Felipe González cree que el 'procés' habría costado más de mil muertos en los años 30

Felipe González y Miquel Roca saben muy bien lo que es compartir Parlamento con la ultraderecha. Convivieron en el Congreso durante tres años con Blas Piñar, el único diputado abiertamente fascista desde la restauración de la democracia en España hasta la entrada este domingo de 12 diputados de Vox en el Parlamento andaluz. El regreso de la extrema derecha al tablero político ha planeado sobre el acto organizado en Barcelona por la delegación del Gobierno en Catalunya para conmemorar los 40 años de la Constitución, con un coloquio entre González y Roca, con Mònica Terribas como moderadora. Un coloquio en el que el expresidente ha sentenciado que si los hechos del 6 y 7 de septiembre en el Parlament hubieran pasado los años 30 "nos hubiera costado mil muertos". 

Tras valorar que "si alguien rompe el perímetro constitucional por acá puede legitimar que otros rompan por el otro lado", González se ha preguntado "cuánto de reacción de nacionalismo español" l independentismo hay en la eclosión de Vox. El expresidente ha lamentado que se haya "perdido el diálogo y con la crispación alimentamos monstruos que creíamos superados y reaparecen en la convivencia entre nosotros". En lugar de "preocuparse tanto" por esta irrupción de la ultraderecha ha reivindicado autocrítica para entender los errores cometidos para abrir espacio para estos populismos. "Cuando las sociedades envejecen pierden horizonte visual y son pasto de los que alimentan temores", ha señalado evocando las soluciones fáciles a problemas difíciles que ofrecen Bolsonaro o Trump.

Defensa del diálogo

Pacto y diálogo han sido dos de los conceptos que más han reivindicado tanto el exlíder socialista como el exsecretario general de CDC. Como ha destacado en la presentación la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, el mejor homenaje a la Constitución es "dialogar sobre ella, su vigencia y su futuro". Roca, ponente de la Constitución, se ha mostrado orgulloso de la Carta Magna que contribuyó a alumbrar. Y ha ensalzado que "ni un problema actual tiene la causa en el texto constitucional". "Sin duda el problema ha sido más política que de otra naturaleza", ha coincidido el expresidente que considera que aunque la "Constitución no son las tablas de la ley" es "lo menos malo que nos ha pasado desde 1812 hasta hoy como marco de convivencia".

Mientras que González apuesta más por la reforma constitucional Roca es más reacio. Pero el exlíder socialista ha dejado claro que se opondrá siempre a cualquier reforma que abra la puerta a la inclusión del derecho de autodeterminación. "El que quiera que lo plantee pero yo votaré en contra. Yo haré campaña en contra porque no quiero meter el germen de la autodestrucción en la Constitución", ha comentado antes de señalar que ninguna mayoría en el Parlament puede tomar decisiones como las del 6 y 7 de septiembre porque "apelar a la democracia contra las reglas establecidas por la propia democracia no es democrático". Tras coincidir en que la sentencia del TC contra el Estatut del 2010 fue el germen del problema catalán, los dos han reconocido que no hay una solución fácil que en cualquier caso consideran que pasaría por una mayor unidad y diálogo interno en Catalunya. 

Ambos han lamentado que la clase política actual no tenga el mismo espíritu dialogante que ellos tenían. Mientras que González ha lamentado que "los que no tuvieron necesidad de trincheras estén creando trincheras para descalificar al otro", Roca ha criticado también que "los que hemos conocido el fascismo no nos gusta que vayan dando carnets de fascista los que no lo han conocido".