El Govern pide "gestos" a la Monarquía para evitar un plante de Torra al Rey

En los días posteriores a la moción de censura que terminó con Mariano Rajoy la política catalana se ha convertido en un juego de sutilezas que hay que ir analizando para descifrar el rumbo que tomarán a partir de ahora los acontecimientos. El Govern, sobre todo la parte de JxCat, intenta mantener en público el lenguaje de confrontación con el Estado, pero las señales de que cada vez más dirigentes buscan la distensión se multiplican.

El viernes, en Tarragona, habrá una nueva oportunidad de interpretar hacia dónde se dirige la legislatura. Y el presidente de la Generalitat aún no ha decidido si estará junto al Rey Felipe VI en la inauguración de los Juegos Mediterráneos. De hecho, el Govern ha pedido esta mañana "gestos" al Monarca para evitar un plante.

La Generalitat sigue calibrando si le conviene más exhibir el malestar del independentismo con el discurso del Rey del pasado 3 de octubre o dar un paso en la línea del diálogo que le reclaman varios actores políticos y económicos. La llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa ha modificado el guion previsto, pero las dos partes se miran de momento con recelo y cualquier señal es importante.

Formalmente, el posicionamiento contra la Monarquía sigue siendo firme. La portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha cargado esta mañana contra Felipe VI por "tomar parte en la violencia ejercida contra los ciudadanos" durante el referéndum del 1 de octubre. "Validó esa violencia. Fue una gran irresponsabilidad, y eso condiciona las relaciones entre el Govern y el Rey", ha asegurado en referencia a la alocución televisiva del Monarca, que el independentismo interpretó como un cierre de filas con la estrategia represiva de Rajoy.

"No está cerrado"

Para el Ejecutivo catalán, la relación entre la Generalitat y la Corona "no puede ser la misma" que antes de ese discurso. "No puede haber un encuentro protocolario con sonrisa y apretón de manos", ha dicho la portavoz para dejar en el aire la presencia de Torra en la inauguración de los Juegos Mediterráneos de Tarragona, donde, además del Rey, estará el presidente del Gobierno. De hecho, Sánchez dio el lunes por hecho que coincidiría el viernes con Felipe VI y Torra, en un anuncio que fuentes de la Generalitat acogían ayer con sorpresa.

El debate sobre ese encuentro "no está cerrado", dijo Artadi, que puso el acento en que el Govern espera con la mano tendida "un cambio de posicionamiento de la Monarquía y del Estado". Aunque no ha querido especificar gran cosa acerca de qué espera en concreto Torra, la portavoz del Ejecutivo catalán sí ha dicho que ayudaría que el Rey "diera un giro y recuperara el espíritu que hace unos años expresaron su padre, y él mismo, de respetar la voluntad del pueblo de Catalunya".

La decisión final del Govern sobre la presencia de Torra en Tarragona condicionará también el encuentro del Rey y el presidente de la Generalitat en la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona, que tendrá lugar la semana que viene en Vilablareix después de que la alcaldesa de Girona se negara a acogerl el acto. En cualquier caso, Artadi ha asegurado que la Generalitat entendería que hubiera protestas en la calle contra la presencia de Felipe VI. "La gente tiene derecho a expresarse. No se promueven desde el Govern, sino que corresponden a la sociedad civil. Sería una expresión de la ciudadanía, lo que no se puede hacer es silenciarla", ha dicho.