Manuel Pinto, Antonio Coronado y José Oreja ha hecho alusión a la supuesta 'guerra interna' que había entre los populares en aquella época en la que se tiraban "los trastos a la cabeza".

Además, ha manifestado que es "inexplicable" que desde el 2009 al 2014, el Gobierno regional manifestara que los acusados son inocentes, y desde la entrada de Cristina Cifuentes a la Comunidad se cambiara la teoría con un nuevo letrado ejerciendo como acusación particular.

Maniobra electoral

Asimismo, ha recordado que en la época en la que se inició la causa la entonces diputada regional socialista Maru Menéndez, entonces 'mano derecha' de Tomás Gómez, inició "una guerra" contra el PP "para sacar rédito electoral". "Todo es ficticio. Nunca hubo espionaje. Es absolutamente torticero", ha recalcado en relación a las cantidades fijadas por la acusación socialista basándose en cuantías absurdas.

Además, ha insistido en que Francisco Granados, exsecretario general del PP de Madrid y exconsejero de Interior, sabía "perfectamente" lo que pasaba y "no hizo nada". "Yo he presentado 51 pruebas para plantear al verdadero culpable. Y ver si ocurrió algo", ha resaltado. También ha dicho que Aguirre y González "no van a aceptar nada".

Las acusaciones particulares son el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad y la exdiputada regional Carmen Méndez González. Y la acusación popular la ejerce el PSOE de Madrid, que solicita penas de entre dos y cuatro años de cárcel para los seis acusados por un delito de malversación de caudales públicos.

La vista oral del caso, cuya instrucción se remonta a enero del 2009, tuvo ya tres archivos. La Fiscalía de Madrid solicita la absolución de los acusados al considerar que no existe ninguna infracción penal en los supuestos seguimientos a distintos políticos de la Comunidad de Madrid.

Acciones particulares

En cambio, las acusaciones particulares acusan al director de Seguridad en la época de AguirreSergio Gamón, y a otros cinco personas, entre ellas tres guardias civiles. En el banquillo de los acusados se sentarán el exfuncionario José Manuel Pinto; los guardias civiles José Oreja, Antonio Coronado y Luis Caro. También lo hará el 'número dos' de Gamón, Miguel Castaño Grande. 

Fue <strong>Manuel Cobo</strong>, exmano derecha de Alberto Ruiz Gallardón, quien denunció que había sido víctima de vigilancias entre abril y mayo del 2008. En las diligencias se sumó la denuncia presentada por el ex consejero Alfredo Prada ante la Fiscalía de Madrid. 

Los seguimientos se habrían realizado en plena batalla por el poder dentro del Partido Popular después de que Mariano Rajoy perdiera las elecciones generales del 2008. Cobo y Prada, entonces, estaban considerados como adversarios de Esperanza Aguirre. 

Testificales

Las testificales arrancarán el próximo viernes 8 de febrero con las comparecencias solicitadas por la Fiscalía de Cobo, Prada, Francisco Mercado, Ignacio Palacios y tres agentes de la Policía Nacional. Además, comparecerá Francisco Granados. 

Granados, exsecretario general del PP de Madrid, ya compareció en la instrucción para explicar una reunión en la que los guardias civiles acusados le comentaron que les estaban obligando a realizar los seguimientos. 

El próximo 11 de febrero será el turno de Ignacio González; Esperanza Aguirre; Yolanda Laviana Fernández; Marcos Peña Fernández; y Mar Pérez Merino.

Las testificales seguirán un día después con Francisco Mercado Merino, José Manuel Romero, José Luis Olivera Serrano y un agente de la Policía Nacional.

El día 13 de febrero testificarán Jaime Barrado González, Enrique Barón Castaño, Salvador Victoria, Agustín Carretero Sánchez y Marcos Peña Díaz.

En la comisión de investigación, Antonio Coronado Martínez aseguró que el expresidente regional había sido el que le había ordenado seguir a Cristina Cifuentes y a Alberto Ruiz-Gallardón, ambos expresidentes de la Comunidad. 

Sin acusación fiscal

Para el fiscal del caso, no ha quedado acreditada la intención de los acusados de utilizar o destinar medios públicos a usos ajenos a la función pública puesto que no han realizado y ni siquiera han ordenado "intencionadamente" ninguna actuación que no formase parte de las funciones públicas que les estaban encomendadas y, "consiguientemente, no se ha generado perjuicio alguno a la Comunidad de Madrid". 

Además, señala que se han aportado al procedimiento documentos donde constan "supuestos" partes de seguimiento, que no han sido obtenidos de expedientes administrativos, "sino que han sido aportados al proceso por el periodista, sin que tales partes respondan a seguimientos reales realizados, pudiendo haber sido elaborados con un interés espurio por la persona que los entregó al citado periodista". 

También recuerda que tres de los acusados (José Oreja, José Luis Caro y Antonio Coronado) tenían dentro del desempeño de las funciones como asesores de seguridad la de controlar numerosos edificios públicos donde se ubicaban las distintas Consejerías de la Comunidad de Madrid, y otros organismos y sedes oficiales "lugares donde solían acudir las personas a las que supuestamente se realizaban los seguimientos". 

Por último, agrega que "los posicionamientos de los teléfonos de los acusados obtenidos a través de las antenas BTS de Telefonica no permiten determinar de forma precisa y exacta la posición física real de los teléfonos móviles, dado que, debido a la saturación, en ocasiones la señal de los teléfonos se redirige a otras antenas más alejadas de su ubicación real".