Cospedal se quita el corsé y endurece su discurso antiindependentista

María Dolores de Cospedal, acompañada de la ex ministra Dolors Montserrat, fotografiándose con afiliados y simpatizantes en la sede del PP en Barcelona.

María Dolores de Cospedal, acompañada de la ex ministra Dolors Montserrat, fotografiándose con afiliados y simpatizantes en la sede del PP en Barcelona. / periodico

Pilar Santos / Júlia Regué

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El PP empezó este sábado la campaña electoral interna, un proceso inédito en la formación conservadora que se inicia sin un favorito claro. Con la renuncia del que parecía el relevo natural de Mariano RajoyAlberto Núñez Feijóo, el pódium entre los seis candidatos lo ocupan María Dolores de CospedalSoraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. Los tres repiten estos días los mismos verbos: "renovar", "abrir" el partido, "escuchar" a las bases… Los afiliados, que por primera vez participarán en la elección del próximo líder del partido, deberán decidir quién puede representar ese nuevo ciclo que el partido necesita abrir tras una década marcada por los casos de corrupción.

Tomarán la voz el 5 de julio. Ese jueves, los militantes que se hayan inscrito previamente (antes del lunes, 25, a las dos de la tarde) podrán votar. Los dos candidatos más respaldados pasarán a la segunda ronda, en la que los compromisarios escogerán al presidente del PP en el congreso del 20 y 21 de julio.

Cospedal lanzó su campaña en Barcelona. Ya sin el corsé de exministra de Defensa, aprovechó la cita para desmarcarse de las maniobras del Ejecutivo de Rajoy para frenar el 'procés'. Arropada por un centenar de militantes y por su portavoz de campaña, la exministra Dolors Montserrat, procuró, sin mencionarla, mermar la figura de Santamaría, que estuvo al frente de la estrategia ante el conflicto catalán.

Comentó que los populares decidieron esperar al PSOE y Ciudadanos "para sumar más" y resolver "un conflicto de Estado, y no de partido", pero admitió que "le hubiese gustado aplicar antes" el artículo 155. Reveló que era una de las que apoyó una intervención en TV-3 por ser un "aparato secesionista y de creación de odio".

Las posibles "heridas" del proceso

No escatimó críticas a Pedro Sánchez, aunque reservó para el Govern su mejor dardo: "Si ETA no consiguió romper la unidad de España, tampoco lo van a conseguir [Carles] Puigdemont ni [Quim] Torra", enfatizó la exministra de Defensa.

Su alegato final le sirvió para emplazar a sus contrincantes a "cuidar el partido", con el ruego de no producirle "fracturas ni heridas" que "no se puedan coser".

La exvicepresidenta, con Moreno

Santamaría se fue a Málaga a abrir la campaña. La exvicepresidenta tiene en Andalucía a Juan Manuel Moreno, uno de los barones territoriales que la apoyan de manera más clara en esta carrera. Dijo que se presenta no solo "para ganar el congreso" del partido, sino porque cree que puede "ganarle las elecciones a Pedro Sánchez".  Se permitió un minuto de nostalgia al admitir que "echa de menos" el tiempo en el que "la primera, la segunda o la tercera llamada del día" era la de Rajoy.

Por su parte, Casado se fue hasta A Coruña, donde pudo aparecer junto a Feijóo. El presidente de la Xunta ya ha dejado claro que acompañará a todos los aspirantes que se acerquen a su tierra.

Polémica por el uso de datos

En un encuentro con la prensa, Casado no pudo evitar las preguntas sobre su máster e insistió en que son "informaciones interesadas". "Mi candidatura no gusta a la izquierda porque sabe que daré la cara sin complejos contra sus propuestas y contrapondré lo que hemos hecho bien", aseguró.

Casado ha sido objeto de polémica por la propaganda que ha hecho llegar a algunos afiliados cuando todavía no se había iniciado la campaña. La comisión organizadora ha recibido denuncias de militantes a los que les llegó información de esta candidatura en sus móviles. Los servicios jurídicos del PP analizarán si el postulante ha hecho mal uso de las bases de datos que custodia la dirección del partido o si simplemente tenía esos números "por razones de amistad".