REACCIONES

Susana Díaz rechaza dimitir y pide el apoyo de Ciudadanos

La presidenta andaluza destaca que lo "normal" es que el tercero apoye al primero y que lo demás es "extraño"

Los miembros de la ejecutiva del PSOE-A dan la confianza a Díaz.

Los miembros de la ejecutiva del PSOE-A dan la confianza a Díaz. / periodico

Julia Camacho

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Si hubiera perdido las elecciones, me habría ido. Pero he ganado”. La candidata socialista Susana Díaz se aferró ayer a su victoria pírrica en las elecciones andaluzas para recordar que el PSOE sigue siendo la principal fuerza política de Andalucía y que es a ellos a quien les toca la “responsabilidad y deber” de iniciar las conversaciones con el resto de partidos para intentar formar gobierno. Un escenario que se antoja imposible ante la suma de PP, Cs y Vox y sus ganas de un cambio tras 36 años ininterrumpidos de Gobierno del PSOE.

Diaz convocó este lunes a su ejecutiva regional para evaluar el desastroso resultado de las elecciones andaluzas. Perdieron 400.000 votos y 14 diputados, alcanzando 33 escaños, los peores resultados jamás imaginados por el PSOE en su comunidad talismán, aquella en la que nunca dejaron de gobernar en democracia. Tras la reunión, y ante los rumores que llegaban de Madrid, lanzó un primer mensaje para la dirección federal que ya parece abrirle la puerta de salida. Si Pedro Sánchez perdió elecciones y no abandonó su cargo al frente del partido, ¿por qué habría de hacerlo ella que sí ha ganado los comicios con siete puntos de diferencia al PP y diez a Ciudadanos? dicen en su entorno. Las espadas están de nuevo en alto con el líder del partido, ya que la andaluza dejó claro que no piensa marcharse de la secretaría general del partido en Andalucía. Es más, aseguró que en la reunión de la ejecutiva, ningún miembro del partido había pedido un paso atrás para favorecer la gobernabilidad o un posible acuerdo con otras formaciones. “Me han dado su confianza para seguir poniendo al PSOE en el sitio que le corresponde”, aseguró.

"Tomamos nota"

En este sentido, la dirigente socialista reconoció que han fallado muchas cosas para que tantos votantes socialistas hayan optado por quedarse en su casa y no ir a votar. “Que sepan todos ellos que entendimos el mensaje y tomamos nota”, dijo, convencida en cualquier caso de que el PSOE “sigue siendo el partido de Andalucía” y el que mejor representa los intereses de esta tierra y la defensa del estado del bienestar.

Su tesis en estos momentos aciagos pasa porque “todo el socialismo”, en el que incluyen a la dirección federal, deben hacer una "reflexión de conjunto" sobre por qué han dejado de recibir la confianza de los ciudadanos y estos prefieran la abstención. Una autocrítica que atribuyó, por ejemplo, a no haber sabido explicar bien las dificultades atravesadas o no ir a la velocidad adecuada. O a la propia irrupción de la ultraderecha en toda Europa. Pero en ningún caso conceden que haya un cambio de ciclo por 36 años de desgaste. “Si se quita a la extrema derecha, aún hay mayoría de izquierdas en Andalucía”, insistió respaldada por toda su ejecutiva, “si se incluye a Vox, entonces se está naturalizando y normalizando a la extrema derecha en las instituciones, cosa que yo no haré”.

Por estas razones, Díaz aseguró que su obligación es “estar a la altura de lo que merece y necesita Andalucía” e intentar formar gobierno. Y además, asumir la responsabilidad de frenar la entrada de la extrema derecha que “no respeta nuestro estatuto de autonomía ni las normas de convivencia”. Así, iniciará negociaciones con el resto de partidos “constitucionalistas” para formar un gobierno de concentración, presidido por ella. No concibe que otro dirigente encabece ese gobierno. “Lo más normal es que el tercero apoye al primero, lo contrario sería un poquito extraño”, justificó. Desde su equipo, insistieron en que “no podemos dejar de intentarlo” y que lo que menos pasa por su cabeza es 'hacer un arrimadas', en alusión a que la líder catalana de Cs fue la fuerza más votada y ni presentó candidatura a la presidencia ante la dificultad de lograr los apoyos ante las fuerzas independentistas. Y deslizan que por qué en ese momento no quisieron dar batalla, siendo la primera fuerza, y ahora en cambio quieran hacerlo siendo la tercera.

En sus planes, el escenario ideal sería un pacto a tres bandas con PSOE, (33 escaños) Cs (21) y Adelante Andalucía (17), reeditando el acuerdo con la formación naranja y apelando a la responsabilidad de la coalición de izquierdas para cortar el paso a Vox mediante la abstención. “No me imagino a Merkel o a Macron defendiendo y blanqueando a la extrema derecha en Alemania y Francia y dispuestos a alcanzar acuerdo con ella”, les lanzó a Cs, advirtiendo que Vox “es una extrema derecha que ha llegado galopando sobre un discurso racista, xenófobo y que justifica la violencia sobre las mujeres”, reiteró, recordando que, de hecho, la primera líder europea en felicitarlos ha sido Marine Le Pen. Pero los socialistas son conscientes de que es casi un imposible, ya que la derecha no va a dejar pasar la oportunidad de explorar las opciones de gobierno apoyándose en la formación de Santiago Abascal.