INFORME DEL GOBIERNO

Así perderán su medalla 'Billy El Niño' y otros policías "indignos"

Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, a su salida de la Audiencia Nacional en abril del 2014.

Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, a su salida de la Audiencia Nacional en abril del 2014. / ANDREA COMAS

Luis Rendueles / Vanesa Lozano

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El Gobierno de Pedro Sánchez ya tiene sobre la mesa la propuesta legal concreta para retirar al excomisario de la Policía Antonio González Pacheco, acusado de torturas y conocido como 'Billy el Niño', las medallas y el dinero que recibe mensualmente por ellas, según ha podido saber EL PERIÓDICO. El informe jurídico, realizado por el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska, ya está concluido y apunta que "es posible" retirar las condecoraciones y bonificaciones económicas que conllevan (casi un aumento del 50% en su pensión) al que fuera número dos de la Brigada Político Social en el franquismo y está denunciado por torturar a 13 personas en los años setenta.

La nueva normativa, ya solo pendiente de que Sánchez y su equipo decidan cuándo y cómo se promulgará, reformará la ley que regula las condecoraciones en la Policía Nacional, de 1964, y la de la Guardia Civil, 10 años posterior. "No será una ley específica para 'Billy el Niño', sino para todos los policías indignos de tener esas medallas y para todos quienes hayan tenido conductas incompatibles con el buen nombre de las Fuerzas de Seguridad del Estado", explicaron fuentes conocedoras del texto.

Derechos humanos y corrupción

El equipo de Grande-Marlaska ha aprovechado un vacío legal. Las normas de la policía recogen los requisitos que se deben cumplir para conseguir una medalla (que en ocasiones lleva aparejada un aumento de la pensión), pero no por qué motivos se pueden quitar esas distinciones. La nueva normativa incluirá dichas razones, con especial hincapié en la "indignidad" de algunos agentes y guardias civiles para mantenerlas. Y esa indignidad alcanzará a los policías implicados en torturas y otras violaciones de derechos humanos, como Billy el Niño. La retirada de condecoraciones podría aplicarse también a policías "indignos" en otros ámbitos, como los relacionados con la corrupción.

En ese sentido, Interior conoció la normativa vigente en la Junta de Andalucía. Allí, las Medallas de Oro de Andalucía, que concede cada año el Gobierno autonómico, pueden ser retiradas "como consecuencia de la condena de su titular por algún hecho delictivo, así como por la realización de actos o manifestaciones contrarias a la Constitución, el Estatuto de Autonomía o a sus instituciones". Esa fue la razón esgrimida por el Gobierno andaluz en el 2014, cuando retiró la medalla a la cantante Isabel Pantoja después de que la artista fuera condenada por el Tribunal Supremo por un delito de blanqueo de dinero en la trama de corrupción del ayuntamiento de Marbella en la etapa de Julián Muñoz.

Otros casos

La nueva normativa abrirá la puerta a revisar decenas de casos de policías y guardias civiles que fueron condecorados y ahora podrían ver retirados sus premios. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, exigió ya al anterior gobierno del PP que retirara las medallas y beneficios a Billy el Niño. Posteriormente, con Pedro Sánchez en La Moncloa, ha insistido en el asunto. Asociaciones de víctimas del franquismo llevan reclamando durante años que se tome esa medida contra González Pacheco y otros supuestos torturadores que disfrutan de medallas pensionadas.

La pasada semana, la diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia denunció que había "un centenar" de policías y guardias civiles vinculados con graves "vulneraciones de derechos humanos" que disfrutan de medallas y aumentos de pensión. Entre esos casos citó a guardias civiles implicados en la guerra sucia contra ETA.

Cuatro medallas

Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, tiene 72 años y cobra el doble de pensión gracias a las cuatro medallas que consiguió mientras fue policía, hasta 1983. La primera se la otorgaron en el franquismo, en 1972, cuando era uno de los jefes de la Brigada Político Social. Cinco años después, el gobierno de Adolfo Suárez le concedió otra medalla por su papel en la liberación de dos secuestrados por los GRAPO, el entonces presidente del Consejo de Estado Antonio María Oriol y el teniente general Emilio Villaescusa.

En 1980, otro gobierno de UCD le dio una nueva medalla al mérito policial. Finalmente, en 1982, Billy el Niño y el resto de sus compañeros de lo que ya era la Brigada de Información recibieron una medalla. Poco después, González Pacheco abandonó la policía y pasó a ejercer como jefe de seguridad en una empresa automovilística.

La última medalla de Billy el Niño será la más difícil de anular, según fuentes del caso. El ex policía pleiteó durante años porque tuviera recompensa económica y finalmente el Tribunal Supremo le dio la razón en 2010. El ministerio que entonces dirigía Alfredo Pérez Rubalcaba dilató el cumplimiento de esa sentencia, pero cuando llegó al poder el PP, en 2011, ordenó hacerlo y Billy el Niño vio aumentada su pensión de nuevo.

Trece víctimas

Trece ciudadanos han denunciado haber sufrido torturas y malos tratos de manos del ex comisario González Pacheco entre 1971 y 1975. La juez argentina María Servini de Cubria investiga el asunto después de que la Audiencia Nacional lo considerara prescrito y rechazara extraditar al ex policía. En sus testimonios, las víctimas recuerdan como Billy el Niño les golpeaba con una porra en la planta de los pies y otros lugares del cuerpo. La feminista Lidia Falcón explicó que le decía: "ya no parirás más, puta". Otros, como Luis Miguel Urbán, padre del actual eurodiputado de Podemos, recordaron que uno de los métodos favoritos del policía era meter una pistola en la boca de los detenidos y simular que disparaba.

Billy el Niño fue denunciado por primera vez a finales del franquismo. La abogada Cristina Almeida defendió entonces a algunas de sus víctimas. En una ocasión consiguió que le condenaran a pagar una multa de 1.000 pesetas. Ya en democracia, la ley de amnistía de 1977 le ha salvado de sentarse en un banquillo. Y otras normas le han permitido disfrutar de sus premios y engordar su pensión. Esto último es lo que el gobierno se dispone a cambiar.