SUMARIO POR REBELIÓN

El Govern controló movimientos de la Guardia Civil contra el 1-O

J. G. Albalat / Rafa Julve / Ángeles Vázquez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aquella fue una de las jornadas en las que se disparó la tensión arterial del ‘procés’. Faltaban menos de dos semanas para el 1-O  y los nervios ya estaban a flor de piel en la calle y en muchos despachos. Días antes, la Guardia Civil había registrado el semanario ‘El Vallenc’ en la capital del Alt CampGuardia Civil había registrado el semanario ‘El Vallenc’ buscando material relacionado con el referéndum unilateral. Allí no encontró ninguna papeleta, pero sí se topó con una protesta vecinal a las puertas del local. El ambiente se caldeaba, y el 19 de septiembre aún se encrespó más, cuando los investigadores del instituto armado peinaron durante más de 12 horas la sede de la empresa Unipost en Terrassa. De nuevo, eran conscientes de que tenían a decenas de personas increpándoles al otro lado de la puerta; lo que no sabían en aquel momento es que el Govern de Carles Puigdemont les vigilaba, tenía controlados sus pasos.

De acuerdo con un atestado de la Guardia Civil incluido en el sumario del caso que se instruye en el Tribunal Supremo sobre un presunto delito de rebelión (entre otros) cometido por el ‘expresident’ y sus ‘consellers’ y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, miembros del Ejecutivo catalán fueron recibiendo información pormenorizada sobre cómo se desarrollaba el registro de Unipost. En resumidas cuentas, dicho informe señala que el entonces secretario general de Interior, César Puig, envió aquel 19 de septiembre cuatro correos electrónicos al entonces secretario general de Economia i Hisenda, Josep Maria Jové. Aquellos ‘e-mails’ explicaban lo que estaba sucediendo en la empresa de mensajería tal y como lo veían los Mossos, pues eran “un reenvío del parte de incidencias” confeccionado por la policía autónoma, “concretamente por el jefe de turno de la sala central de mando de la prefectura de la policía sita en la calle de Bolivia, 30-32 de Barcelona”.

Puig está procesado actualmente por la Audiencia Nacional en el caso por sedición del ‘major’ Josep Lluís Trapero. Jové es ahora diputado de ERC en el Parlament y, en tanto que aforado, está a la espera de que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya decida si le investiga por los preparativos del 1-O a raíz de las pesquisas iniciadas por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona. En el momento del registro de Unipost, dicho dirigente de Esquerra era el número dos de Oriol Junqueras en la Conselleria d’Economia y, según los investigadores, también era algo más, pues lo consideran el cerebro de toda la logística para nutrir de urnas, papeletas y demás material necesario para que pudiera llevarse a cabo el referéndum. De ahí que este alto cargo recibiera una información que supuestamente no tendría por qué incumbirle por las funciones que desempeñaba.

"Seis furgonetas logotipadas"

Según el atestado de la Guardia Civil, el primer correo de Puig a Jové se envió a las 11.42 horas. En él se informaba del lugar de la instalación (la sede de Unipost), del número de vehículos del instituto armado que llevaban a cabo la operación, “seis furgonetas logotipadas”, y de que se iban “concentrando civiles en la zona”.  Siete horas más tarde, a las 19.06 horas, se enviaba el segundo ‘e-mail’, que detallaba que los investigadores habían solicitado la “presencia de antidisturbios” y se les había respondido que “ya hay efectivos y mandos que darán la respuesta y el apoyo necesario”. A su vez, el mismo parte de incidencias avisaba de los problemas de dos vehículos de la Guardia Civil para abandonar la zona (los Mossos aseguraron una calle para que pudieran salir en sentido contrario)  y de que el secretario judicial no podía entrar en la empresa “porque un grupo de personas le impiden hacerlo”. También se apuntaba la “presencia de medios de comunicación”.

Los investigadores consideran que el número dos de Economia, destinatario de los mensajes, fue el cerebro de la logística de la consulta

El tercer mensaje, de las 19.54 horas, incorporaba a esa información la decisión de los Mossos de “actuar sobre los manifestantes para que el secretario judicial pueda acceder al interior de la empresa y practicar la diligencia que debía realizar”,  mientras que el cuarto correo era de las 21.16 horas y en él se reflejaban “las incidencias ocurridas” y “la finalización del dispositivo”, a las 21.10 horas. También se indicaba que a las 20.05 horas “una furgoneta de la Guardia Civil ha quedado encerrada por los concentrados teniendo que intervenir la ARRO, una unidad especial de seguridad ciudadana, si bien no es hasta una hora después, las nueve de la noche, cuando en el parte se indica que la furgoneta que había quedado cercada ha podido abandonar la zona”.

Aquel 19 de septiembre el Ejecutivo de Mariano Rajoy lo vivió como un triunfo, pues en dicho registro en las instalaciones de Unipost la Guardia Civil sí se apuntó un tanto que los monclovitas consideraban definitivo contra el 1-O. Los agentes confiscaron en aquella empresa 45.000 certificaciones de notificaciones listas para ser enviadas a los ciudadanos que habían sido designados por el Govern para ejercer de presidentes, vocales y suplentes de las mesas electorales. Ya introducida en sobres con el membrete de la Generalitat, los investigadores consideraban que dicha documentación representaba el 80% de los oficios necesarios para la consulta. Ciertamente, aquel tipo de comunicaciones ya no fueron remitidas a los ciudadanos. No obstante, eso no disuadió al Govern de seguir adelante en su intención de celebrar el plebiscito. Tampoco la Guardia Civil paró máquinas. Al día siguiente se llevaba a cabo el registro de la Conselleria d’Economia, en la Rambla, y el tensiómetro se disparó. Jové y otros altos cargos del Ejecutivo catalán fueron detenidos.