MOVIMIENTOS EN EL INDEPENDENTISMO

El entorno de Mas aterriza en la Crida de Puigdemont

Artur Mas y David Madí, en el 2010.

Artur Mas y David Madí, en el 2010. / periodico

Daniel G. Sastre

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La puesta en marcha de la Crida Nacional per la República, el artefacto que Carles Puigdemont ha ideado para participar directamente en la política catalana desde Waterloo (Bélgica), está provocando un movimiento tectónico en una parte del independentismo. Fue concebida inicialmente como un espacio de encuentro de todo el soberanismo a imagen del Scottish National Party, pero una vez fracasado el ideal aglutinador –ERC y la CUP ya se han desmarcado, entre otras cosas porque la consideran de derechas-, la Crida se está convirtiendo en un laboratorio de reorganización del mundo posconvergente, hacia el que el PDECat mira con inevitable recelo.

Dirigentes de diferentes familias de lo que fue Convergència están en pleno debate acerca de cómo tiene que ser el nuevo organismo. Parece claro que la Crida se convertirá en partido político en enero –lo que ha avivado el rechazo del PDECat-, y que Puigdemont y Jordi Sànchez serán sus caras visibles. Pero, entre bambalinas, un grupo heterogéneo discute hacia dónde debe dirigirse el movimiento.

Las fuentes consultadas coinciden en situar entre los principales impulsores a algunos de los ideólogos que contribuyeron a forjar la carrera de Artur Mas. Entre otros, David Madí, quien fuera el director de sus campañas electorales al frente de CiU y su mano derecha durante años. Cuando dejó la política, al menos de forma oficial, después de que Mas lograra finalmente llegar a la Generalitat en el 2010, el entonces 'president' lo despidió con cariño: "Es un hombre brillante y valiente. Ha sido el colaborador más cercano, más valioso y más querido".

Otro de los pesos pesados de la Crida es Agustí Colomines, que fue gurú de Mas en su etapa de oposición al tripartito: su aportación fue esencial para impulsar el proyecto que intentó hacer de Convergència la 'Casa gran del catalanisme'. Ambos comparten espacios de debate con otras personas que también trabajaron codo con codo con el 'expresident' en su época en PalauFrancesc HomsJordi CuminalFrancesc Sànchez y Joan Maria Piqué, entre otros.

Los "perdedores" del congreso

En sectores posconvergentes subrayan que confluyen con los "perdedores" del congreso fundacional de ese partido, que se celebró en julio del 2016. Entre los molestos con la irrupción de la Crida se asegura que, como no pudieron tomar el control total del PDECat –ni siquiera en el último cónclave de la formación, en la que las presiones de Puigdemont sí descabalgaron a Marta Pascal-, ahora quieren formar un partido propio. De momento, la dirección encabezada por David Bonvehí, ayudada por gran parte de los cuadros del partido, resiste las presiones de la Crida.

A estos grupos se les han unido dirigentes en estos momentos encuadrados en el área de Presidència de la Generalitat y en el aparato de la Associació Catalana de Municipis (ACM), el ente supramunicipal históricamente ligado a CiU. Otro de los que participa en los movimientos fundacionales de la Crida es, según las fuentes consultadas, Miquel Buch, que fue presidente de la ACM y que hoy es 'conseller' de Interior de Quim Torra. Y también Damià Calvet, que ha sustituido a Josep Rull al frente del Departament de Territori i Sostenibilitat.

Completan el elenco personalidades de más reciente aparición en la política catalana, cuya carrera ha crecido a la sombra de Puigdemont. Nombres como los de Elsa ArtadiAlbert Batet o Míriam Nogueras aparecen entre los citados. Los apoyos de este grupo entre los diputados y senadores en Madrid no son mayoritarios en esos ámbitos, pero sí importantes. Además de Nogueras, los diputados Lourdes Ciuró y Antoni Postius, y los senadores Josep Lluís Cleries y Joan Bagué están integrados también en el 'Estat major' –como se refieren a él desde sectores del PDECat- que impulsa la Crida.

Partidario de la entente

Las fuentes consultadas difieren sobre el papel de Mas en esta 'opa' del nuevo movimiento al PDECat. Todos coinciden en señalar que el 'expresident', cuya inhabilitación por organizar el 9-N termina en principio en la primavera del año que viene -o eso intentará su equipo legal-, está "a tope, siguiendo como siempre de cerca la actividad" en el espacio político que tradicionalmente ocupó la antigua Convergència. Y en que no se puede dar por hecha su cercanía actual con todos sus anteriores colaboradores.

"Mas es partidario de que todo se acabe juntando", afirma una de esas voces. En el PDECat son muchos los dirigentes que no ocultan su deseo de que se vuelva a poner al frente del partido. Recuerdan, por ejemplo, que el 'expresident' siempre ejerció un liderazgo indiscutido en el espacio convergente. "De hecho, fue seguramente mejor líder de Convergència que 'president'", aseguran.