EN EL PARLAMENT

Torra acusa a Sánchez de ser "cómplice de la represión"

El president de la Generalitat, Quim Torra y el president del Parlament, Roger Torrent, durante su comparecencia en el Parlament.

El president de la Generalitat, Quim Torra y el president del Parlament, Roger Torrent, durante su comparecencia en el Parlament. / periodico

Júlia Regué

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Unión del soberanismo contra las acusaciones de la fiscalía y la abogacía del Estado contra los líderes del 'procés'. El ‘president’ de la Generalitat, Quim Torra, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, entonaron este viernes una declaración institucional ante la fija mirada de familiares de los procesados, arropados por el Govern y diputados de JxCatERCCUP Catalunya En Comú – Podem. Una escenificación solemne pero sin pompa, escueta y repleta de caras largas, que les sirvió para volver a conjurarse bajo una misma premisa: el rechazo a la judialización del proceso soberanista. Torra anunció la respuesta del independentismo por la tarde, en un acto a las puertas de la cárcel de Lledoners: no votarán los presupuestos de Pedro Sánchez y retirarán su apoyo al Gobierno.

En el auditorio de la Cámara catalana, el 'president' acusó al líder del Ejecutivo central de ser "cómplice de la represión" y de "profundizar en una injusticia democrática", tras ver minada su esperanzas en que influyera para propiciar la retirada de todos los cargos. "El Gobierno ha perdido una oportunidad de oro para sacar de los tribunales el conflicto y devolverlo a la política", enfatizó, y aseguró que el hecho que la abogacía del Estado acuse por sedición y no por rebelión "no es un gesto, sino un menosprecio absoluto a los demócratas encarcelados". Torra negó todos los cargos que pesan sobre la cúpula del 1-O, resolvió que "la única violencia que hubo el 1-O fue la de la Policía Nacional y la Guardia Civil pegando a gente pacífica que únicamente quería votar", y enfatizó que "de cada golpe se levantan más fuertes, siendo más, y más determinados". 

Torrent, por su parte, arrancó la lectura del discurso cabizbajo, no por ello poco contundente: "Piden 200 años de cárcel a demócratas, gente de paz, con quien se puede estar de acuerdo o en desacuerdo pero que en ningún caso han cometido delito alguno. Es inaceptable", proclamó, y subrayó que "se acusa a casi la inmensa mayoría de la población de este país". El blanco de sus dardos fue el ministerio público, a quien acusó de actuar con "anhelo de venganza", tiñendo un escrito de calificación de "ficción perversa". "No se persiguen personas, se persiguen ideas", espetó.

El colofón al discurso volvió a ser en recuerdo del 1-O y del 3-O, una llamada a conjurarse "en lo que les une", y con su promesa de no parar hasta que los presos sean libres y los ‘exiliados’ de vuelta a casa. Los asistentes respondieron al grito de "libertad".

Portazo a los presupuestos

Las declaraciones de ERC y el PDECat después de la declaración institucional ya auguraban el portazo a las cuentas del Estado. El 'vicepresident' y dirigente republicano, Pere Aragonès, hurgó en que "no ha habido gestos" por parte del Gobierno, y que, por lo tanto, ve "imposible" movimientos de su parte para garantizar estabilidad a Sánchez. Horas después, el presidente del PDECat, David Bonvehí, ratificó su 'no' a las cuentas. "Es evidente que no hay nada que negociar. Ya se espabilarán con sus presupuestos y con su política española", zanjó.