BARÓMETRO DE ESPAÑA DEL GESOP

¿Fin de la luna de miel?

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión de control en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión de control en el Congreso. / JAVIER LIZÓN

Iolanda Mármol

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El gabinete de Pedro Sánchez ha elaborado un sistema binario en el que cada semana recibe un cero (suspenso) o un uno (aprobado) para evaluar la gestión del Gobierno y preconfigurar el mejor momento para convocar elecciones. A juicio del electorado, el presidente debe haber acumulado desde el final del verano más informes con ceros que con unos. La encuesta del GESOP para EL PERIÓDICO revela que el efecto 'luna de miel', la buena acogida al nuevo Ejecutivo, se disipa y que la oleada de ilusión que espoleó la llegada de Sánchez a la Moncloa podría ser más un premio coyuntural por haber expulsado a Mariano Rajoy que una tendencia sólida. Ni el pacto de Presupuestos con Pablo Iglesias despierta grandes entusiasmos, ni se disipa la reclamación de adelanto electoral.

El estudio constata que los apoyos a la gestión del Gobierno caen. En junio cuatro de cada diez electores consideraba que era positiva o muy positiva (39,2%). Hoy no llega a dos de cada diez (18%). Los encuestados que opinan que la gestión de Sánchez es mala o muy mala, en cambio, pasan del 16,5% a un preocupante 53,7%. Destripar de dónde proceden las tasas de apoyos y rechazos es, cuanto menos, revelador.

La impugnación más notoria llega de los votantes del PP, que se oponen en un 79,4% a la gestión gubernamental de Sánchez. Tras los conservadores, atención, el electorado de ERC es el que mayor rechazo manifiesta, el 73,5%. Solo un 8,7% de los republicanos aprueba el trabajo de los socialistas en estos cinco meses al frente del Ejecutivo. Su opinión es incluso más negativa que la de los simpatizantes de Ciudadanos, situada en el 72%.

Llamada a las urnas

Con una valoración tan mejorable, la mayoría del electorado (57,6%) cree que Sánchez tiene que convocar elecciones anticipadas. Así opinan la inmensa mayoría de votantes del PP y Cs. Los que menos apoyan el adelanto son justamente los que peor resultado recibirían en las urnas, Unidos Podemos (67%) y PDECat (73,2%).

Los simpatizantes socialistas presentan una división sintomática. El 43,5% opina que Sánchez debe convocar y el 49,4% prefiere aguantar hasta el final de la legislatura. De nuevo, las autonomías que peor nota ponen al Gobierno son las que piden adelanto electoral (Madrid) y las que mejor lo evalúan prefieren continuidad (Catalunya, País Vasco).

Podemistas satisfechos

Más sorpresas. Los votantes de Iglesias no parecen estar demasiado descontentos con Sánchez y presentan tasas de rechazo similares a las de los propios electores socialistas (30,2% PSOE-31,6% Podemos).

Esta lógica es todavía más pronunciada en la valoración de los Presupuestos. Las bases podemistas están más satisfechas con las Cuentas Públicas para el 2019 (66% de apoyo) que las socialistas (46,5%). Y aquí, otra clave: a la mayoría de los votantes de ERC  no les parecen ni bien ni mal y casi un tercio las aprueba. Las bases del PDECat, en cambio, son más favorables (45,2%).

Las cifras son significativas porque Catalunya es, tras el País Vasco, la segunda autonomía en la que los Presupuestos reciben una mejor valoración. Madrid es la que peor puntúa el proyecto.

En todo caso, el análisis pormenorizado evidencia que el rechazo obedece más a un recelo apriorista que una opinión de fondo. ¿Por qué? Porque todos los electores (de todos los partidos y en todas las franjas de edad) aprueban las tres medidas estrella de los Presupuestos: subida del salario mínimo, incremento del IRPF a sueldos superiores a los 130.000 euros al año y permiso de paternidad obligatorio al de las madres.

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La controversia real llega ante la disyuntiva de si debe Sánchez negociar las Cuentas con ERC y PDECat. El electorado está partido en dos, casi a partes iguales, aunque el 'no' gana ligeramente (48,7% frente a 46,6%). El estudio del GESOP muestra respuestas previsibles, como que el electorado del PP y Cs se opone con rotundidad, y otras más complejas. Por ejemplo. Los votantes socialistas parecen también atravesados por la encrucijada. El 58% está a favor de negociar con los independentistas y el 39,3% en contra. Esto hace que en Catalunya y el País Vasco gane el apoyo a dialogar con ERC y el PDECat, mientras que en Madrid y Andalucía se rechaza esa negociación.