NUEVO VÍDEO DE LA ACTUACIÓN POLICIAL

La Guardia Civil a la salida de un colegio el 1-O: "Metía la porra como si no hubiera mañana y no había cojones"

"Si uno no se ha ido con la costilla rota poco le ha faltado", afirma un agente

ACN

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Nuevos archivos de vídeo y audio de las cámaras de la policía española y la Guardia Civil el 1-O muestran la reacción de los agentes y sus mandos antes, durante y después de las intervenciones en los colegios electorales. Con fuerza y gritos conseguían abrirse paso, y después, una vez en los coches, comentaban la operación y algunos incluso admitían que podían haber herido a la gente. "Desde detrás metía la porra hacia dentro como si no hubiera mañana. Y no había cojones. Y empujaban, y empujaban. Si uno no se ha ido con la costilla rota poco le ha faltado", afirma un agente. En los vídeos grabados por sus propias cámaras 'GoPro', a los que ha tenido acceso la ACN, se puede ver y escuchar como se preparan, como se abren paso a través de la multitud hasta el interior de los edificios y cómo los registran para buscar urnas y papeletas.

Uno de los vídeos de las cámaras 'GoPro' de los agentes de policía es en el CAP junto al Mercado del Guinardó, en Barcelona. En la grabación, se puede ver cómo los policías se preparan en las furgonetas y un jefe les anima: "Venga, señores, vamos hacia dentro". Poco después, con un megáfono, la policía avisa a los ciudadanos: "Atención, la policía intervendrá por orden del TSJC". A las puertas del mercado y el ambulatorio, la policía encuentra decenas de personas, e interviene con fuerza para desalojar. De hecho, los agentes chillan: "¡Tenemos la fuerza, tenemos la fuerza!", dice uno de ellos. Un ciudadano remarca que están allí pacíficamente. "¡Solo queremos votar!", grita, justo delante de los policías, y en unas imágenes muy empañadas por culpa de la lluvia de aquel mañana.

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En uno de los clips de las grabaciones de los agentes en ese mismo colegio, se ve como cogen por la cara a una señora y le tiran de la boca para sacarla de delante de la puerta de madera de donde se había asido. Un vez dentro, uno de los policías resume la misión: "una vuelta rápida y si no encontramos nada nos vamos. Aquí eso es imposible ". Los agentes suben escaleras y, al final, no saben si continuar buscando. "Yo creo que ya... no sé, miramos debajo de los pupitres?", dice uno. "Quince minutos más", le responden. En la desesperación para intentar encontrar las urnas, los agentes interrogan una señora, a quien dicen que es apoderada y reclaman insistentemente que diga dónde están. Ella está muy nerviosa y dice que no lo sabe y que ni siquiera habían empezado a votar. Uno de los agentes con casco le llama muy fuerte y a pocos centímetros de la cara, de forma intimidatoria: "¡Que dónde están las urnas!", grita. Después, dos agentes se quedan con ella e intentan tranquilizarla y le dicen que fuera ya hay una ambulancia. Finalmente, encuentran urnas y papeletas en un lavabo.

En la escuela Mare Nostrum, en el paseo Valldaura del distrito de Nou Barris, se puede ecuchar cómo un policía informa a sus superiores que unos mossos están cerca: "están aquí con los telefonillo informando". Ya dentro del colegio se puede ver agentes antidisturbios y de la policía judicial ante mesas electorales, con sus miembros sentados, callados y con el DNI encima de la mesa. Uno de los agentes dice a los miembros de las mesas que ellos también quieren "hacer las cosas en paz". "Si nos dejaran entrar, le aseguro que los invitaríamos a café", añade. Se inicia un pequeño diálogo pero un agente lo corta en seco diciendo: "No procede una discusión política, porque no es nuestra profesión" . Ya fuera de la escuela de nuevo, uno de los mandos llama a sus subordinados para que no hablen con nadie, mientras un agente intenta dialogar con un anciano que les grita.

En la escuela El Horts de la Rambla Prim, los agentes, una vez en el interior, abren un falso techo para buscar urnas y material electoral. También revientan una puerta a golpes de mazo, entran en un despacho y empiezan a registrar la sala, llena de carpetas, armarios y demás material escolar. Finalmente, en la escuela Joan Bruguera de Girona, se pueden ver varias escenas de tensión en el exterior. En una de ellas, uno de los votantes que se resiste a la entrada grita al agente que lleva la cámara en la cabeza y le pregunta si "las patadas a los huevos" y "los puñetazos" también los graba. Una chica, muy cerca, grita otro agente diciéndole que no le chille y que no le da miedo.

En uno de los vídeos, se ve la actuación de la Guardia civil en el municipio de Sant Martí Sesgueioles, donde a pesar de ser sólo 370 vecinos, llegaron una cuarentena de efectivos policiales. Los agentes de la Guardia Civil llegaron al pueblo hacia las dos menos cuarto del mediodía. Les esperaban unos tractores que cortaban la calle de acceso a 'La Fábrica', el local donde estaba el colegio electoral y donde los vecinos tenían la única urna del pueblo. "Con tranquilidad, eh! Relajados, eh, relajados!", grita uno de los guardias, que dice que hablará con los Mossos. En el vídeo, se puede escuchar la conversación entre la patrulla de los Mossos y los efectivos de la Guardia Civil. "Hay niños pequeños y personas mayores", explica uno de los agentes de los Mossos, que admite que no quieren "follón" y remarca los guardias que los vecinos son "pacíficos".

La Guardia Civil se acerca a la decena de ciudadanos atrincherados frente al colegio electoral, y el mosso intenta hacer mediación. "Yo os lo cuento, ellos escuchan y vosotros tomad la decisión que desee, de acuerdo?", dice el agente de los Mossos a los vecinos. "Ellos tomarán las decisiones que quieran tomar, ya les hemos informado que ustedes están en una actitud pacífica y no son agresivos, que están haciendo sus historias ... yo solo hago de intermediario. Ellos decidirán", admite el mosso. Cuando el agente de la Guardia Civil interviene, saluda con un "bon día" en catalán y luego pide a la gente que los deje entrar. "Sabemos la problemática que tenemos, queremos entrar. No queremos hacer...  simplemente queremos hacer nuestro trabajo", dice el guardia. Y añade: "Queremos llevarnos lo que tienen dentro y marcharnos". Los vecinos, sin embargo, gritan 'no pasarán' y los Guardias Civiles se van y uno de ellos anuncia al resto que han "intentado las negociaciones y lógicamente han fracasado". "Nos sacamos la boina, nos colocamos el casco, nos colocamos los guantes y todo será pacífico. Retiramos barricadas, e id empujando la gente, hasta que tengamos la entrada libre", comenta, dando instrucciones a gentes. Primero, la Guardia Civil se dedica a retirar las mesas y las sillas colocadas delante de la gente pero después uno de los agentes descubre una puerta lateral y cambian de estrategia. "¿Reventar esa? Le pegamos allí la hostia", dicen. Entonces, otro da instrucciones: "Vamos a entrar por el lateral, que no pase nadie hacia abajo. Un cordón aquí fuerte, vale?".

Poco después, comienza la actuación policial y la cámara cae al suelo y pierde la imagen, pero no el sonido. En uno de los siguientes elementos de la grabación, cuando la Guardia Civil ya marcha, se puede escuchar el estado de ánimo de los agentes. "¡Hostia puta, qué liada! Buah, no podíamos con ellos, qué fuerza que tenían!", dice un agente. Van en el coche, y se sienten indicaciones. "Desde detrás metía la porra hacia dentro como si no hubiera mañana. Y no había cojones. Y empujaban, y empujaban. Si uno no se ha ido con la costilla rota poco le ha faltado", aseguran. "¡Cómo empujaban los hijos de puta!", añade otro agente, que felicita a los compañeros por la actuación: "Habéis aguantado de cojones".