ANIVERSARIO DEL 1-O

Los CDR llevan la tensión al Parlament y al centro de Barcelona

Júlia Regué / Guillem Sànchez / Roger Pascual

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Los Comitès de Defensa de la República (CDR) celebraron el lunes un año de vida abalanzándose a las calles para exigir una república que quedó en nada. Aquellos que defendieron los colegios electorales de viernes a domingo para que el 1 de octubre del 2017 se sacase adelante el referéndum, y que se rebautizaron para reclamar que el Govern aplicase su resultado, no desisten. Empezaron la jornada cortando nuevamente calles, carreteras y las vías del AVE en Girona, pero sin incidentes graves. El tono cambió a última hora de la tarde, cuando decidieron asediar elParlament y la jefatura de Policía de la Via Laietana de Barcelona. La tensión derivó en enfrentamientos entre los manifestantes y los Mossos d'Esquadra, que criticaron la falta de medios por una mala planificación.

Al término de la marcha de la ANC, frente al edificio del Parlament, centenares de personas, algunas de ellas encapuchadas, intentaron traspasar el cordón policial para acceder a la Cámara catalana. Tras derribar algunas vallas y lanzarlas contra los agentes, a los que también arrojaron pinturapalos de banderas y botellas de agua, los concentrados fueron ganando posiciones hasta desbordar el cordón policial y agolparse ante la misma puerta del edificio, que fue cerrada a cal y canto. Algunos mossos, incluso, tuvieron que refugiarse dentro de la Cámara hasta que decidieron desalojar por la fuerza a los concentrados pasadas las 22.00 horas.

En paralelo, otro grupo de manifestantes que había iniciado la marcha conjunta desde la plaza de Catalunya hasta el Parlament se desviaron por la Via Laietana y se concentraron frente a la Jefatura Superior de la Policía, contra la que lanzaron objetos. Los Mossos les sacaron de la entrada poco antes de las 22.00 horas y furgones antidisturbios empezaron a ocupar la calzada. Incluso se produjeron algunas pequeñas cargas.

Problemas de movilidad

Desde las siete de la mañana hubo cortes de carretera en distintos puntos de la red viaria catalana y ocuparon las vías del AVE de Girona para interrumpir la circulación de los trenes Figueres-Girona-Barcelona. Las vías más afectadas fueron la AP-7, a la altura de L'Hospitalet de l'Infant (Tarragona), que se alargó durante unas cuatro horas; la A-2, entre Sant Andreu de la Barca y Sant Vicenç dels Horts (Barcelona); y en la autovía Ll-11, en Lleida; además de cansadas retenciones en los accesos a Barcelona. Levantaron peajes en Martorell (Barcelona), en Vilassar de Mar (Barcelona) y en El Vendrell (Tarragona) y también alteraron la normalidad del centro logístico CIM Vallès, cuando vetaron la salida de un centenar de camiones. Los manifestantes abandonaron todas estas zonas por su propio pie y sin intervención policial.  

El nerviosismo por los cortes se trasladó a Barcelona. Los CDR de la capital organizaron un matutino 'tour' señalando las empresas del Ibex 35, a las que consideran un impedimento para su anhelado Estado independiente. El Banco de España, el Corte Inglés, Movistar, Foment del Treball y la retahíla de sedes bancarias establecidas en el centro de la ciudad se llenaron de pegatinas en las que se podía leer 'República en construcción' y apelaciones a la "soberanía económica". Botes de humo coloreaban la marcha al grito de "1 de octubre, ni olvido ni perdón", un desfile que recorrió las arterias más concurridas. 

Los Mossos d'Esquadra les seguían a lo lejos, a una distancia prudente para evitar eventuales altercados, aunque eso no evitó que insistieran en la dimisión de Miquel Buch al frente del Departament de Interior y, de coletilla, en la del 'president', Quim Torra, después de que este les lanzara un mensaje de apoyo que no les bastó.

La manifestación se trasladó horas después al barrio de Vilapicina, donde debía ejecutarse un desahucio que quedó aplazado porque la policía autonómica alegó "falta de efectivos", según explicó un portavoz.

Huevos y pintura

Mientras tanto, los gerundenses ponían el acelerón hasta la Delegación del Govern en Girona. Lograron superar el cordón policial forjado entre los Mossos y el personal de seguridad que custodiaba la puerta de entrada y arriaron la bandera española. En su lugar, colgaron una 'estelada'. Por la tarde, en una manifestación ante la subdelegación del Gobierno, los CDR arrojaron huevos con pintura y polvos de colores a los agentes de la policía catalana.

En la capital catalana volvieron a juntarse al mediodía. Dieron el pistoletazo de salida a una marcha que reunió a unos 600 miembros de los CDR desde Jardinets de Gràcia hasta la sede de la Borsa de Barcelona. Dos manifestantes se encadenaron a las puertas del edificio ante la atónita mirada del personal de seguridad. El resto de la manifestación los arropó sentándose en la escalinata a gritos de "anticapitalistas".

Después de aproximadamente una hora, decidieron abandonar libremente el espacio. Cuando la protesta parecía desconvocada y una decena de personas restaban impasibles en el paseo, un grupo empezó a increpar al periodista de Intereconomía Cake Minuesa. Los Mossos intervinieron para custodiarle hasta un portal cercano y lo sacaron de la zona en una furgoneta policial sin incidentes mayores.

"Abrazo" colectivo

Los CDR también habían difundido un "abrazo" colectivo a los policías que intervinieron en el 1-O y que residen en la comandancia de Sant Andreu de la Barca (Barcelona). Resultó ser una maniobra de distracción para dividir efectivos de los Mossos, que montaron un dispositivo especial en un punto en el que no iba a suceder nada. Los manifestantes lo aprovecharon para levantar las barreras del peaje de Martorell, a pocos kilómetros, y para realizar un breve corte de tráfico en la intersección entre las carreteras de Rubí y Castellbisbal, informa Manuel Arenas