Ayuno en campaña por los "presos políticos"

El reloj de la parroquia de Santa María de Cornellà toca las ocho de la noche. En una de las salas del piso inferior alzan sus vasos de plástico cuatro personas, brindando por la pronta libertad de los 'exconsellers' y los 'Jordis'. Vacían el recipiente de un trago, dejando dos gotas simbólicas que las vierten en la coronilla del compañero de su derecha.

Para María y Pere, el agua ha sido lo único que han ingerido en las últimas 48 horas, Jordi lleva 24 y Oriol se suma esta noche. De momento ya han sido 23 las personas que han pasado por este ritual desde que, el pasado 10 de noviembre, las secciones de Cornellà de la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural iniciaran este ayuno colectivo por "la libertad de los presos políticos". Su objetivo es alargar el proceso hasta el 20 de diciembre, un día antes de las elecciones autonómicas.

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Tras apurar sus vasos, unas 60 personas acompañan con aplausos el gesto. Muchos son familiares o amigos, otros simplemente simpatizantes con la causa que defienden los ayunantes que se acercan periódicamente para darles su apoyo. Predominan las edades avanzadas, aunque por la sala corretean un par de niños que acompañan a sus madres. Los fines de semana, explican los habituales, viene más gente joven.

De las paredes de este santuario de ayuno provisional cuelga la ya famosa pancarta de los presos, los logos de los 'Jordis' que se han hecho habituales entre los círculos independentistas y el retrato del ahora 'conseller' de Salut cesado, Toni Comín, especialmente querido en este rincón de la parroquia.

También decoran las paredes panfletos informativos de las diferentes actividades que se van a hacer o se han hecho a lo largo del ayuno. Campeonatos de ajedrez o parchís, ensayos de la coral del Orfeó Catalonia de Cornellà, cinefórums… "La semana pasada organizamos una charla sobre arte románico catalán. Fue a la única que ha asistido el mosén, como mero oyente. Él nos ha cedido amablemente el local, pero no se quiere involucrar para mantener la neutralidad de la iglesia", explica Jordi Pinyol, uno de los dos primeros ayunantes y que se está planteando repetir. "Es algo muy enriquecedor, salí con una lucidez física y mental que no había experimentado nunca antes", explica extasiado.

Pinyol luce un jersey de 'Fam de llibertat', una organización formada por algunos discípulos del religioso Lluís Maria Xirinacs, un personaje histórico del independentismo durante la transición, que hizo de la huelga de hambre una de sus herramientas de reivindicación política. "Esto es solo un ayuno. No queremos más mártires", explica Alfons, médico jubilado que, junto otros cuatro voluntarios también médicos, hace turnos para vigilar la salud de los ayunantes. Para no incurrir en riesgos para la salud, el tiempo máximo que se les permite participar es de una semana y el mínimo, por compromiso, de dos días.

El 'merchandising'

El jersey de 'Fam de llibertat' se vende a 15 euros para colaborar tanto con los gastos de mantenimiento del local, como para los encausados que tienen en Cornellà por hacer propaganda en la calle a favor del referéndum del 1 de octubre. Las donaciones, tanto para una cosa cómo para la otra, se depositan en dos urnas de las que se usaron aquel domingo de votaciones. Otros métodos de financiación son, por ejemplo, el taller de bufandas amarillas que antes de las ocho estaban realizando. Unas treinta personas, algunas con más destreza que otras, se habían juntado antes para hacer unas cuantas a ganchillo y luego venderlas.

La actividad de hoy tras el brindis del agua es la visita del todavía diputado y miembro de la Mesa del Parlament Joan Josep Nuet, de Catalunya Sí que es Pot. No es el primer político que les visita, ya que el diputado en el Congreso de ERC Joan Tardà o el candidato por Barcelona de Junts per Catalunya Ferran Mascarell ya han pasado por el piso inferior de la parroquia.

Nuet dice no querer entrar en política, consciente que sus opiniones no independentistas no cuentan con muchos adeptos en la sala. "Solo he venido a solidarizarme", afirma. Se centra en el plano antirrepresivo y explica la querella de la fiscalía que atañe a los 'Jordis' y a lo que para esa sala todavía es el Goven legítimo, ante un público atento que le va interrumpiendo para hacerle preguntas sobre más detalles. Acaban hablando de todo, de Europa, del modelo económico y de cuál será el escenario que se abrirá tras las elecciones del 21 de diciembre.

Finaliza la charla pasadas las nueve y media de la noche y los asistentes se despiden, dejando en el piso inferior de la parroquia de Santa María únicamente a los dos ayunantes. En el piso de arriba duerme esta noche una familia de origen paquistaní, que ha sido hoy desahuciada. La mujer y los dos hijos de Oriol se despiden de él, mientras la novia canadiense de Jordi hace lo propio. Se quedan los dos sólos, pensando en que les ha llevado a unirse a este ayuno.

"Vivir una experiencia. Con todas las distancias, creo que me puede ayudar a estar más cerca de los presos", explica Jordi, argumentando desde una perspectiva más espiritual. "Para mi esto es algo más comunitario. Hacer piña con la gente, dar un ejemplo a mis hijos y reivindicar algo en lo que creo de una manera diferente", reflexiona Oriol. Son ambos conscientes de que lo más probable es que con este ayuno no consigan sacar a los presos, pero si creen que pueden hacer reflexionar al menos a unos pocos sobre los motivos por los cuales están haciendo este pequeño sacrificio.