Catalunya se cuela en el debate andaluz

Pablo Casado

Pablo Casado / periodico

Julia Camacho

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Ya sea en busca de militantes desencantados de la competencia o en busca de ese 26% de indecisos que aprecian las encuestas, lo cierto es que Catalunya, y por extensión el agravio del modelo territorial, se han colado en la campaña electoral andaluza copando mítines y programas electorales. Especialmente por parte de aquellos partidos que han planteado sin tapujos la cita andaluza como la primera vuelta de las elecciones generales. Es el caso de Ciudadanos, que presume de un mismo discurso en todas las regiones y busca rentabilizar el discurso frente el desafío soberanista que tan bien parece funcionarles en el resto de comunidades. Y también, aunque en menor medida, el PP e incluso Vox, cuyos mensajes ahondan en la línea de la centralización de competencias en materias como sanidad y, especialmente, educación, terreno abonado para el "adoctrinamiento" según los populares o incluso la desaparición del estado autonómico que propone el partido de derecha extrema.

Fue el líder del PP, Pablo Casado, el primero en abrir fuego al introducir el tema catalán en los actos de la larga precampaña. Al compartir siglas del PSOE, Susana Díaz es también corresponsable del acuerdo de Pedro Sánchez con los soberanistas para sacar adelante la moción de censura. “En la papeleta de Díaz van también Quim Torra y Arnaldo Otegui”, llegó a asegurar el presidente popular. El apoyo de los independentistas a los presupuestos generales que afectan a millones de andaluces “y se negocian en la cárcel de Lledoners” es otro de los argumentos empleados por el partido conservador junto al el agravio de financiación autonómica, con “los 1.600 millones que se dan a Catalunya, y a Andalucía, cero”. Una “humillación” para Juan Manuel Moreno Bonilla, quien defiende Andalucía como “contrapeso contra el supremacismo nacionalista de Torra y compañía”.

La excusa formal de esa catalanización de los mensajes la ofreció el candidato naranja, Juan Marín, en el primer debate de campaña cuando desde PSOE y Adelante Andalucía le reprocharon que no centre toda su atención en los problemas de la región. “Andalucía es parte de España, y a los andaluces les duele lo que pasa en Cataluña”, justificó. De hecho, fue el único tema que encendió un debate planteado como monólogos de propuestas. La crispación llegó a tal punto que, al día siguiente, Marín retó a Torra en las redes sociales a presentar una supuesta querella por acusarle de decir que “los andaluces tienen un gen menos”. “No pierda ni un segundo”, le instó, tildando al president de la Generalitat de “racista, golpista y cobarde” y pidiéndole que “dé la cara y no huya como Carles Puigdemont”. “Nos veremos en los tribunales o donde haga falta”, concluía el mensaje.

El partido naranja fue el vencedor de los últimos comicios catalanes, “pese a que les decían que era imposible”, y ahora explotan el origen andaluz de Inés Arrimadas para intentar repetir la hazaña. La jerezana es uno los valores activos de Ciudadanos y una de los dirigentes políticos mejor valorados en el resto de España. Tanto, que es la única capaz de provocar cierto nerviosismo entre las filas socialistas, reconocen algunos en privado, ya que su mensaje no es muy distinto del de Susana Díaz en esta cuestión.  

En los programas electorales

Ciudadanos saca pecho al asegurar que quieren vivir “en un país donde podamos defender la unión de España en todos sus rincones”. Por eso, su decálogo de propuestas lo cierra una referencia a la “unión de los españoles solidaridad interterritorial. Una España de ciudadanos libres e iguales por y desde Andalucía”, en la que acusa a los partidos tradicionales de “cómplices de privilegios nacionalistas, mercadeando con la igualdad de todos los españoles” y se compromete “firmemente” con la Constitución para “blindar la igualdad de los españoles, no para trocearla”. También en PP apela en el primer punto de su programa electoral a la “defensa de la Unidad de la España Constitucional frente al independentismo radical”, un mensaje en el que se profundiza más adelante en el apartado sobre Justicia Libertad y Seguridad cuando, al repetirlo, añaden un “y se reafirma en su reconocimiento, apoyo y gratitud a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por su entrega y labor diaria como garantes del orden público”.

Adelante Andalucía y PSOE han tratado de dar la vuelta a esos mensajes, en el caso de la confluencia de izquierdas asegurando que “no es Catalunya lo que rompe España, sino la desigualdad”. Díaz hila más fino y apunta a una supuesta visión clasista de “inferioridad” de los andaluces. “¿Irían a Cataluña o a Euskadi a hablar de lo que le interesa a Andalucía?”, pregunta.