REUNIÓN EN LA MONCLOA

Rivera presiona pero no convence a Rajoy para aplicar ya otro 155

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reunido con Albert Rivera, esta mañana, en el Palacio de la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reunido con Albert Rivera, esta mañana, en el Palacio de la Moncloa. / periodico

Juan Ruiz Sierra / Gemma Robles

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El encuentro entre Mariano Rajoy y Albert Rivera en la Moncloa ha durado este jueves una hora, pero no parece haber servido para acercar posturas de fondo sobre la crisis en Catalunya. Quizá sí en las formas, puesto que el líder de Ciudadanos se quejaba estos días de que el presidente del Gobierno ya no le llamaba ni para los asuntos catalanes. Al menos han quedado en telefonearse más a menudo, aunque la batalla que mantienen sus partidos, y que amaneza con recrudecerse tras la aprobación de los Presupuestos en el Congreso la próxima semana, no hace demasiado creíble ese compromiso.

Por lo demás, Rivera no ha logrado convencer al jefe del Ejecutivo de la presunta necesidad de actuar "de inmediato" frente al nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, a través de la aprobación exprés de una nueva suspensión de la autonomía catalana, una vez que la actual aplicación del artículo 155 de la Constitución decae con la formación del Govern.

Rajoy no se ha movido de su posición, que comparte con el líder socialista, Pedro Sánchezcon quien se reunió el pasado martes. Hay que esperar a los "hechos" de Torra, insisten en el Ejecutivo y el PSOE, antes de volver a intervenir. Pero para Rivera las meras palabras del recién elegido son suficientes para reactivar el 155 sin más miramientos. Atrás quedan los tiempos en que defendía que el polémico artículo de la Carta Magna debía evitarse hasta que fuera posible y, de ser aplicado, justificado en hechos con efectos jurídicos.

Ahora piensa diferente. Quiere acción y la quiere ya. El jefe de Ciudadanos puso como ejemplo ante la prensa, tras el encuentro con el presidente Rajoy, que el dirigente de Junts per Catalunya dijo que el president "legítimo" no era él, sino Carles Puigdemont. "Pedimos extender el 155. Creemos que se puede hacer inmediatamente con una propuesta del Gobierno y una resolución del Senado", recalcó Rivera.

Las medidas naranjas

"El 155 es política y es el momento de hacer política. Es el momento de actuar y no mirar hacia otro lado. Es mucho más sensato y moderado aplicar el 155 que volver a la vía penal cuando ya se hayan cometido los delitos", continuó el líder de Cs, partidario de que esta vez, a diferencia de la intervención del año pasado, se incluya el control de los medios de comunicación públicos de Catalunya.

El líder de los naranjas también quiere que esta nueva aplicación del 155 suponga que la cúpula de los Mossos d’Esquadra esté "comprometida con la Constitución", así como que se controlen "de manera efectiva" las cuentas de la Generalitat, porque el control reforzado del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), aprobado en el 2015, "no es suficiente".

Todavía resuenan en el Parlamento sus encontronazos con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a raíz de este control en los últimos meses, o de la falta del mismo, que se ha convertido en una de las claves del proceso en el Tribunal Supremo contra el Govern cesado, pero especialmente en Alemania y Bélgica, donde Puigdemont y algunos de sus 'exconsellers' se enfrentan a posibles delitos de malversación que son, de momento, cuestionados en los tribunales extranjeros.

La unidad, el “mejor instrumento”

Rajoy convocó esta cita para templar los ánimos. No quiere discrepancias públicas sobre Catalunya. Piensa que al Estado y al Gobierno no le convienen. Sabe que al PP le hacen polvo. Se comprometió a estudiar todas las propuestas de Rivera, pero sin comprometerse a nada. El Ejecutivo insiste en esperar. "Cualquier ilegalidad será respondida", insistieron fuentes de la Moncloa tras la cita.

"La unidad de los partidos constitucionalistas es el mejor instrumento para hacer frente a este desafío. La prioridad debe ser dar una respuesta pactada y proporcional", concluyeron las mismas fuentes, añadiendo que el encuentro, pese a las diferencias entre ambos dirigentes, había ido "muy bien". En las formas, desde luego. Habrá que ver cuánto tarda en llegar el próximo rifirrafe.