Carmen Calvo, la feminista negociadora del 155

Carmen Calvo, la nueva vicepresidenta del Gobierno, en una rueda de prensa en la sede del PSOE.

Carmen Calvo, la nueva vicepresidenta del Gobierno, en una rueda de prensa en la sede del PSOE. / JUAN MANUEL PRATS

Patricia Martín

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Feminista antes que socialista, especialista en Derecho Constitucional, negociadora por parte del PSOE del 155, rockera y aficionada los toros. Con estas y otras cualidades, Carmen Calvo compatibilizará a partir del jueves la todopoderosa vicepresidencia del Gobierno con el Ministerio de Igualdad, según los designios de Pedro Sánchez, quien ha decidido confiar en una de sus más estrechas colaboradoras un doble papel difícil, donde su experiencia como jurista puede ser clave ante desafíos como el catalán y su feminismo alcanzar la más altas cotas del poder.

Y eso que, tras su etapa como ministra de Cultura, en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, Calvo (Cabra, Córdoba, 1957) dejó la primera línea política y se centró en dar clases en la Universidad de Córdoba, donde se doctoró en Derecho Constitucional. Pero, con la llegada de las primarias socialistas, se decantó por el, a priori, perdedor, y Sánchez la integró en su equipo como coordinadora del programa social. Fue una vuelta comedida a la arena política, desde la que ha ido escalando posiciones en apenas un año, hasta llegar a la cúspide.

De hecho, tras recuperar la secretaria general, el ahora presidente la eligió responsable de Igualdad del PSOE, hace justo 12 meses. Después, coordinadora de los diez ‘Acuerdos de país’, con los que Sánchez intentó marcar la oposición a Mariano Rajoy, así como una de las protagonistas de las ruedas de prensa de los viernes, destinadas a dar la réplica al Consejo de Ministros. También estuvo en el núcleo duro que decidió presentar la moción de censura.

Las leyes de igualdad

Con la llegada del 8-M, Calvo impulsó la ley de igualdad salarial ley de igualdad salarialy la de igualdad de trato en el ámbito laboral, que ahora tendrá oportunidad de poner en marcha para atajar la brecha salarial y de las pensiones, así como el pacto contra la violencia machista. Coautora de varios libros sobre igualdad y política, Calvo sostiene que el maltrato a las mujeres es el “principal problema de España” y que el machismo es “incompatible con la democracia”, además de propugnar que la paridad se incorpore a la Constitución. Con estos mimbres, puede que su paso por el Ministerio de Igualdad deje mejor recuerdo que su etapa como ministra de Cultura, del 2004 al 2007, pese a su entusiasta lucha contra la piratería.

Llegó a este cargo recomendada por Manuel Chaves, quien le había  confiado la Consejería de Cultura del Gobierno andaluz los ocho años precedentes, tras concurrir a las elecciones autonómicas por primera vez en 1996, cuando aún no tenía carnet de socialista. Se afilió tres años después.

No brilló como ministra de Cultura

Como ministra se enfrentó al reto de los llamados ‘papeles de Salamanca’ y desarrolló una intensa actividad legislativa, pero la ley del cine, que pretendía proyectar una película española o europea cada cuatro exhibidas la enfrentó con las salas y los empresarios. Fue entonces relevada, en una de las varias crisis de Gobierno que hizo Zapatero, por César Antonio Molina. Y el presidente la compensó con el cargo de vicepresidenta del Congreso hasta el final de la primera legislatura. De 2008 al 2011 fue presidenta de la Comisión de Igualdad, hasta que perdió el escaño porque rechazó ir en la lista de los socialistas cordobeses encabezada por Rosa Aguilar, de quien ha discrepado públicamente.

Hermana de José Calvo Poyato, novelista e histórico del partido andalucista, tiene una hija de su primer matrimonio y es fácil verla paseando por su barrio con sus nietos, como cualquier otra abuela.