la batalla municipal

Ciutadans enfoca a las alcaldías del PSC, que encaja tranquilo el desafío

Mapa lucha PSC-Ciutadans

Mapa lucha PSC-Ciutadans / periodico

Rafa Julve / Roger Pascual

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El PSC tiene 120 alcaldes. Ciutadans, ninguno. Pero el partido que lideran Albert Rivera e Inés Arrimadas se siente más preparado que nunca para cambiar la situación después de los buenos resultados que obtuvo en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. Una victoria cimentada en gran medida en aquellas localidades en las que gobiernan los socialistas, con mención especial al área metropolitana de Barcelona, y en las que la formación naranja echará el resto cara a los comicios municipales del 2019. El viento sopla fuerte, pero la organización que dirige Miquel Iceta recibe el envite con calma aparente y confiada en el ascendiente de sus barones locales.

En las elecciones catalanas de diciembre, Ciutadans fue la fuerza más votada en todas las localidades del cinturón barcelonés donde gobierna el PSC (13), aparte de otras muchas. En el 2015 se le habían resistido algunas como Santa Coloma de Gramenet y Cornellà de Llobregat, pero en esta ocasión lo tiñó todo de su color. Un buen puñado de los 95.000 votantes que Ciutadans calcula que arrebató a los socialistas en toda Catalunya y de los 170.000 que le birló al PPC son residentes de esas zonas.

Aunque la candidatura de Iceta subió en número de votos en esas ciudades, la colomense Núria Parlon no pudo ejercer de muro de contención frente a la fuerte oleada naranja, que en esa ciudad sacó el 35,47% de los votos por el 23,74% del PSC, cuando los primeros tienen tres concejales y los segundos, 14. En las municipales del 2015, Parlon recabó el 40,68% de las papeletas -fue el segundo feudo metropolitano con mayor porcentaje de voto socialista, solo superado por Sant Joan Despí-, frente al 11,5% de Ciutadans.

El cornellanense Antonio Balmon tampoco resistió al empuje de Arrimadas y los suyos, que el 21-D lograron el primer puesto por primera vez con un 33,43% del porcentaje de voto, frente al 26,48% del partido del alcalde, quien en las municipales sacó el 38,50% de los sufragios y 11 ediles frente al 11,29% y 3 regidores de Ciutadans. Y otro ejemplo: en el feudo metropolitano más poblado, L'Hospitalet de Llobregat, Arrimadas cosechó el 33,39% de los sufragios por el 22,96% de Iceta. En el ayuntamiento, en cambio, el PSC tiene 11 concejales y Ciutadans, 4.

Estos números le valen al PSC para subrayar que no se pueden establecer comparaciones directas entre unas elecciones autonómicas de récord y unas municipales al uso porque la participación, mucho más baja en las segundas, puede alcanzar hasta los 20 puntos de diferencia en algunos sitios. En unos comicios locales influye mucho la gestión del alcalde y no tanto el debate independentista que en grandes proporciones ha capitalizado Ciutadans dentro del bloque constitucionalista. Además, se maximiza la figura del candidato, ya que su relación con los vecinos es mucho más próxima que la de un presidenciable a la Generalitat, por lo que los socialistas, además de alegar que ellos también pescaron el 21-D en aguas de Ciutadans (calculan que 96.000 votos), resaltan que no se pueden hacer extrapolaciones tan rápidamente.

Incremento de militantes

Pero aun aceptando que el 'ring' electoral es muy distinto entre una cita con las urnas y la otra, los naranjas están convencidos de que les ha llegado el momento. "En el 2015 el objetivo era lograr entrar en los ayuntamientos, ahora, es conseguir la alcaldía", resume Joan García, responsable de acción institucional de Ciutadans. Según sus cuentas, el número de afiliados al partido se ha incrementado "alrededor de un 30%" en toda Catalunya en los últimos seis meses, por lo que considera que hay que aprovechar la tendencia creciente y retener lo pescado en el PPC. Los populares obtuvieron en esas 13 localidades de la conurbación barcelonesa con alcalde socialista 22.648 papeletas menos que dos años antes (50.111). Se dejaron más si cabe en otros puntos como Barcelona o Badalona, pero esos apoyos, trasvasados en su mayoría a Ciutadans, podrían cambiar el panorama en unos comicios municipales.

Actualmente, de esas 13 localidades señaladas solo hay una, Sant Andreu de la Barca, donde socialistas y naranjas son socios de gobierno. En el resto Ciutadans ejerce la oposición bajo, según García, una consigna interna lanzada en el 2015: "Hacer muchas propuestas de ámbito municipal al margen del 'procés' frente a unos proyectos socialistas que están agotados". En el PSC mantienen la calma ante el desafío y confían en que la gestión habida y la que queda por hacer en este próximo año les devuelvan el título de 'cinturón rojo' convertido en naranja en las autonómicas.

El mismo escenario en Terrassa, Lleida, Tarragona, Mataró...

Lo que ocurre en el área metropolitana de Barcelona se repite también más allá. Por ejemplo, en la <a href="https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20180128/badalona-ya-no-es-tercera-ciudad-de-catalunya-6580627" target="_self">flamante tercera localidad más poblada</a> de Catalunya: <strong>Terrassa</strong>. Ciutadans (que sacó tres concejales y el 10,7% en las últimas municipales) quedó primera el 21-D en la capital del Vallès Occidental con 37.507 votos (29,81%). El PSC (9 ediles y 28,19%) fue cuarto con 18.789 apoyos (14,93%).