Errejón inicia la precampaña para desbancar al PP posCifuentes

Tras un año y dos meses en fase de hibernación Íñigo Errejón despierta para armar la que va a ser su campaña más larga y la más arriesgada, la de los comicios del 2019. Se lo juega casi todo. En lo personal, su capital como dirigente al frente de Podemos. En lo político, la oportunidad de arrebatar al PP la Comunidad de Madrid para mantener abierta la ventana al cambio en el mapa estatal.

Las encuestas dicen que sale a competir en cuarta posición, pero -también es cierto- tras unos candidatos que se manejan con más dificultad en campañas electorales en las que él nada como pez en el agua. Salvo imponderables, Errejón se enfrentará a Ignacio Aguado (Ciudadanos), Ángel Gabilondo (PSOE), y al sustituto de la dimitida Cristina Cifuentes (PP).

Por primera vez los morados no salen a devorar al PSOE, sino a desactivar el voto del PP

Esta es la primera vez que Podemos no sale a disputarle votos al PSOE. Ambos han aprendido que ganan cuando suman. Ahora los morados salen a activar el ‘voto triste’ que se ha ido deshinchando y se puede refugiar en la abstención. Y sale, también, a desmovilizar al electorado del PP para que se quede en casa y no caiga en la seducción de Ciudadanos. El resultado electoral se decidirá, pues, en la participación y la fidelidad.  

Presión a Rivera

La presión sobre el partido de Albert Rivera es el primer eje del discurso que Errejón puso sobre la mesa este viernes, en el arranque de la campaña de primarias de Podemos. Alegó que Cs puede quedar "muy comprometido" si da cobertura al PP.

La consulta interna es un mero trámite una vez Errejón ha conseguido el aval del secretario general, Pablo Iglesias,Pablo Iglesias tras la 'crisis Bescansa', pero le sirve para calentar motores en un contexto que le beneficia: el PP en Madrid está en plena descomposición; Cs puede perder ‘punch’ por apoyar al sustituto de Cifuentes; y la ciudadanía vuelve a reivindicarse masivamente en las calles. Las manifestaciones contra la sentencia de ‘la Manada’, las de los pensionistas, o el 8-M, denotan un pulso en la calle que Podemos es especialista en recoger.

Chotis con Carmena

Si Errejón empieza bien, el próximo 15 de mayo podría reeditar el chotis con Manuela Carmena en las fiestas de San Isidro. Ese día se conocerán los resultados de unas primarias que sellan el entendimiento entre pablistas y errejonistas. Las verificará Ágora Voting. Falta por ver si el hermano pequeño, la familia anticapitalista, se aviene después a sumarse en la confección definitiva de la candidatura a las elecciones del 2019.

Y lo mismo ocurre con IU. La federación de izquierdas se quedó hace tres años al borde del 5% mínimo que necesita para obtener representación en la Asamblea de Madrid. Como esos votos no tuvieron traducción en escaños, Podemos y el PSOE se quedaron a un diputado de la mayoría para arrebatar el gobierno al PP. Todo parece indicar que socialistas, podemistas e IU han aprendido que solo ganarán si entablan una “competición virtuosa”, que amplíe la base progresista en lugar de devorarse mutuamente como ocurrió en la era del ‘sorpasso’.

Dos caravanas

De momento, Errejón sube a una campaña que, salvo el descanso veraniego, no va a parar hasta mayo del 2019 y que se articula en dos ejes.

En lo interno, reactiva el contacto con los simpatizantes en dos caravanas de portavoces. La capitaneada por Errejón y Tania Sánchez, y la que encabeza el jefe del argumentario del primer Podemos, Jorge Moruno. Aunque hay miembros pablistas, como Ramón Espinar, el candidato controla el 60% de la lista.

Hacia afuera, la línea oficial propone un pacto con PSOE y Cs para rechazar al sustituto de Cifuentese investir a Gabilondo como presidente hasta mayo del 2019. Y sin embargo. A nadie se le escapa que con el socialista en el poder las ansias de cambio se podrían dar por satisfechas y tanto Errejón como Aguado perderían la posibilidad de ser el candidato de la renovación frente a un PP podrido de corrupción, la carta que ambos pretenden jugar.