EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

Prisa por llegar a casa

Dolors Bassa y Meritxell Borràs abandonan Alcalá Meco entre aplausos de compañeros de partido y gritos de "¡guapas, guapas!"

Las 'exconselleres' Bassa y Borràs, tras salir de la cárcel, en una foto difundida por ERC.

Las 'exconselleres' Bassa y Borràs, tras salir de la cárcel, en una foto difundida por ERC. / periodico

Olga Pereda

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"¡Guapas! ¡Guapas!". Anna Simó (ERC) no puede contener la emoción y sale a la carretera para saludar a las 'exconselleres' Dolors Bassa y Meritxell Borràs. Ambas van en un coche con los cristales tintados. Apenas se distingue su figura, pero Simó, con los ojos emocionados, sacude con cariño las ventanas del vehículo. El coche no se para. Ni por los gritos de felicidad ni por los aplausos. Tras un mes en la cárcel tienen prisa por llegar a casa. Esta es la crónica de su salida.

Carles Campuzano, portavoz en el Congreso del PDECat, acaba de sentarse para comer unas hamburguesas con la familia de Borràs. En ese momento, las hermanas de la dirigente reciben una llamada de la 'exconsellera' de Governació: "Venid ya. Mi salida es inminente". Las hamburguesas no han llegado a la mesa, pero Campuzano y los familiares salen disparados en coche hacia el centro penitenciario de Alcalá Meco (Alcalá de HenaresMadrid).

Cuando llegan, a primera hora de la tarde, a las puertas de la cárcel hay varios dirigentes de ERC, entre ellos Simó y Joan Tardà, que también quieren arropar con su presencia a las presas. Simó luce un pájaro amarillo en la solapa de su anorak. Y Campuzano, un lazo del mismo color. Otros dirigentes, como el diputado de Esquerra Jordi Salvador, opta por lucir el color amarillo en su bufanda. Menos mal que luce el sol en Alcalá de Henares porque el frío es helador.

Un sabor agridulce

Campuzano reconoce que tiene un sabor agridulce. Está contento por los "presos políticos" que han salido hoy de la cárcel, pero triste por lo que siguen. "Creíamos que hoy saldrían todos", asume cabizbajo. Durante el mes que ha durado el encarcelamiento de los 'exconsellers', el portavoz del PDECat -que conoce a Borràs desde sus años mozos de militancia- acudió a la cárcel para verla. "Estaba preocupado por cómo me la encontraría, pero me gustó mucho verla bien. Con un aspecto físico muy bueno", comenta. Aquella visita sucedió antes de que la 'exconsellera' se rompiera los ligamentos en una caída. "No lo han pasado muy bien. Esta es una cárcel antigua y, por ejemplo, la calefacción la ponen muy pocas horas al día", añaden otros miembros de ERC.

Una vez pagada la fianza y realizados todos los trámites penitenciarios, Borràs viaja en coche con Bassa (ambas han compartido celda durante poco más de un mes) y con los familiares de ambas. Hay prisa por llegar a casa. El jefe de seguridad del PDECat no deja a los fotógrafos retratar el momento e, incluso, golpea la cámara de uno de ellos. Nervios. Tensión.

Más tarde hay tiempo para fotografiarse. Pero sin prensa delante, solo los móviles de los compañeros. Las expresas están ahora abrazadas y sonrientes. Muy sonrientes. Una tiene por delante una campaña electoral (Bassa). La otra no (Borràs).