ELECCIONES 2019

Pulso Podemos-Cs por el relevo de Cifuentes en Madrid

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Iolanda Mármol

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La Comunidad de Madrid es la joya de la corona en las elecciones autonómicas del 2019 y el pulso para conquistarla acaba de comenzar en una precampaña sobrevenida aceleradamente tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Ni PP, ni PSOE, ni Podemos, ni Ciudadanos querían que la contienda comenzase ya, por el elevado riesgo desgastar a los candidatos con un año de histeria.

Sin embargo, ahora les toca ponerse en marcha como si los comicios estuviesen a la vuelta de la esquina y, de hecho, los tres presidenciables de la oposición (Ángel Gabilondo, Íñigo Errejón e Ignacio Aguado) asistirán a la recepción institucional del día 2 de Mayo, fiesta de la región. Ante la ausencia de Cifuentes, el PP quedará representado por el presidente en funciones, Ángel Garrido, mientras Mariano Rajoy deshoja la margarita para designar al sustituto de la dimitida.

En este contexto, Podemos y Ciudadanos arrancan la contienda con un choque de opiniones sobre quién debe presidir la Comunidad de Madrid tras el vendaval.  En realidad, la única incógnita es el nombre del sucesor de Cifuentes. Todos saben que el PP se mantendrá a los mandos gracias al oxígeno de Cs, porque los de Albert Rivera salen como ganadores y no tienen prisas por detener una hemorragia de los populares que les nutre de votos, por lo menos en las encuestas.  

Sin embargo, a pesar de que las posibilidades de desalojar al PP ahora son entre nulas y peregrinas, Podemos y PSOE piden a Cs que no sustente al sucesor de Cifuentes y los de Rivera salen a justificarse.  

"La cuestión es si el relevo de Cifuentes lo hacen los que la aplaudían mientras nos mentía o las fuerzas democráticas"

Íñigo Errejón

— PODEMOS

Ciudadanos se da por satisfecho con la dimisión y rechaza la propuesta de socialistas y podemistas para llegar a un acuerdo que, de facto, implicaría investir al socialista Ángel Gabilondo. Primeros en las encuestas, son conscientes de que en un año pueden conquistar la Comunidad de Madrid. Investir a Gabilondo pondría en peligro su victoria, puesto que los madrileños podrían percibir que el cambio ya se ha producido y, además, el socialista ganaría en imagen presidencial.  Con esas circunstancias, este domingo el precandidato de Cs, Ignacio Aguado, volvió a defender que es necesario esperar al 2019. 

"Respeto la ansiedad del señor Gabilondo y Podemos por intentar acceder a la Comunidad de Madrid a cualquier precio y a toda costa, pero las cosas hay que hacerlas cuando toca y eso es en mayo de 2019. Nosotros no queremos ganar al PP en un pacto en los despachos, queremos ganarles en las urnas", reivindicó.

Los morados presionan

Desde Podemos presionan, convencidos de que Cs puede desgastarse avalando al PP.  Su precandidato, Íñigo Errejón, volvió a lanzar el guante este domingo y les recordó que un partido solo se regenera si pasa frío en la oposición.

 "Ciudadanos tiene que abandonar el sectarismo, que no tropiece otra vez con la misma piedra. Sé que pensamos diferente en algunas cuestiones, pero en la regeneración democrática nos deberíamos poner de acuerdo por encima de siglas para no prolongar un mes bochornoso y llegar a las próximas elecciones en un clima más sano y respirable", defendió Errejón. 

"No queremos ganar al PP en un pacto en los despachos, queremos ganarles en las urnas"

Ignacio Aguado

— CIUDADANOS

El pulso entre Errejón y Aguado no es menor. Ambos necesitan visibilidad. El podemista, porque parte cuarto en las encuestas. Aguado, porque todavía no está designado (no habrá primarias hasta final de año o enero del 2019) y podría verse obligado a dar un paso al lado si en Madrid se concreta algún fichaje estrella. El de Mario Vargas Llosa fue desmentido el sábado por el partido, pero el propio Aguado reconoció este domingo que contar con él "sería fantástico".

Mientras tanto, desde las filas populares se enfrentan a su enésima encrucijada: designar a un peso pesado para no perder su feudo más preciado. Más allá de las apetencias, en el PP tienen números. Las encuestas internas que manejaron entre el 20-D y el 26-J concluían que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, era mejor valorada por los votantes de Ciudadanos que el propio Albert Rivera. La contundencia de las cifras alimenta esa posibilidad ahora que el partido naranja es el enemigo a batir.