LA BATALLA DE LA SUCESIÓN

Cospedal blande su experiencia y la defensa del PP en los peores momentos

Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal

Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal / periodico

Pilar Santos

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María Dolores de Cospedal también se presenta. La secretaria general del PP ha anunciado en Toledo, ante la junta directiva de su partido en Castilla-La Mancha, que quiere ser la próxima presidenta de los populares. "Quiero ser la primera mujer que presida el PP y quiero ser la primera mujer que presida el Gobierno de España", ha dicho entre aplausos de sus seguidores. Según ha confirmado su entorno, piensa abandonar la secretaría general en cuanto su candidatura sea ya oficial para no competir con ventaja.

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Con un discurso muy preparado de más de media hora, la número dos ha recordado la larga experiencia que tiene no solo dentro del PP, algo de lo que adolece su principal competidora, Soraya Sáenz de Santamaría, sino también la Administración y gobernar. Ha recordado que es abogada del Estado y que también ha estado en dos ejecutivos, el de la Castilla-La Mancha, como presidenta, y en el nacional, como ministra de Defensa. Asimismo ha pasado revista a los valores de centro-derecha que dice defender -fundamental en un momento de pugna total con Ciudadanos-;  ha hecho mención especial a colectivos como las víctimas del terrorismo; ha defendido la unidad de España; ha hecho un llamativo llamamiento a los más jóvenes (que podrían ser los más animados a priori a seguir la candidatura de Pablo Casado) y ha defendido el legado de Mariano Rajoy. 

Cospedal ha mostrado su orgullo por haber defendido siempre la "honorabilidad" de las siglas del PP, "injustamente salpicadas" por los que no las "respetaban". "Por encima de mi interés personal, de cualquier consideración y cualquier cálculo y el perjuicio a mi imagen, ante cualquier instinto de autoprotección, siempre ha estado mi partido", ha declarado en una crítica velada a Santamaría, a la que muchos dirigentes afearon que no defendiera al partido desde la mesa del Consejo de Ministros cuando estallaban los numerosos escándalos de corrupción. Evidentemente estas palabras no eran gratuítas, pese a que ha subrayado que su candidatura no es "contra nadie".

La dirigente conservadora propone una "propuesta de integración" y su "mano firme" contra la corrupción. Eso sí, se ha cuidado mucho de ni siquiera mencionar la setencia de la Gürtel.  "Un proyecto de futuro muy claro para España. Hoy tengo el inmenso honor, lo digo con alegría, con ilusión y con enorme sentido de responsabilidad de presentar mi candidatura a la presidencia del PP, lo hago con humildad y determinación y os pido vuestra confianza y vuestro apoyo. Ofrezco lo que podemos conseguir entre todos: un partido ganador y de Gobierno, ofrezco ilusión y experiencia, ofrezco trabajo, unidad y victoria. Ofrezco victoria, victoria y victoria", ha acabado. Ese final tiene su importancia y puede convertirse, a buen seguro, en un eje de su campaña interna en un momento en que la moral de la tropa popular no pasa por su mejor momento, tras haber salido del poder con una moción de censura.