EL JUICIO DEL 1-O

Las cárceles de Madrid se preparan para recibir de nuevo a los políticos presos

llegada políticos presos Lledoners

llegada políticos presos Lledoners / Ferran Nadeu

Juan José Fernández

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Tres prisiones, las de Estremera, Soto del Real y Aranjuez, son las preseleccionadas para albergar a los políticos independentistas presos durante el juicio por el 1-O que en el plazo máximo de un mes comenzará en el Tribunal Supremo. La elección de Interior se limita a una de esas tres por razones de cercanía al lugar de celebración de la vista, confirman fuentes penitenciarias.

La cárcel de Estremera se encuentra a 76,6 kilómetros del centro de Madrid. La de Aranjuez a 65,3 y la de Soto del Real a 39,2. Las tres opciones se barajaban en la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ya antes de que, en la mañana de este jueves, desde el Tribunal Supremo se emitiera la preceptiva petición de conducción de presos para su personación en el juicio. Influye en la elección no solo la necesidad de evitar a los presos preventivos largos trayectos diarios a las sesiones de la vista. También -y eso determinará la decisión final- el nivel de ocupación de módulos seguros o 'de respeto' en el momento de la llegada de los hombres. 

Para el caso de las dos políticas que serán juzgadas -la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la exconsellera Dolors Bassa- hay una sola opción: el centro penitenciario Madrid I, la prisión de mujeres de Alcalá-Meco. Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn, Oriol Junqueras y Raül Romeva estuvieron en una primera etapa de prisión preventiva en Estremera hasta el pasado 4 de julio los dos últimos y hasta seis días después los tres primeros. Jordi Sánchez y Jordi Cuixart salieron también el 4 de julio de Soto del Real hacia Catalunya. Las mujeres estuvieron en Alcalá-Meco hasta el esa misma fecha. 

En esta ocasión, las fuentes penitenciarias consultadas no descartan que puedan estar los siete juntos, en un mismo módulo de respeto. Un régimen rebajado de obligaciones de seguridad marcará su estancia, como durante la primera etapa. Se les permitirán reuniones conjuntas -o "de sala"- con sus abogados. Para hablar con sus defensas no tendrán que verse en los locutorios. Otros detalles de sus vidas intramuros dependerán de los directores de las respectivas prisiones.

Traslados complejos

Sí está descartado, sin embargo, que se les concedan traslados a cárceles Catalunya durante los fines de semana. Dada la distancia entre celdas y juzgados, en el Supremo está previsto que las sesiones del juicio comienzen a partir de las diez de la mañana para evitarles a los presos la necesidad de madrugar en exceso para las conducciones, informa Ángeles Vázquez.

Una conducción de presos conlleva una sucesión de preparativos policiales y, en casos de relevancia, medidas de contravigilancia que lo hacen más complejo de lo que parece. Y obliga a preparativos con mucha antelación de la hora de salida.

La conducción principal a las cárceles madrileñas desde las catalanas de Lledoners, Puig de les Basses y Mas d'Enric correrá de nuevo a cargo de la Guardia Civil. Los especialistas del instituto armado -del que depende el diseño de la seguridad y las paradas en viaje- tratan de evitar que se conozcan detalles del trayecto y los convoyes -de hecho les irritó la gran cobertura mediática del camino entre Madrid y Catalunya-, pero todas las fuentes consultadas dan por seguro a estas alturas que los presos dormirán en la cárcel de Zuera (Zaragoza), a medio trayecto, como ya hicieron el pasado verano.

Otros traslados a Catalunya

El traslado de los políticos independentistas presos, decidida por el Gobierno Sánchez en julio pasado, permitió al área de Prisiones del Ministerio del Interior retomar parte de las congeladas relaciones con la administración catalana. Y eso, a su vez, propició otros traslados pendientes de presos a Catalunya, si bien no tan mediáticos.

El 25 de julio, sin oposición ya de Interior ni de la Audiencia Naconal y tras la estela del traslado de Junqueras, los Jordis y los exconsellers, fueron trasladados Sandro Rosell y Joan Besolí. El expresidente del Barça y su testaferro, para quienes la Fiscalía pide 11 años de prisión por supuestos de organización criminal y blanqueo, salieron de Soto del Real con destino a la cárcel de Brians II, en Sant Esteve Sesrovires. Llevaban en la cárcel de la sierra madrileña desde mayo de 2017 y habían pedido su traslado en repetidas ocasiones.

En las mismas fechas, y sin ningún seguimiento mediático, salió para Catalunya Alfonso Fernández, un penado originario de Vallecas. En el mundo de la izquierda antisistema se le conoce como 'Alfon', y está condenado a cuatro años de cárcel por tenencia de explosivos en una mochila durante la huelga general del 14 de noviembre de 2012.

La razón por la que la administración penitenciaria aceptó el traslado del activista madrileño preso a una cárcel catalana fue una relación amorosa. Alfon se había casado con una joven de Barcelona que le había visitado en la prisión de Navalcarnero en numerosas ocasiones, y pudo apoyar su solicitud con la documentación nupcial pertinente.