CHOQUE INSTITUCIONAL

El PSOE se lanza a desprestigiar a Pastor para salvar los Presupuestos

Pedro Sánchez saluda a Ana Pastor, el pasado 4 de junio en Madrid.

Pedro Sánchez saluda a Ana Pastor, el pasado 4 de junio en Madrid. / periodico

Juan Ruiz Sierra

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No es frecuente que los partidos aireen en sus comparecencias los pequeños detalles de las reuniones de los organismos del Congreso que se celebran a puerta cerrada. El martes, sin embargo, la portavoz parlamentaria de los socialistas, Adriana Lastra, explicó esto: durante la Junta de Portavoces que se acababa de celebrar, dijo, afeó a la presidenta de la Cámara baja, Ana Pastor, que denunciase "amenazas" por parte del PSOE para que no impidiera la tramitación de un atajo legal con el que el Gobierno pretende acabar con la capacidad de veto del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, sobre los objetivos de déficit, paso imprescindible para la aprobación de los Presupuestos. Pastor, continuó Lastra, se quedó callada.

Aquello no fue producto del acaloramiento de la portavoz del PSOE. Forma parte de una estrategia del partido y del Ejecutivo para torcer el brazo a la presidenta del Congreso. "Ella está actuando como un miembro más del PP. No sabemos si levantaremos el veto del Senado, pero tenemos que minar lo único que de verdad le interesa a Pastor: su imagen", señalan fuentes socialistas. Así que los mensajes no se dirigen ahora al PP y Cs por taponar, con su mayoría en la Mesa del Congreso, la tramitación de un nuevo Presupuesto. Se dirigen, sobre todo, a Pastor.  

El conflicto entre la presidenta del Congreso y el Gobierno, que aquí cuenta con el apoyo de todos los grupos salvo el PP y Cs, no tiene precedentes y encierra cierta complejidad. Los socialistas quieren aprobar unos Presupuestos que incluyan los 6.000 millones de euros más de gasto que ha concedido la UE, pero para ello necesitan acabar con la capacidad de veto del Senado aprobada por los conservadores en el 2012. Se trata de una absoluta anomalía dentro de la tramitación de normas. En todos los casos, salvo en este, la última palabra la tiene el Congreso. Tras impedir populares y naranjas la tramitación por la vía de urgencia de la reforma de la ley de estabilidad presupuestaria, los socialistas idearon la semana pasada una triquiñuela: una enmienda a una ley contra la violencia machista que pretendía anular el veto del Senado. La Mesa de la Comisión de Justicia dio su visto bueno. Sin embargo, la Mesa del Congreso, donde el PP y Cs tienen mayoría, tumbó la iniciativa.

Vivienda y seguridad aérea

Los socialistas han desempolvado numerosos precedentes frente a esta decisión. Uno de los más jugosos, recordó este miércoles la vicepresidenta, Carmen Calvo, tuvo lugar en mayo del 2013, cuando el PP utilizó las enmiendas a una ley sobre rehabilitación de edificios para regular ámbitos que nada tenían que ver, como la seguridad aérea. En un paradójico intercambio de papeles con la situación actual, los socialistas pidieron a la Mesa del Congreso que rechazara estas modificaciones por "incongruentes". El presidente de la Cámara, Jesús Posada, contestó que no tenía capacidad para revertir la decisión de la Mesa de una comisión. La ministra de Fomento, encargada de las políticas de vivienda, era Pastor.