MAGNICIDIO FRUSTRADO

El tirador de Terrassa trabajó de vigilante en el CTTI de la Generalitat

Murillo fue contratado desde el 19 de septiembre hasta el 21 de diciembre del 2017

Manuel Murillo Sánchez

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El Periódico

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El tirador de Terrassa que quería matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trabajó como vigilante de seguridad en el Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació (CTTI), entidad dependiente de la Generalitat de Catalunya, en otoño pasado. Le contrataron como miembro de un equipo de refuerzo desde el 19 de diciembre, días antes del referéndum unilateral, y hasta las elecciones catalanas del 21-D, según  el Departament de Polítiques Digitals.

La contratación, que avanzó Rac-1, no tuvo relación con los equipos fijos de seguridad del CTTI, aseguró la 'conselleria', sino con uno de refuerzo con motivo de unas obras el edificio anexo. Su trabajo, en horario nocturno, abarcó desde el 19 de septiembre del año pasado hasta las elecciones catalanas del 21 de diciembre. Polítiques Digitals requirió ayer un expediente informativo a la empresa privada de segurido Enerpro S. L. para recabar más datos. Fuentes del Departament d'Interior señalaron que la policía, informó Acn, no lo investiga por otra cosa que no sea su plan de matar al presidente. 

Murillo, hijo de un alcalde franquista de Rubí, pidió apoyo en un chat de WhatsApp para atentar contra Sánchez por su plan de exhumar a Franco. En uno de sus mensajes, difundidos por TV-3, apuntó: "Necesito ayuda para hacer algo gordo". "Yo no voy a cazar, pero tengo las armas porque sé que tarde o temprano se va a repetir lo del 36. Y las guardo y entreno para defender la unidad de España", escribió.

Ante el juez, Murillo declaró, informó Antena 3, que sus mensajes fueron producto del alcohol. "Sé que no es excusa, pero había bebido", dijo. 

Fruto del alcohol

En su declaración tras ser arrestado, el tirador negó que quisiera matar realmente al presidente del Gobierno y aseguró que los mensajes en los que mostraba sus intenciones fueron fruto del alcohol y para hacerse el "patriota" ante la representante de Vox que le acabó denunciando.

Según la declaración, revelada por Antena 3, el día que mandó los mensajes se había bebido una botella de vino, un tubo y unas cervezas. "Yo nunca había pensado en matar a Pedro Sánchez ni a nadie. Se me iba ocurriendo según lo escribía, probablemente fruto del alcohol. Los leo y me doy cuenta que son tonterías", aseguró.

Reconoció que poseía todas las armas que le incautaron los Mossos, así como la munición, y admitió todos los mensajes que escribió en contra de Sánchez. Sin embargo, afirmó que no tenía "ninguna intención de matar a nadie". "Era una forma de hablar", añadió.

Acusación por terrorismo

Mientras tanto, la fiscalía no ha descartado todavía acusar por terrorismo a Murillo y pedir al juzgado de Terrassa que remita a la Audiencia Nacional su caso, a pesar de que inicialmente le acusó de conspiración para asesinar a una autoridad, posesión ilícita de armas, incitación al odio y amenazas graves. No obstante, el ministerio público esperará a que avance la instrucción.

Fuentes fiscales han explicado a Europa Press que en el momento de la detención se hizo una consulta informal al juez de guardia de la Audiencia Nacional y a los fiscales de guardia, aunque en ningún momento se trasladó el caso allí.

Está previsto que se vuelva a citar a Manuel Murillo, así como a la denunciante, una coordinadora local de Vox en Terrassa. Asimismo, están pendientes de realizar varias pruebas periciales que la fiscalía considera necesarias antes de tomar una decisión, como el análisis de las armas periciales incautadas en el domicilio del hombre y el vaciado de sus conversaciones en Whatsapp.