BARÓMETRO DEL GESOP

Encuesta Catalunya: El 55% piensa que el 'procés' ha deteriorado la convivencia

Banderas en la plaza de Sant Jaume el día de la DUI.

Banderas en la plaza de Sant Jaume el día de la DUI. / periodico

Daniel G. Sastre

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una de las principales discrepancias entre independentistas y no independentistas es si el ‘procés’ ha provocado fractura social en Catalunya. Para unos es una verdad indiscutible; para otros, no hay más que sana discrepancia política.

La encuesta del GESOP para EL PERIÓDICO constata que ese abismo sigue existiendo. La mayoría de los ciudadanos (un 54,9%) afirman que el debate independentista ha perjudicado a la convivencia entre catalanes, frente al 30,7% que cree que no afecta y al 10,5% que piensa que la repercusión en la cohesión social ha sido positiva.

Pero esas cifras están condicionadas por la contundente división entre bloques. Entre los que se declaran independentistas, solo un 26,2% ve un deterioro de la convivencia; entre los no independentistas, son más de un 80%. Los que se expresan con más rotundidad son los votantes de Ciutadans: casi todos (un 96,8%) creen que existe fractura social, y que produce efectos negativos en la sociedad.

En los independentistas, solo entre los votantes de la CUP son mayoría (un 47,2%) los que piensan que los efectos del ‘procés’ son positivos. Los simpatizantes de Catalunya en Comú Podem, a los que en ocasiones se alude como bisagra entre los dos bloques, inclinan esta vez la balanza hacia los postulados de los no independentistas: un 64,5% de los ‘comuns’ ven un deterioro de la convivencia, por un 26,9% que opina lo contrario.

Los resultados no difieren demasiado respecto a los que se dieron en el convulso octubre del 2017, lo que demuestra que el paso del tiempo apenas ha afectado a la percepción de la gente con respecto a la existencia o no de fractura social. Hace un año, era el 58,4% de los encuestados quienes veían un deterioro de la convivencia por efecto del ‘procés’, mientras un 24,1% decía que no la afectaba y un 12,6% opinaba que el debate independentista fortalecía la cohesión social.

¿Por qué esa gran diferencia entre bloques? Cuando se pregunta a los dirigentes políticos, las explicaciones también son contradictorias. Inés Arrimadas, líder de Ciutadans, afirmaba hace unas semanas que los independentistas no quieren reconocer la existencia de una fractura social porque sería tanto como aceptar que la han creado ellos. Los políticos que buscan la secesión, en cambio, solo admiten “discrepancias políticas” normales, y acusan a los partidos constitucionalistas de fomentar la división en beneficio (electoral) propio.

Libertad para hablar en público

La encuesta del GESOP también confirma que los independentistas se siguen sintiendo mucho más libres para hablar de política en público que los no independentistas. En conjunto, la mayoría de los catalanes (el 58,8%) dicen que expresan sus opiniones con comodidad, por el 38,8% que no lo hace. Pero, por bloques, entre los que no quieren que Catalunya se separe de España son más los que se sienten cohibidos (un 50%) al hablar de política en público que los que se expresan con libertad (un 47,5%). De hecho, esta percepción entre los no independentistas ha aumentado con respecto al sondeo del año pasado.

Además, más de la mitad de los catalanes se han reprimido alguna vez a la hora de hablar sobre su posición en el debate independentista. Y un número creciente (un 46,2% frente al 40,6% del año pasado) reconoce que ha dejado de hablar de política con algún amigo o familiar a raíz del ‘procés’.

Son clara minoría, sin embargo, los que han tomado decisiones más drásticas desde que el independentismo se ha convertido en el tema estrella de los informativos. Un 14,9% (frente al 12,8% del 2017) asegura que ha dejado de hablarse o de verse con alguien por culpa del ‘procés’, y un 12,2% afirma que ha abandonado algún grupo de whatsapp por esa cuestión.

Como sucede en todas las preguntas de este bloque, los no independentistas –y, en mayor medida, los votantes de Ciutadans- afirman haberse encontrado con este tipo de problemas en un número mucho más grande que los independentistas. Así que el deterioro de la convivencia, aunque percibido por la mayoría, depende mucho de las convicciones del que lo mira. Lo que es seguro es que hay una fractura entre los catalanes que ven fractura social y los que no la ven.