PLENO EN EL PARLAMENT

Quim Torra, investido 'president' con la abstención de la CUP

Xabi Barrena

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Joaquim Torra Pla ha sido investido como el 131º presidente de la Generalitat, el sexto bajo el paraguas de la Constitución de 1978 y la cuarta opción de esta legislatura, tras Carles PuigdemontJordi Sànchez y Jordi Turull, que contaron con el veto del Estado. Sustanciada la duda el domingo de si la CUP iba o no a darle apoyo, la segunda sesión de investidura de Torra no fue, sin embargo, la mera repetición en breve del cónclave del sábado. Este lunes, Torra ha abordado los deberes pendientes. A saber, desgranar sucintamente algo parecido a un programa de Govern y, sobre todo, tratar de limpiar su imagen ante la inercia creciente de su 'leyenda negra', que si hace dos días se circunscribía a dos tuits, ahora ya alcanza, también, a un buen dosier de artículos en prensa.

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Y es que uno de los problemas de no atajar la crisis en la raíz, sino más bien de dejar caer unas disculpas "si alguien se ha sentido ofendido", como si la ofensa dependiera de la epidermis del receptor, es que en la segunda sesión, la oposición apareció armada hasta los dientes con frases subrayadas en fosforito. La que más arsenal aportó, y más airada (como es habitual), fue Inés Arrimadas.

El que hizo más daño, por las formas exquisitas que aún hacían palidecer más lo escrito, eso si, hace siete años, y porque el artículo le atañía directamente ('El PSC i la cabra catalana', se titulaba), Miquel Iceta. Con todo, y a pesar de que lo escrito queda (cuando ya rozaba la cincuentena, es decir, no era un adolescente), Torra, finalmente, fue más allá de las disculpas por lo bajinis e hizo algo que otros,  en su lugar, no han hecho: acto de contricción.

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Comunicación por escrito

"Me arrepiento. No volverá a suceder", dijo en referencia a los tuits y a "alguna palabra inconveniente en algún artículo periodístico". Ha sido el punto de autocrítica final con que ha culminado sus intervenciones, poco antes de ser investido por la mínima, con los 66 votos de JxCat y ERC a favor, los 65 de Cs, PSC, los 'comuns' y el PPC en contra y las cuatro decisivas abstenciones de la CUP. Tras la votación, el presidente del Parlament, Roger Torrent, comunicó por escrito (por aquello de la tensión institucional con la Zarzuela) al Rey el dictamen de la Cámara catalana.

El arrepentimiento ha sido el broche a todo un esfuerzo por sacudirse la 'leyenda negra' que él mismo se ha creado. Y es que en sus intervenciones el 'president in péctore' ha hecho un canto a la cohesión de los 7,5 millones de catalanes. También, por tanto, aquellos que se sienten españoles y/o tienen el castellano como lengua materna.

Palabras a los anticapitalistas

Torra ha agradecido a la CUP su apoyo, en forma de no ataque, y ha rogado encarecidamente al grupo de los anticapitalistas que estén vigilantes y denuncien cada vez que observen que su Ejecutivo "cae en la tentación del autonomismo". Y eso que el apartado 'vamos a provocar nervios en la Moncloa' no fue, ni mucho menos, el más extenso. Eso sí, ha reiterado que dentro de su proyecto de recuperar las instituciones y potenciar los derechos democráticos se impulsará, como máxima expresión, una "constitución catalana". Y acerca del calendario, ahondó en la idea, ya expresada por él mismo y también por Carles Puigdemont, que la celebración del juicio contra los políticos del 'procés' marcará un hito. "El país se pondrá a prueba y todos deberemos saber estar a la altura".

Con todo, la primera decisión que ha tomado como 'president' electo seguro que no ha complacido al Gobierno. Este martes se entrevistará y ofrecerá una rueda de prensa conjunta, en Berlín, con Puigdemont. Una reunión que tiene pinta de todo menos de traspaso de poderes y que supon el inicio de un mandato que Torra no quiso aclarar si prevé agotar. "Lo investiremos", ha afirmado en el hemiciclo el presidente electo en referencia al cesado.

Lo cierto es que Torra, a modo de 'excusatio' sí 'petita' porque la 'accusatio' era 'manifesta', ha dedicado la mayor parte de su tiempo a glosar su idea de 'república' donde anclar un eventual estado catalán. La ha definido como la de "todos, de todos los derechos, donde todo el mundo disfrute de la plenitud de derechos". "Defender la república es defender a los 7,5 millones de personas".