NUEVA ETAPA

Vox reclama negociar el acuerdo PP-Cs en Andalucía para apoyar la investidura

El partido naranja logra la presidencia del Parlamento en una sesión que anticipa una convulsa legislatura

El secretario de organización del PP, Teodoro García Egea, estrecha la mano del líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, este jueves, en el Parlamento.

El secretario de organización del PP, Teodoro García Egea, estrecha la mano del líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, este jueves, en el Parlamento. / periodico

Julia Camacho

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Llamadas al orden de la nueva presidenta del Parlamento andaluz; diputados quejándose por quedar fuera de la Mesa de la Cámara; algunos protestando al no poder prometer el cargo sobre la Constitución y defendiendo el Estatuto autonómico; otros, limitándose a jurar su cargo "por España"... La sesión de constitución del Parlamento andaluz para el inicio de la XI Legislatura, la de la alternancia tras cuatro décadas del PSOE, dejó muestras de cuán conflictivos serán los próximos cuatro años, con PP y Ciudadanos como socios de un mismo Ejecutivo y peleando por un mismo espacio político y electoral frente a un bloque de izquierdas con poca capacidad de maniobra. Por si fuera poco, el otro actor en liza, Vox, mostró a las claras que aspira a ser fundamental para el día a día. De momento, y tras dar su voto a Cs para permitirle hacerse con la presidencia del Parlamento, ahora reclama negociar el acuerdo programático para apoyar la investidura de Juan Manuel Moreno.

La jornada cumplió el guion que el día antes había escrito la alianza de derechas y ultraderecha, "el pacto de la vergüenza", según la denominación de los socialistas. Aunque muchos contuvieron la respiración hasta el final ante alguna jugada sorpresa de última hora, esta no se produjo. La diputada naranja Marta Bosquet se hizo con la presidencia de la Cámara gracias a los votos de PP y de Vox. PSOE, PP y Cs se repartieron las vicepresidencias, y las secretarías quedaron en manos de PSOE, PP y Vox gracias a una pirueta: en una votación secreta, los naranjas votaron al candidato popular, y el PP, al de la formación de ultraderecha. Todo para salvaguardar la imagen de que Cs no ha pactado con el partido de Santiago Abascal y que eso es cosa de sus socios.

Pero por mucho que renieguen entre las filas naranjas, Vox tiene claro que hará valer su apoyo. Este mismo jueves ha exigido su hueco en la mesa de negociación para que sus propuestas sean tenidas en cuenta en el pacto programático de PP y Ciudadanos cara a votar al líder popular como presidente de la Junta de Andalucía a mediados de enero. Reconocen que hay medidas que comparten plenamente, como las de contenido económico o tributario y las de despolitización y racionalización de la administración. Pero en el plano social, algunas les chocan, como las leyes de igualdad, la protección de homosexuales y transexuales o la petición de más recursos para atender a unos inmigrantes a los que quieren echar. Tampoco el modelo autonómico, que no comparten pero saben blindado sin modificar la Constitución, es prioritario para ellos.  Por eso, ya tienen un equipo negociador para, desde este jueves, y "sin líneas rojas", trabajar con el fin de encajar sus ideas en el texto del acuerdo.

"Apoyaremos a quien tengamos que apoyar, pero después de sentarnos a hablar como ha hecho el PP con Cs", dijo el líder andaluz de la formación de ultraderecha, Francisco Serrano. En la misma línea, el secretario general de Vox, Javier Ortega, aseguró: "No nos sentimos responsables ni obligados con otros acuerdos que hayan podido pactar esas dos formaciones políticas". Adelantó, incluso, que los discutirán "punto por punto".

Respuestas dispares

La respuesta de sus futuros socios, sin embargo, fue dispar. En el PP reconocieron no tener problemas en discutir el pacto dado que no se ha firmado oficialmente. "A partir de hoy seguimos dialogando con otras fuerzas políticas y, especialmente, con las que integran el cambio", dijo Moreno, asegurando que a partir ese diálogo "se establecerán decisiones". Pero en Cs mantienen que el texto es intocable, aunque otra cosa es, señaló Marín, que durante la legislatura se puedan ir modificando o ajustando cosas.

La situación, en cualquier caso, la resumió a la perfección Moreno, quien al término de la sesión consideró que en la nueva legislatura"habrá que trabajar mucho". Apenas se sentó en su sillón de presidenta del Parlamento, Bosquet tuvo que llamar al orden varias veces en un plenario en el que los diputados simplemente se limitaban a jurar o prometer su escaño, por lo que cuando haya discusiones legislativas el pleno puede convertirse en un infierno.

Adelante Andalucía se queda fuera

La composición final de la Mesa deja fuera a Adelante Andalucía, que provocó el primer incidente de la legislatura al reclamar el sitio que le corresponde por reglamento. Una jugada calcada a la de la pasada legislatura, cuando el PSOE no quiso ceder sus puestos y se lo arrebató al PP para dárselo a IU a fin de que todas las fuerzas estuvieran presentes en el órgano de gobierno del Parlamento. La solución final vino de los tribunales obligando a crear una vocalía, sin voto, para IU y restableciendo el asiento del PP.

Este jueves, el dirigente de Adelante Andalucía Antonio Maíllo apeló a que esa sentencia no creaba jurisprudencia y exigió que se le diera su sitio. De nada sirvió que el PSOE reclamara una reunión esa misma tarde para crear esa vocalía 'ad hoc'. Su presencia en la Mesa dependerá de un acuerdo político unánime.