La directora de la prisión de Puigdemont dice que se ha integrado bien en la cárcel

La responsable del centro asegura que el resto de presos de Neumünster "se preocupan por él, lo cuidan"

La prisión de Neumünster

La prisión de Neumünster / periodico

DPA

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A diferencia de otros años, Carles Puigdemont no podrá disfrutar de la Semana Santa rodeado de su familia. En su lugar, el 'president' cesado compartirá la mesa con el resto de reclusos del centro penitenciario de Neumünster, en el norte de Alemania.

"El señor Puigdemont no recibe ningún trato especial. Está en un edificio de la prisión completamente normal", declaró a dpa la directora de la institución penitenciaria, Yvonne Radetzki. "Al principio miramos un poco, naturalmente, si podíamos permitir que el señor Puigdemont participara directamente en el día a día de la cárcel. Pero no demasiado, porque Puigdemont llama la atención".

Sin embargo, las preocupaciones de cómo podrían reaccionar los otros reclusos ante un invitado tan famoso pronto se desvanecieron. "Se preocupan por él, lo cuidan, ven si tiene suficiente café e incluso también dicen: 'Hombre, pero si no es para nada como nosotros, él no debería estar aquí en realidad'".

El político catalán fue llevado a una celda normal en el edificio de prisión preventiva. El habitáculo mide menos de diez metros cuadrados y cuenta con los objetos "habituales", según Radetzki: una cama, un lavabo, un armario, una estantería y una televisión.

"El señor Puigdemont es muy agradabe en el trato, relativamente reservado y se integra bien aquí", declaró la funcionaria alemana que dirige la prisión desde hace cuatro años. "Se podría suponer que como es un político y cuenta con un cierto grado de notoriedad, que esto se note también aquí. Pero no es para nada así (...). Todo lo contrario, se muestra muy modesto y no ha tenido deseos especiales, agregó.

El líder independentista catalán se "ha integrado de manera completamente normal en la vida cotidiana de la cárcel como cualquier otro preso", detalló Radetzki. Sin embargo, esto significa también que Puigdemont solo cuenta con dos horas de visita al mes, a excepción de sus abogados y parlamentarios, que pueden visitarlo todas las veces que quieran.

"De otro modo sería injusto. Queremos tratar a todos los reclusos aquí de la misma manera", dijo sin querer avanzar cuándo irán la mujer de Puigdemont y sus dos hijas a visitarlo a la cárcel.

De todas formas, la directora del centro duda de que el político quisiera que se le aplicara alguna excepción de las reglas de la prisión. "Creo que las aceptó desde un primer momento porque alguien con un trasfondo así no siempre sabe cómo funciona un centro de este tipo", comentó la directora, y agregó que de todas formas no dice que le gustaría algo diferente.

Como cualquier otro recluso, Puigdemont puede llamar por teléfono, pero no recibir llamadas. No puede usar Internet, pero está permitido el uso de Skype tras la mediación del personal de la cárcel.