El golpe de timón en la posconvergencia

Cartel electoral de Junts per Catalunya

Cartel electoral de Junts per Catalunya / DANNY CAMINAL

Fidel Masreal

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"Con la historia de que los partidos son antiguos, nos lo reventó todo, habíamos hecho un proceso de primarias, pero aquello fue una dictadura, un dedazo, peor que en los tiempos de Jordi Pujol". Así resume una persona destacada de la que era entonces la dirección de la posconvergencia, el PDECat. "Hubo un cambio de rol de poder", resume con sinceridad una persona fiel a Carles Puigdemont. "Sí, nos cargamos el sistema de primarias del PDECat, pero si ellos se hubieran presentado en solitario con Marta Pascal de candidata hubieran sacado 12 o 20 escaños, ERC hubiera ganado seguro, algunos de los actuales resentidos estaban eufóricos la noche electoral".

Se cumple un año de la confección de las listas electorales de Junts per Catalunya -un nombre por cierto sugerido entre otros por el exdiputado Germà Bel en una conversación con David Bonvehí, Marta Pascal y Josep Maria Forné-. 

Días en los que no estaba nada claro. Tanto es así que distintas fuentes consultadas apunta a un nombre como posible candidata a la Generalitat: Mercè Conesa. La exalcaldesa de Sant Cugat del Vallès estuvo en algunas quinielas. Ella niega haber recibido en firme una oferta, más allá de admitir que sí se barajó su nombre para acompañar al de Puigdemont.

Se intentó la unidad mediante llistaunitaria.cat. No funciono. Puigdemont quería presentarse pero en algo distinto al PDECat. Algunos dirigentes plantearon la necesidad de evitar la opción de presentar una agrupación de electores. "Lo hicimos para presionar a unos y a otros, a Pascal y a Puigdemont, en favor de un pacto", explican fuentes conocedoras de esa posibilidad. Una opción que hubiera dejado al PDECat totalmente desnudo política y económicamente. "Si se llega a hacer eso, el partido muere", asumen los que entonces pilotaban el partido.

Lo nuevo y lo viejo

Los dirigentes del partido visitaron un fin de semana a Puigdemont en Bruselas. Le llevaron la propuesta del nombre y del logotipo, e incluso la posibilidad de que la cara de Puigdemont fuera la imagen que apareciera en las papeletas, como había hecho Ada Colau en Barcelona. Puigdemont lo rechazó. El pacto global incluía aceptar la lista del PDECat introduciendo a independientes, según el PDECat. Puigdemont exigió a Jordi Sànchez a su lado en la candidatura. También se pactó, según la cúpula del partido, que el PDECat se quedaría con los derechos económicos que surgieran del resultado en las urnas, sin excepción. "Esto se ha incumplido hasta hace un mes, y al final hemos tenido que repartir el dinero", denuncian fuentes conocedoras de esa negociacón. El entorno de Puigdemont lo niega categóricamente.

El sanedrín de Puigdemont

El acuerdoincluía también a un nombre para dirigir la campaña. Tampoco fue ese el que Puigdemont escogió. Fue Elsa Artadi quien dirigió la estructura electoral pese a que inicialmente se resistió. De hecho, tres días después de la visita del partido a Puigdemont, este citó en una cena, un lunes en Bruselas, a Elsa Artadi, Jaume Clotet -actual jefe de comunicación de la 'consellera'-, Albert Batet, alcalde de Valls y Josep Rius -jefe de gabinete del 'president' Torra. Ese nucleo duro hizo las listas, prescindiendo del proceso democrático previo del PDECat. Desde Barcelona, la dirección del partido trató de salvar lo que pudo de sus nombres. "Lo recordaré por siempre, si volveria a nacer no lo haría", admite una persona directamente implicada en este estira y afloja que duró hasta horas antes de la presentación de las listas.

Puigdemont hizo la lista de Girona por competo, añade esta fuente. Lo cierto es que escogió a nombres también del PDECat. "Sí, escogimos a gente del PDECat, la que representaba lo que queríamos representar, pero según que nombres no nos los pensábamos comer", explican en el entorno del 'expresident'. Entre estos, los que fueron críticos con Puigdemont cuando quiso convocar elecciones. Ninguno fue a las listas. En Barcelona, el partido tan solo coló a Lluís Font y a Neus Lloveras. Para facilitar las cosas, los cargos internos del partido -Pascal, Bonvehí, Neus Munté- evitaron estar en las listas. En cambio los nombres de confianza del candidato, como Artadi y Batet, si estuvieron. Sobre este último, uno de los negociadores sostiene que Puigdemont afirmó inicialmente: "A este personaje le decís vosotros que no puede ir en la lista". El lunes siguiente Batet estaba en Bruselas junto a Puigdemont en un acto público. El entorno del actual líder parlamentario de JxCat niega este veto previo. "¿Crees que pasaría de ser vetado a líder del grupo?", afirman.

"Había cierta tensión", admiten los protagonistas de este serial, que acabó pocas horas del límite legal para presentar la lista. Una lista que triunfó electoralmente frente a ERC, lo cual es el principal argumento del entorno de Puigdemont para defender esa operación, que marcó un antes y un después en el espacio soberanista de la posconvergencia. Basta con recordar como Batet y Artadi controlan directamente Govern y grupo parlamentario, fieles a un Puigdemont al que definen como un político de una talla excepcional. Mientras, Marta Pascal ha sido apartada de la dirección del PDECat.