Juicio por calumnias

El 'pequeño Nicolás' pide perdón al CNI y alega un trastorno mental

Francisco Nicolás Gómez Iglesias en el juicio celebrado en los juzgados de lo penal de la Audiencia de Madrid.

Francisco Nicolás Gómez Iglesias en el juicio celebrado en los juzgados de lo penal de la Audiencia de Madrid. / .43059483

Vanesa Lozano

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"Si alguna vez he dicho algo que haya podido injuriar al CNI no tengo problema en pedir perdón y retractarme. Lo último que yo quise hacer es perjudicar a ninguna institución ni persona". Son palabras de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el 'pequeño Nicolás', durante el juicio celebrado contra él este martes en los juzgados de lo penal de la Audiencia de Madrid por calumnias al Centro Nacional de Inteligencia.

Nicolás afirmó en tres entrevistas concedidas en 2014 y 2015 a el diario El Mundo y al programa 'Un tiempo Nuevo' de Telecinco que los servicios de inteligencia habían pinchado ilegalmente su teléfono y el de otros ciudadanos que "representaban un problema para personalidades del Estado".

Pide que le consideren inimputable

El joven, que se enfrenta a una multa de hasta 180.000 euros, aprovechó el uso de la última palabra para pedir disculpas al CNI: "Vengo de una familia militar por parte de padre y de madre y en la vida lo primero que me han inculcado es el respeto a las instituciones". Antes, se acogió a su derecho de no declarar, una decisión que tomó  -ha dicho- "por prescripción médica" y dejó todo en manos de su abogada, que basó su defensa en su trastorno de personalidad. La letrada pidió la absolución de Nicolás y solicitó que sea declarado inimputable en el resto de causas que hay abiertas contra él en otros juzgados en base a su patología.

Durante el juicio, que fue suspendido el pasado enero a falta de un examen psiquiátrico y ha quedado visto para sentencia este martes, declararon tres peritos forenses que, tras evaluar a Nicolás, han concluido que padece "un trastorno de la personalidad de tipo narcisista, iniciado en la adolescencia por la necesidad de tener una autoimagen importante". Sin embargo, los expertos del instituto forense de los juzgados de Madrid calificaron la patología como "moderada", mientras que la médico propuesta por la defensa considera que es "grave" y que el joven vivió "una realidad paralela", aunque ambos equipos coincidieron en lo importante: Francisco Nicolás tenía su capacidad "muy limitada, pero no anulada" cuando realizó aquellas manifestaciones en los medios de comunicación.

"Una estrella rutilante que ganó 228.571 euros en GH VIP"

El abogado del Estado, que ejerce la acusación particular, recalcó que "la mentira" de Nicolás le convirtió en "una estrella rutilante del mundo mediático" y le permitió "ganar 228.571 euros" en el programa de televisión Gran Hermano Vip, donde "no hubiera participado si hubiera seguido siendo un desconocido", un dinero que, según la abogada del joven, fue destinado a pagar a su defensa anterior. La letrada ha señalado que Nicolás "creía ciegamente en lo que decía, sin entrar a valorar si hubo o no un pinchazo telefónico" y ha asegurado que la Administración de Justicia cometió un "grave fallo" con su cliente al no practicarle un examen forense cuando fue detenido en octubre de 2014.

La Fiscalía pide 5.400 euros de multa para el joven. Sostiene que el trastorno que padece Nicolás no puede considerarse como atenuante ni eximente y ha recordado que tiene estudios superiores y empezó la carrera de derecho para concluir que era consciente de que estaba cometiendo un delito: "Su discurso es el típico de los delincuentes de guante blanco y estafadores que con su labia y personalidad atraen a otras personas", apuntó la representante del Ministerio Público en su intervención.

Francisco Nicolás ya fue condenado en 2016 a pagar una multa de 4.330 euros por sus declaraciones, pero la Audiencia Provincial de Madrid ordenó repetir el juicio al no haberse citado al ex comisario Eugenio Pino, a quien Nicolás saludó en el pasillo del juzgado, antes de entrar a la sala, ante la sorpresa del ex número dos de la Policía. Aunque los anteriores abogados del joven consideraban su testimonio clave para la defensa de su cliente, su nueva letrada renunció finalmente al mismo.