ENTREVISTA AL CANDIDATO A LA ALCALDÍA DE BARCELONA

Jordi Graupera: "Soy el único candidato no maragallista"

Daniel G. Sastre

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Jordi Graupera (Barcelona, 1981) elige el escenario de la entrevista: el mirador de Torre Baró, en Nou Barris, el barrio que dio la victoria a Ada Colau en el 2015 y donde el 21-D Ciutadans fue la primera fuerza con gran diferencia. Quiere ser alcalde de Barcelona tras ganar las primarias que propone, que no han generado entusiasmo entre los partidos. Él está decidido a encabezar una cuarta candidatura independentista si es necesario.

¿Por qué ha querido hacer la entrevista aquí?

Toda trinchera es mi trinchera. Si me invitan ir al Círculo Ecuestre a hacer una charla, voy, y lo mismo en Nou Barris. Nadie puede ser alcalde de Barcelona si no tiene una visión de toda la ciudad, desde Nou Barris hasta Sarrià-Sant Gervasi. Soy un barcelonés que conoce la ciudad: igual que me he empollado la ciudad sobre el papel, me la he empollado sobre la piedra. Hace un par de años que cada vez que vengo a Barcelona me preparo una parte, hablo con la gente…

¿En qué momento de la fase de primarias estamos?

Ahora debe de haber entre 20 y 30 personas que se han presentado a candidatos, cerca de 20.000 personas que se han apuntado para votar. Ahora los candidatos ya estamos empezando a hacer actos. Habrá una serie de debates, y el fin de semana del 15 de diciembre se votará la primera vuelta, y el del 23 la segunda. Y haremos una lista que surgirá por entero de este proceso de elecciones. Es una novedad histórica.

Los partidos independentistas no han mostrado ningún interés en las primarias. ¿La idea no era hacer una candidatura de unidad?

Cuando presentamos el proyecto dijimos que las primarias venían a solucionar dos problemas. Uno era que se necesita concentrar la fuerza para batir a tus adversarios. Pero la unidad por si sola nos convierte en un movimiento folclórico, populista. Hacía falta también afianzar la pluralidad. Las primarias solucionaban esta paradoja: tenías un ideal y tenías pluralidad. Los dos grandes partidos me han ofrecido el oro y el moro a cambio de no hacer esto. Lo que no quieren es a la gente decidiendo, que el orden de la lista –quién va de uno, quién va de cinco, quién no va- lo elija la gente. Y eso es un problema grave.

¿La solución, entonces, es hacer una cuarta candidatura independentista?

No sabemos si las otras tres serán independentistas. De momento sabemos que la nuestra lo será.

Pero eso podría ir contra el objetivo de aglutinar al independentismo.

Si ERC o el PDECat tienen un problema con eso, que no se presenten. El argumento que no vale es decir: ‘Es que si tú te presentas habrá gente que te preferirá a ti’. Pues hazlo mejor. Es evidente que ERC está jugando a dos bandas: intentando abrirse al pacto con Colau y mantener abierto el otro. La única manera de arrastrar a ERC hacia el lado de las fuerzas independentistas es que nosotros seamos muy fuertes.

¿Usted querría ser el candidato apadrinado por Puigdemont?

No quiero ser el candidato apadrinado por nadie que no esté apuntado a las primarias. Me encantaría que Puigdemont se apuntara al censo de las primarias y votase, e intentaría convencerlo de que me votase a mí. Pero si mi objetivo fuera entrar en la política catalana por la vía de los padrinazgos no habría hecho esto, habría levantado el teléfono. El coste de entrar como concejal en la política catalana era cero para mí, porque con las ofertas que me han hecho no me costaba nada.

¿Hay opciones de que este proceso de primarias confluya con la Crida de Puigdemont?

No estamos confluyendo con organizaciones, estamos haciendo que la misma unidad que se dio de manera natural el 1-O se dé ahora. Yo fui a ver a Puigdemont a Waterloo y le dije que creo que la Crida debería sumarse a estas primarias. Le propongo que consulte a los firmantes de la Crida si quieren sumarse a las primarias. Lo que estoy evitando a toda costa es el pacto de despachos.

De usted se dijo que no tenía un proyecto de ciudad. ¿Con un discurso predominantemente ideológico, independentista, se puede ganar Barcelona?

No quiero convertir estas elecciones en un plebiscito sobre la independencia, y tampoco quiero convertir el Ayuntamiento en un ariete a favor de la independencia. Pero digo que los independentistas tenemos una perspectiva de lo que es el Ayuntamiento de Barcelona diferente a los federalistas y a los unionistas.

Todos los candidatos se reivindican maragallistas en diferentes grados.

Menos yo. Soy el único no maragallista que se presenta. En las elecciones del 2019 Barcelona se juega los próximos 20 años: continuar siendo la ciudad escaparate hecha de cemento y desvinculada del país que creó Maragall o una ciudad con la que los catalanes puedan competir con el resto del mundo en igualdad de condiciones. En un momento en que todo el mundo está mirando hacia los próximos 30 años, los políticos barceloneses miran 30 años atrás. Me parece patética la falta de ideas: añoran el momento en el que los políticos tenían a la sociedad controlada como si fueran corderitos. Y eso se ha acabado.

Ideológicamente, ¿está más cerca del PDECat o de ERC?

Los he votado a los dos, prácticamente las mismas veces. En las últimas municipales voté a Alfred Bosch. Yo me fui a los EEUU siendo un liberal clásico. Allí hice un doctorado en una universidad progresista, y allí me he transformado en un pluralista. Barcelona necesita el fin del fanatismo, debemos poder articular respuestas concretas a cada problema concreto.

¿Qué es lo mejor y lo peor que ha hecho Ada Colau?

Lo mejor es que hay cosas que no ha desmontado, como la red ortogonal del autobús, y otros ejemplos. Lo que ha hecho peor: ellos se emperraron en un relato ideológico muy sectario y han ido a ponerlo en marcha de manera despótica, pese a que son profundamente incompetentes.

¿Qué le parece el actual estado de cosas en el Parlament?

Todo el mundo sabe qué pasó el 1 de octubre, el 10 de octubre y el 27 de octubre. La única cosa que no hemos hecho es rendir cuentas. El Parlament no lo ha hecho, y desde diciembre hasta ahora ha ido renunciado, uno tras otro, a todos los derechos. Eso me lleva a decir que el Parlament es una institución muerta para una generación de políticos.

¿Torra es buen 'president'?

No lo sabemos. Lleva seis meses, ya veremos cuánto dura la legislatura. A Torra le gustaría que su dicotomía fuera entre hacer la independencia o no hacerla. Y creo que su dicotomía será entre salvar el sistema de partidos o salvar la idea de la independencia.