DEBATE SOBERANISTA

Sánchez pide al Govern que renuncie a la vía "unilateral"

Juan Carlos Rosado

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La crisis catalana se ha colado este miércoles en el debate previo al Consejo Europeo, donde ha intervenido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, largo y tendido en el Congreso. Por un doble motivo: porque el PP ha pedido al jefe del Ejecutivo que suspenda su reunión con Quim Torra y porque, en el lado contrario, ERC le ha avisado de que se deterioran gravemente las relaciones después de que Sánchez negara el martes un nuevo 1-0 nuevo 1-0

Sánchez ha respondido a los republicanos que sus palabras del martes rechazando un nuevo referéndum como el 1-0 solo eran una apelación a que los independentistas "aprendan de los errores" y acaben con la "vía unilateral". A su juicio, enmarcar el diálogo en los límites de la Constitución no es un "margen estrecho" porque la Carta Magna y el Estatut "gozan de un apoyo mayoritario".  

Poco antes, el portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso, Joan Tardà, había acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de “dinamitar” un posible acuerdo entre su partido y el PSOE con su advertencia de que no permitirá otro 1-0. Tardà reprochó al presidente tener el “mismo discurso del PP” al restringir el diálogo a los límites de la Constitución y avisó de que todo esto no ayuda a que su próxima reunión con el president del Govern, Quim Torra, sea cordial y fructífera.

Campo "estrechito"

En su intervención, el diputado republicano afeó las declaraciones de Sánchez por su carácter excluyente. “Usted les dice a los catalanes que se olviden del problema e impone un campo de juego estrechito en el que estén solo los no independentistas”, aseguró en tono ácido antes de indicar que en la UE hubieran entendido una postura más generosa. “Ellos no llevan mochila porque llevan más tiempo en democracia, mientras que usted fue al regate corto, al interés inmediato, y les dijo al 70% de los catalanes que quizás queden expulsados del campo de juego”, remachó.

Tras acusar a Sánchez de reeditar "la foto del 155" y de dejar "muy tocada" la relación con el gobierno independentista catalán, el portavoz republicano le lanzó una advertencia: "Poner la cabeza bajo el ala o cerrar los ojos no permite pensar que los problemas quedan resueltos". En ese sentido, le instó a "reconocer la mochila" de los últimos ocho años en los que, según ERC, el PP se negó a dialogar con las instituciones catalanas. "No digo que sea quien la haya provocado, pero la lleva y pesa mucho", ha remarcado.

Tensión parlamentaria

Para añadir leña al fuego, el portavoz del PP, Rafael Hernando, ha pedido a Sánchez que suspenda la reunión prevista con Quim Torra hasta que el 'president' pida "perdón por sus ofensas" al Rey. Asimismo, ha instado al presidente del Gobierno a que aclare si el jefe del Ejecutivo catalán le sigue pareciendo un "supremacista xenófobo". "Los independentistas no se van a contentar nunca, por eso quiero prevenirle, para que no premie a quienes quieren romper España", ha advertido el portavoz parlamentario. 

Ya en la sesión de control al Gobierno, el diputado de ERC Gabriel Rufián volvió a la carga y advirtió a Sánchez de que le va a resultar difícil evitar la tensión con su partido. "Si usted cree que con buenas palabras, palmaditas, llamadas y cenas nos vamos a olvidar de los nueve secuestrados, le recomiendo que cambie de asesores", avisó Rufián antes de denunciar la estrategia de "poli bueno, poli malo" del Ejecutivo socialista. 

Sánchez le contestó en tono conciliador y subrayó "la importancia" que tiene ERC en Catalunya. "Ha habido momentos en los que nos hemos entendido y le pido que no descalifique a miembros de mi Gobierno", dijo el presidente, partidario de "tender la mano" para ese "diálogo abierto y sincero" que se necesita. "Por nosotros no será", concluyó.

Audacia necesaria

Por su parte, la ministra de Política Territorial, Meritxell BatetMeritxell Batet, ha pedido al Govern "audacia" a la hora de tener gestos como los del flamante Ejecutivo de Sánchez. "El Gobierno ha dado pasos activos como convocar la reunión con Torra, levantar el control de los pagos de la Generalitat control de los pagos y frenar la dinámica de enfrentamiento público que tanto daño ha hecho", advirtió antes de trazar una frontera clara con los postulados independentistas: "Aquí no hay exiliados, sino huidos de la justicia española, y las mayorías absolutas legitiman para gobernar, pero no para romper con el Estado de derecho". 

En esa línea, alertó de que "no se puede hablar en nombre de todos o de un pueblo entero". Y añadió que uno de los problemas que preocupan más al Gobierno es "la angustia real que sienten muchos catalanes desde hace unos años y que no es un farol, sino una realidad".