Aprobado el Plan de Usos de Ciutat Vella con nuevas condiciones a comercios y actividades

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Prohíbe nuevos locales de servicios turísticos y limita los de alquiler de vehículos

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este viernes de forma definitiva el Plan de Usos de Ciutat Vella, que condiciona la apertura de establecimientos de pública concurrencia, comercios alimentarios, servicios turísticos y otras actividades, con el objetivo de garantizar el equilibrio de usos y de mejorar la calidad de vida de los vecinos.

El Gobierno de BComú y el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy (Demòcrates), han votado a favor, mientras que el PP ha votado en contra y el resto de grupos se han abstenido ante la normativa, que pretende "evitar el monocultivo de un determinado tipo de actividades en el distrito", ha destacado su concejal, Gala Pin.

El plan no permite abrir nuevos establecimientos vinculados a los servicios turísticos --como almacenes para equipajes y oficinas de información turística--, y los de exposición, venta y alquiler de vehículos sólo podrán situarse en fincas que estén en los recorridos autorizados por la Ordenanza de Circulación, y deberán tener aparcar y probar los vehículos en el interior del local.

El documento, que contempla el distrito como una zona única, plantea que no se permita la apertura de nuevos establecimientos vinculados al ocio nocturno --como discotecas y salas de fiesta--, los relacionados con los juegos, casinos y salas recreativas, y los audiovisuales, como locutorios y 'karaokes'.

El documento aprobado inicialmente se ha modificado, y el definitivo incorpora una nueva condición para locales de restauración y los de venta y alquiler de vehículos, que deberán tener una superficie mínima por primera vez --hasta ahora se regulaba según la máxima, la densidad, el ancho de la vía y las condiciones de la vivienda, para evitar que los usuarios realicen la actividad en la calle por no caber en el interior del local--.

También incrementa la superficie máxima de nuevos restaurantes ---pasa de 100 metros cuadrados a 150--, se permite la apertura de supermercados de más de 400 metros cuadrados, y las nuevas actividades no podrán contar con almacenes externos, entre otras novedades del documento, que es el sexto Plan de Usos del distrito --el anterior fue anulado por dos sentencias--.

Los planes anteriores establecían el número máximo de establecimientos de una categoría que podían abrir, mientras que el aprobado tiene en cuenta cinco condiciones que deben cumplir las nuevas actividades: densidad de locales por tipologías, superficie mínima, superficie máxima, ancho de la vía y la vulnerabilidad de los edificios --más restrictivo en los más deteriorados--.

Las actividades quedan divididas en dos grupos: las que generan más impacto nocturno, con condiciones más restrictivas, y las diurnas --incluyen deportivas, alimentarias, culturales y sociales, entre otras--, con condiciones más flexibles para los establecimientos culturales, espectáculos sin impacto acústico y comercio de proximidad.

RESERVAS DE LA OPOSICIÓN

Desde el grupo Demòcrata, Francina Vila se ha abstenido pese a que "la cabeza y el cuerpo" les pide votar en contra, y ha pedido a Colau que no se escude a partir de ahora en el Plan de Usos, porque es una herramienta pero no lo es todo, tras lo que Koldo Blanco (Cs) ha destacado que tampoco es la regulación que su grupo hubiese propuesto, por lo que se ha abstenido.

Jordi Coronas (ERC) ha coincidido en señalar que ERC hubiese propuesto una normativa distinta, y ha pedido declarar Ciutat Vella conjunto protegido de patrimonio, y la socialista Montserrat Ballarín ha pedido más apoyo al comercio, y ha resaltado que el Gobierno de Ada Colau ha aceptado diversas alegaciones del PSC.

El popular Javier Mulleras ha advertido de que el Plan de Usos no solucionará los problemas de los vecinos, mientras que Maria José Lecha (CUP) ha dicho que el plan es necesario pero el mecanismo es limitado, y Ardanuy ha sostenido que la norma no será la definitiva y que no solucionará todos los problemas, pero es un paso más para hacerlo.

PATRIMONIO INDUSTRIAL

El pleno también ha aprobado modificar el plan de protección de patrimonio de Ciutat Vella para incorporar en él el patrimonio industrial del Raval --incluidas las conocidas como 'casas-fábrica'--, algo que ha prosperado con el voto a favor de todos los grupos municipales excepto el PP, que se ha abstenido.

Con esta aprobación, el Ayuntamiento blinda el valor patrimonial de 26 fábricas y 'casas-fábrica', construidas en el barrio desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX combinando el uso industrial con el residencial en un mismo edificio y construyendo fábricas compactas, para dar respuesta a la industrialización urbana de la Barcelona amurallada.