ELECCIONES ANDALUZAS

El primer debate en Andalucía confirma la pelea PP-Cs por liderar la derecha

De izquierda a derecha, los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía Juan Marín (Cs), Susana Díaz (PSOE), Juan Manuel Moreno (PP) y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), en el debate de campaña de este lunes, en Canal Sur.

De izquierda a derecha, los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía Juan Marín (Cs), Susana Díaz (PSOE), Juan Manuel Moreno (PP) y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), en el debate de campaña de este lunes, en Canal Sur.

Julia Camacho

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Un debate sosegado, de perfil plano, que no se animó hasta el tramo final al hablar de corrupción y modelo territorial, un bloque en el que Catalunya, y las posiciones de los partidos en torno a un debate soberanista que renta votos en clave nacional, coparon la mayor parte de las intervenciones. “El problema de España no es que se rompa España, sino la desigualdad, el problema andaluz”, clamó la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, para tratar de centrar el primer cara a cara de los candidatos a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. Un debate del que la socialista Susana Díaz salió indemne merced a la pelea entre PP y Cs, y que dejó claras sus dificultades para encontrar un aliado que le permita formar gobierno si logra ganar los comicios, de ahí su apelación continua a que no la “bloqueen” y le dejen formar gobierno si es la fuerza más votada.

Ambos temas, corrupción y Catalunya, fueron los únicos minutos en los que los cuatro líderes políticos que aspiran a presidir Andalucía se vinieron arriba, con alguna llamada al orden de la moderadora, en el primer debate emitido por la televisión autonómica en esta campaña. El encuentro, el primero también con Cs y Podemos ya en el Parlamento tras su entrada en 2015— fue por momentos más una sucesión de monólogos que un intercambio. Y quedó clara la estrategia de la campaña: todos enfrentando a Susana Díaz por representar los 37 años de gobierno socialista ininterrumpido, además de la pelea entre PP y Cs por ser la fuerza hegemónica de la derecha.

En varias ocasiones, la exposición de argumentos permitió apreciar cierta coincidencia entre PSOE y Adelante Andalucía, la coalición que integran Podemos e IU y otras fuerzas de izquierda que se niega a entrar en ningún gobierno socialista. Es más, el único encontronazo entre ambas candidatas se produjo a cuenta de las dietas que cobran los parlamentarios andaluces, que la todavía presidenta negó cobrar y la líder morada quiere eliminar como modo de acercar a los políticos a la calle. También quedó claro que, pese a los reproches, Cs y PP se tienden mutuamente la mano para gobernar si logran sumar 55 los escaños necesarios para lograr el cambio.

Plurinacional y modelo territorial

Fue el último bloque, referido a modelo territorial, el que sacó de verdad a relucir las asperezas de las distintas posiciones. El líder de PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, y Cs, Juan Marín, trataron al igual que en sus mítines, de identificar a Díaz con su jefe de filas, Pedro Sánchez, a cuenta de su servidumbre a los partidos independentistas para ganar la moción de censura. Y arremetieron con que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su visita a los políticos presos en Lledoners para negociar su apoyo a los presupuestos. “An-da-lu-cí-a”, les reclamaba la líder de Podemos, que “con las banderas no se come”.

“Voy a hablar de Andalucía, ¿España es un estado plurinacional, señora Díaz?”, dijo Moreno Bonilla señalando un libro de texto con esa definición. “¿Es lo que queremos enseñarles a nuestros hijos? El PSOE tiene una ensalada con las autonomías que no puede resolver”, zanjó.  Díaz reiteró que, como ha defendido con anterioridad, no apoya el estado plurinacional, “si acaso el reconocimiento de los sentimientos, pero no aspirar a ser un estado”. Marín también trató de cercar a PSOE y Podemos insistiendo en que “les da igual el debate territorial, ¿cómo se puede ir a negociar los presupuestos con quien dice que tenemos un gen menos que los catalanes o que somos más flojos?”. “El único partido que ha defendido el modelo territorial ha sido Cs”, señaló.

"No venga a dar lecciones"

Hasta ese momento, el debate transcurrió sin apenas sobresaltos. De inicio, los cuatro candidatos plantearon su modelo ideológico, con Díaz destacando cómo la región asumió a pulmón la defensa de los servicios públicos frente a los recortes del PP; Rodríguez abogando por combatir la precariedad y Marín y Moreno Bonilla compitiendo por una bajada de impuestos y reducción de trabas burocráticas, únicos problemas económicos de la región según sus planteamientos. Pero más que hablar del paro, PP y Cs se enzarzaron en una discusión acerca de los méritos de cada uno para liderar la derecha. “Nada”, resumió Marín con un folio en blanco los 37 años de oposición de los populares, “no ha logrado nada, así que no venga aquí a darnos lecciones”.

El candidato menos dinámico azuzó así un debate que dio paso al bloque de servicios públicos, con Díaz bastante cómoda recordando como Andalucía ha protegido educación y sanidad de recortes, privatizaciones y copagos del PP –algunos de ellos realizados bajo la etapa de Moreno Bonilla como secretario de Estado de Sanidad-- pese a los esfuerzos del resto de candidatos, todos en sintonía, por desmontar esa imagen idílica y sacar a relucir el mal funcionamiento de la sanidad, “la joya de la corona” que acumula listas de espera de un año en algunos casos, o de la educación, así como las mareas blancas. Pese a la petición de la moderadora, ninguno mencionó el tema de la violencia de género.

El líder del PP se esforzó además en vincular a Cs con esa última etapa de gobierno, al que blanqueó apoyando los presupuestos y “dando la mayoría absoluta a Díaz sin tenerla”. Para desmarcarse, Marín no dudó en atacar a la socialista a cuenta de la corrupción. “¿Sabe cuántos hospitales podríamos hacer con los 850 millones defraudados en los ERE?”, bramó el candidato naranja, recordándole a Díaz “usted quiso abandonar Andalucía, pero sus compañeros le dieron la espalda”. “Andalucía es su segundo plato”, dijo antes de que la socialista le recordara que hasta hace escasos meses “ella era de fiar” y la apoyaba.

A vueltas con la corrupción, el PP se erigió como “el dique de contención” de 40 años de gobierno socialista, arremetiendo contra la candidata socialista por “no colaborar con la Justicia e intentar tapar las vergüenzas del PSOE”. “La historia interminable de la corrupción”, resumió el candidato de Cs, a lo que Díaz se zafó recordando que no hay mácula en sus años de gobierno.