EN EL AIRE

Quim Torra aplaza la toma de posesión de los 'consellers'

Quim Torra, durante una visita a Girona.

Quim Torra, durante una visita a Girona. / periodico

Xabi Barrena

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El ‘procés’ ha dado alas a la inventiva. Barcos a Ítaca, trenes que chocan y coches que se lanzan con James Dean al volante en una loca carrera hacia un precipio. Ahora bien podría salir otro símil de la chistera, el del partido de tenis. Sitúese el lector en uno de esos torneos de tierra batida, con esas interminables y aburridas (con perdón) secuencias de golpes desde el fondo de la pista. Hasta que uno de los dos contendientes, cansado, lanza la bola más allá de la línea o a la red. Lo que se conoce como error no forzado. Pues eso es lo que parece que intenta el Govern de Joaquim Torra y de su mentor, Carles Puigdemont. Convertir cada pequeño paso en un interminable toma y daca hasta que el Gobierno de Mariano Rajoy erre.

La táctica, puesta en práctica tras la detención de Puigdemont en Alemania, ha dado ya sus frutos para la trinchera independentista, como bien acreditan los tribunales de Schleswig-Holstein. Aunque ha sido con la investidura del ‘president’, y el nombramiento de los ‘consellers’, donde ha llegado a su apogeo. La no publicación en el DOCG –pese a ser un acto reglado, meramente administrativo- de los nombres de los cuatro ‘consellers’ non gratos por la Moncloa, los dos presos y los dos en el extranjero, suponen, para muchas voces, otro error no forzado. Y Torra trata de sacar rédito de ello.

Lejos de la desobediencia

Obviamente, la anunciada para este miércoles toma de posesión de los ‘consellers’ no se ha producido. De momento, el Govern se mantiene lejos de todo acto de desobediencia que esté en su mano. Ni el secretario del Ejecutivo catalán da la orden de imprimir (sin permiso del Gobierno Rajoy) los nombres de Jordi Turull, Josep Rull, Lluís Puig y Toni Comín en el DOGC, como podría haber hecho, ni Torra lleva a cabo una toma de posesión que supondría, seguramente, un billete directo al Tribunal Supremo.

En lugar de esto, el ‘president’ ha solicitado un dictamen a la comisión jurídica asesora de la Generalitat para que encuentre una vía que permita formar ya Govern y ha encargado que se estudien "medidas legales" contra el Gobierno central ante el actual "bloqueo institucional". Con todo, fuentes del PDECat indicaron a este diario que el 'president' lanzará los nombres de los sustitutos a los cuatro 'problemáticos' "en breve".

Torra ha pedido también que se estudien las "medidas legales que se pueden emprender contra el Gobierno español", ya que a su juicio la publicación del decreto de nombramientos del Govern en el DOGC "es un acto debido que no tendría que sufrir ninguna interferencia".

Disciplente reacción

El Gobierno reaccionó al golpeo desde el fondo de la pista de Torra con displicencia. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría,ha afirmado que Torra “puede recurrir lo que le parezca oportuno”, pero que ello no modificará el proceder del Ejecutivo por lo que “no publicará el decreto”.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, aseveró que “no deben llevarse a cabo” los nombramientos porque “es de sentido común que personas encarceladas no deben ser consejeros, puesto que no pueden cumplir con su obligación”. Sentido común, pero ¿sería legal?. Ante esto, Català detalló que su departamento está estudiando los “aspectos formales” del decreto de nombramiento de consejeros que plantea Torra. La conclusión es que “la decisión que el Gobierno adopte va a estar fundada en derecho”.

En el fondo, la lucha del Gobierno, si como señalan muchas voces de distinto pelaje ideológico la publicación en el DOGC debería ser poco menos que automático, pasa por dejar pasar el tiempo. ¿Hasta cuándo? Hasta que la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo rechace los recursos de las defensas al auto de procesamiento de los políticos encarcelados, en el extranjero y de los ‘jordis’. Cuando ello suceda, todos los imputados serán inhabilitados, por lo que perderán sus actuales derechos políticos. Cuando ello suceda, se supone que en la primera semana de junio, Torra tendrá que nombrar, sí o sí, nuevos consejeros y Rajoy se ahorrará el trago de ver a los encausados como ‘consellers’. Y la elección de los sustitutos puede abrir una nueva secuencia de golpes.